Semana II Aniversario Sindrogámico. Walter Kung Fu

Aunque Sindrogámico me crispa, como al que más, continuo siéndole fiel porque sencillamente me divierte y me entretiene. Es un válvula de escape que ayuda a aliviar la malasangre. Con Sindrogámico uno tiene la necesidad de expresarse, de hacerse sentir, de aprender de los demás, de experimentar nuevas fórmulas, de inventar nuevos personajes, de jugar con las formas y los lenguajes de los blogs, de interactuar con los lectores, ... Sin duda, una de las prácticas que más me divierte y satisface es la de buscar la imagen adecuada a un texto ya escrito, que defina de alguna manera lo que uno quiere decir o, en su lugar, lo complemente. No siempre es posible ni fácil, al margen de gustos estéticos, pero cuando se consigue es un deleite enorme. Si además se logra dar continuidad o prolongar la entrada anterior, entonces eres un genio.

Dado que una de las autocríticas existentes respecto a Sindrogámico era que le faltaba humor y le sobraba seriedad y formalidad, creo que este año sí hicimos un blog más divertido y ligero.

Por último, concluyo con lo aprendido este segundo año de sindrogamia:

• el éxito de una entrada, si es que se mide en función del número de comentarios recibidos, es inversamente proporcional al esfuerzo dedicado.

• Sindrogámico es un vicio y me permite publicar lo que quiero, algo que me impide desdoblarme en un blog paralelo de momento.