lunes, 9 de julio de 2007

La edad como factor de ruido en la comunicación (o quién pude no ser), por NáN

Ya dejamos claro durante los fastos de nuestro primer aniversario que nuestra recompensa durante este primer año ha sido poder conoceros, que ha sido un placer ver como enriquecíais este modesto blog con vuestras opiniones. Por eso pensamos que era una buena idea compartir este sitio para intercambiar mucho más que simples comentarios, convertir Sindrogámico en un espacio de diálogo más amplio. El siguiente post es de NáN, y esperamos que os guste tanto como nos ha gustado a nosotros. De nuevo, muchas gracias por estar ahí.

Me lo dije a mí mismo en un sueño hace unos años: cuando no estés muy seguro acerca de qué debes hablar, hazlo de tus limitaciones, tus torpezas; y entre medias di algo real. Hago bastante caso a mis sueños, sobre todo a los de apariencia más “realista”, desde que hace más años todavía (¿dos docenitas y media de ellos?) traduje un libro sobre una tribu que organizaba la vida comunal alrededor de los sueños. Aprendí que participar en tus sueños es cuestión de voluntad. Ya que estamos en ello, practico una meditación zen descreída y laica. Son mis dos únicos contactos con el espíritu: soñar y meditar. (Continúa tras "leer más")

A lo que íbamos: que la edad es un lastre “uno lo empieza a comprender más tarde”, pero, ¡mira! no creía yo que también en esto... que también en este sueño que tuve siendo muy joven, de una comunicación mente a mente... Bueno, retrocedo: para decir lo que quiero decir, hay que encajarlo en una biografía y una de las escasas ventajas de la edad es que ya la tienes casi hecha.
Mi vida ha sido afortunada, a pesar de las putadas que suele hacer, porque he tenido 3 grandes amigos reales, bastante más de la media, y 2 grandes amores (el que no duró y el que dura).

Asunto amigos: los amigos son lo mejor de la vida; y haber tenido tres es una experiencia arrasadora. Los he perdido a los tres: mi fuerza para el sí y el entusiasmo se equilibra con otra igual cuando se pronuncia el no, aunque me muera por dentro y por fuera. Al primero lo perdí por una mujer (amor) [sin comentarios]. Al segundo, por un negocio (dinero) [Vainica doble expresó muy bien lo que sentí al final: “Metamorfosis curiosa, metamorfosis extraña, del que nace mariposa, y se convierte en araña”]. Al tercero, un verdadero regalo porque vino a una edad, finales de los 40 años, en que eso no suele suceder, lo perdí por el roce de la muerte (muerte) [no hubo muerte, pero estuve cerca y me volví impertinente para la opinión de un artista plástico de carácter arrollador; Celaya dixit: «Cuando se miran de frente los vertiginosos ojos, claros, de la muerte, se dicen las verdades, las bárbaras terribles amorosas crueldades, amorosas crueldades»]. Ya no podré tener otro. Hace falta energía para tener un amigo. Pero ha sido grande vivirlo.
Asunto amores: más rápido. Una L, con quince años los dos, maravillosa, que con 17 y pico se fue a Madrid y me cambió por el líder de un conjunto de moda. He tenido después algunos dolorcillos de amor (de horas, días y hasta semanas), pero aquello fue brutal, desgarrador. Comencé una borrachera de casi diez años, aunque al cabo de cierto tiempo me había olvidado del motivo de que la iniciara, salpimentada con mucha Dexedrina Expansule de liberación prolongada, 15 mg, (Dos Centraminas de 5 eran a la Dexedrina de 10 algo así como un abrigo de mercadillo a uno de Armani... ¡¡¡las de 15...!!!). Hice la carrera, el conocimiento del arte y de todo lo bueno que hay en la vida, y la revolución, habitualmente bebido, hasta que ocho o nueve años después me rescató, al borde de la desaparición física, la segunda L. Un ángel para el que ninguna de mis tonterías importaban nada y me hizo comer, y me escuchó y me habló, y me abrazó por las noches cuando lloraba en sueños porque todavía soñaba con mi primer amigo (y su mujer) (“no pasa nada, chiquito, duerme”). Sigo con ella desde hace treinta y tantos años, pero no tiene mucho mérito siendo ella como es y porque pasa, por trabajo, 4 o 5 meses al año fuera de España, en periodos de 2 o 3 semanas, lo que quita mucha tensión a lo cotidiano.

Periodo entre Ls: aquí quería yo llegar. Modernazo y rojillo antisfascista mala leche, de orientación sexual no muy clara, pensaba que los chicos son más divertidos pero las chicas son más tiernas y suaves para compartir la vida, un lujo que no es posible perderse y a elegir tocan, como dormía tres horas por los diversos agentes externos y porque uno era fuerte, dedicaba 20 horas al día a una comunicación rica... Sin embargo soñaba con una comunicación mente a mente: una comunicación del decir, no del quién dice. Ha sido necesario contar todo lo anterior porque es bueno, ya que las cosas son como son, conocernos, pero sobre todo para recalcar que ese sueño de la comunicación en la que no hay cuerpo, ni edad, ni género... lo tuve desde muy joven y en una situación de exceso de comunicación y relaciones. (Aunque siempre me ha gustado más hablar; por eso, y por más cosas, el trío dos chicos-una chica me parecía ideal, aunque fue imposible: ¡Jules et Jim, Magapola!).

