El hola mola. Elsa Pataky.
Ha sido una de las noticias más vistas en periódicos como El País o ABC: Elsa Pataky, la de los helados y las serpientes en el avión, ha posado en exclusiva para el ¡Hola!. Los que entienden de estas cosas dicen que se trata de un reportaje histórico, el mejor del año. Casi cuarenta páginas donde la mujer más deseada de España y su novio, el oscarizado Adrien Brody (mitad Manolete, mitad Anna Frank), enseñan al mundo el castillo que utilizan como casa. El asunto tiene tanta enjundia que yo, vuestro humilde servidor, no he podido resistir la tentación de traerlo aquí, a este pulcro foro de erudición. Y no porque quiera ponerme frívolo o tocapelotas, sino todo lo contrario. Estoy convencido de que a partir de reportajes como éste se puede alcanzar un nivel de sabiduría y comprensión superior. Sí, señores, estoy hablando en serio. Sigan leyendo y descubrirán con qué maestría han conseguido el ¡Hola! y Elsa Pataky sublimar las dos realidades sobre las que se sustenta la prensa del corazón, las que más atracción ejercen sobre el populacho: el amor y el lujo.
Empecemos con la sutilísima puesta en escena del amor. He aquí una imagen impagable de Elsa, Adrien y su bulldozer. Adrien va vestido de mago ilusionista porque todo el mundo sabe que el amor es cosa de trucos y de philocaptios. Ya lo decían los Planetas en David y Claudia: "puedo estar en tu cabeza y que no mires a nadie nunca más". ¿Y Elsa? ¿Dónde está2 Elsa? Elsa está en lo más alto de la imagen. O mejor dicho, en lo más alto de la excavadora. Porque lo más significativo de esta foto, señores, es el tremendo tractor-falo que pone en relación a los dos personajes. Nunca antes había sido explicitada de manera tan brutalmente inequívoca la naturaleza sexual de una relación. A pesar de su apariencia cómica, el tractor amarillo funciona como metáfora perturbadora de un universo tan venial como hedonista, un universo donde para subir a lo más alto sólo es preciso dejarse enganchar por detrás sin perder la sonrisa.
En segundo lugar, el lujo. Como casi todas las revistas de corazón, el ¡Hola! gusta de hacer hincapié en las diferencias abismales que hay entre nuestra vida y la de los famosos. Y para ello nada como entrar en sus casas para ver sus cuartos de baño. Puede que los ricos también caguen lloren, pero se limpian secan con toallas de seda. Cuando entramos en la intimidad doméstica de Elsa Pataky y Adrien Brody descubrimos que ni siquiera aquí desaparece ese halo de glamour que sólo poseen los escogidos. En el rincón más íntimo de la casa, aquel donde uno se desprende de toda pose y de toda dignidad, encontramos una fotografía inquietante: la imagen enmarcada de unos papparazzis disparando sus cámaras. El mensaje que Elsa nos transmite es inequívoco: "nosotros , Adrien y yo, somos admirables y dignos de fotografiar hasta cuando cagamos nos quitamos el maquillaje". Ante tanto derroche de elegancia consciente, es imposible no arrodillarse y asumir la propia vulgaridad.
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8 comentarios:
Jajajajaj, ay qué grande :D))) Entre lloros de risa no puedo más que aplaudir ante el ¡Hola! y este sublime post: plas plas plas.
Me encantaría pero no puedo.Espero que alguien de vosotros lo lea y me lo cuente.Espero que Elsa no se crea eso de que es la mujer más deseada de España porque sólo tienes que irte a un Hight School de EE.UU. donde hay 25 animadoras tres mil veces más guapas,más altas, y sin celulitis en el culo...Sobre el novio,no puedo opiniar,tiene una nariz interesante...se me ocurren algunas ideas...
Creo que Elsa Pataky SÍ es la mujer famosa más deseada de España. Y una antigua amiga mía, sensible, lista y cultivada humanamente y moralmente... tenía como lectura diaria la edición digital del ¡Hola! (dice Berto -BFN- que las exclamaciones deben pronunciarse cuando se dice el título, que si no no estarían ahí).
Bueno...entonces tendré que hace un estudio exhaustivo del grado de moralidad,inteligencia y humanidad de las animadoras americanas para así poder hablar con más propiedad...
jejeje.
La verdad es que a esa polventera sólo le falta hacer alguna película o interpretación decente.
El, supongo que estará feliz y embriagado de amor.
Bueno, tengo que confesar una cosa. Estaba en casa de mi hermana y mis sobrinas, en una sobremesa de esas de 3 horas (de esto hará 3, 4 o 5 años) y hablaron de Elsa Pataky. Yo les pregunté que quién era esa, por lo visto tan famosa (como no leo el Hola ni la parte de los periódicos en los que salen esas cosas, ni veo programas de TV en los que puedan salir esos personajes, no tenía ni puñetera idea de quién estaban hablando).
Mi hermana me dijo: ¿te acuerdas de cuando XXX (la pequeña de mis sobrinas) cumplió 10 años y fue una fiesta de disfraces, y había una niña disfrazada de punki y dijiste ¡por dios! me voy por ahí porque hay una niña punki que me inquieta, ya vendré a recoger a mi hijo? ¡Pues esa era Elsa Pataki!
Así que, aunque no la he vuelto a ver más que en anuncios, confieso que esa chica, con 10 años, tenía ya un atractivo turbador. Y solo me ha pasado esa vez en toda la vida.
Así que, La Nena, hay cosas que están más allá de las guapas animadoras americanas.
Ja, ja, ja, NàN. Precisamente ayer venía en el periódico un articulo sobre Elsa Pataky niña. Hace treinta años la Pataky se llamaba Elsa Lafuente y se hacía la sueca en un asiento de bicicleta que su padre había importado de Escandinavia. Y muy bien debía de hacérselo la niña porque el mismísimo obispo de Madrid tuvo que suspender una misa por su culpa. O casi. Para leer toda la historia sólo tenéis que pinchar aquí.
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