Cuando hace menos de un año conocí la blogosfera, se despertó ese sueño que llevaba cerca de 40 años dormido. Tampoco este sueño ha sido posible. Mensajes alarmantes me obligaron a decir, cuidado, alto, que soy un señor mayor con una situación estable. (Aunque un poco raro como mayor, porque en el trabajo, para aislarme, uso unos auriculares para a todo volumen oír un día a Bach o Beethoven, y al día siguiente a Asian Dub Foundation --¡qué pena no tener cuerpo serrano para ir a los Monegros!-- o M.I.A., al otro a Prodigy, Chemical Brothers, Coleman, Miles Davis, Coltrane..., según el ánimo).

Sí. También aquí hay que decir quiénes somos, desde cuándo, cómo y para qué, en dónde. No es posible el sueño de simplemente “hablar de” para conectar o desconectar según interese.

Pero reconozco en la blogosfera, o en algunos de sus nodos, una agradable lejanía que te permite decir, y oír, lo que no sería fácil escribir, o leer, en otros contextos. Habrá que soportar las cargas y limitaciones personales, ser mayor o joven, chica o chico, animoso o depresivo, negro, blanco o mozárabe... y seguir aprendiendo, como escribía mikto. Mientras podamos, claro. Al fin y al cabo, ningún sueño ha resistido nunca sin agrietarse el primer empujón de la realidad y aquí seguimos, muchos, con el entusiasmo suficiente (y el valor de enseñar lo bueno que hacemos, como Rfa.).

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido NáN, no sabes lo que significa para mí tener colgado en Sindrogámico esta entrada tuya. Porque es tuya y porque “eres” tú. Has reflejado muy bien tres aspectos que yo siempre veo atemorizar mis relaciones con amigos: el amor, el dinero (negocios, curro, etc.) y la muerte. Siempre trato de darle la vuelta a la tortilla, de tal forma que en vez de que el amor, el dinero o la muerte se lleven a las amistades, que las traiga. A veces me ha funcionado (y muy bien), pero otras ha sido un completo desastre…

Yo no soy nada viciosa, en el sentido de que no me vicio por nada en especial (salvo por algunas personas, jeje), y, en el caso de que se pueda considerar que tengo un vicio, ten por seguro que su periodo será corto o en todo caso sustituible, eliminable, etc. Me he inventado así porque no me gusta la sensación de limitarme, atarme, depender, etc. Por eso siempre me asombra que alguien pueda caer un uno y ¡por diez años!

¿Modernazo? ¿Rojillo? ¿Orientación sexual indefinida? ¡Qué gracioso, me estás definiendo a mí! Tú sí que eres cercano. Seguro que nos hemos rozado, mirado… ¡Lo que es seguro es que nos hemos escrito! ¿Suficiente? ¡Ay, no sé! En fin.

Para lo de la entrada conjunta en tu blog, cuenta conmigo. Y me encanta que nos reserves solo para ti…

ese dijo...

"No hay algo más real que tus propias limitaciones"

Dexi Three Colours

Anónimo dijo...

Eso es, como yo, ya de por mí, tengo muchas limitaciónes, no quiero más...

Rfa. dijo...

La paradoja de todo este asunto, querido NáN, es que me siento tentado de felicitarte por tu historia, cuando ni siquiera sé si se trata de una historia de éxitos o de fracasos. Veamos...
¿Amigos? Uf. Casi todo lo que dices es verdad. Hay que tener mucha energía para cultivar la amistad, pero es mucho más importante la suerte. Si no se cruza en tu camino el amigo que necesitas, apaga y vámonos. Por mucha buena voluntad que le pongas. Yo no los he perdido ni por dinero, ni por amor, ni por muerte, sino más bien por dejadez, distancia y afán de renovación. Y porque llega un punto en que los amigos perdidos (y las horas perdidas con ellos) molan más como un bonito recuerdo a compartir con los recién llegados. O sea, que el fracaso de haber perdido a un montón de gente buena se torna agridulce.
¿Amor? También coincido contigo en que el primero marca y deja callo. Pero sólo así es posible disfrutar después. En esto, querido, creo que eres un enorme ganador.
¿Blogosfera? Aquí es donde más fácil resulta confundir la victoria con el descalabro. ¿Realmente merece la pena desangrarse a la vista de todos? No lo tengo muy claro. Yo, que de vez en cuando cuelgo mis pellejos al sol de la red, y me siento tan triunfador.
Gracias por escribir, NáN. Es un placer y un honor.

Walter Kung Fu dijo...

NáN muchas gracias por tu entrada. Para nosotros, que vivimos de la actualización de este blog, es muy valiosa vuestra participación y fidelidad. No sabéis cuánto.

En lo personal, te diré que soy fan de tus colaboraciones porque me gusta la manera y el respeto con que, desde la distancia del tiempo, nos tratas, NáN, que a veces somos muy jóvenes y efusivos.

Si Miguel es nuestro padre tecnológico y muchas cosas más, NáN, tu apadrinamiento es el vital.

NáN dijo...

Vuestra idea, generosa y genial, de convocarnos a una entrada gratis tenía sus peligros, aunque siempre se podía confiar en que ese punto cálido con el que os tratáis entre vosotros me arroparía (y arropará a quien participe). Y así ha sido. ¿Que si os respeto, Walter Kung Fu? No podía ser de otra manera, porque vengo aquí, permanentemente, a aprender, también de cine y de música, aunque no participo en esos debates, pero me sirve para conocer y presumir: esta mañana a un compañero de 30 años que puso música en su blog (Muse y Caesar’s Palace) le estuve hablando de Teenage Fanclub (luego le confesé que los había conocido ayer). Y claro, si vengo a aprender es por algo más que unos datos (para eso con Wikipedia y un par de sitios Web ya está). Aprendo una comunicación viva, entusiasta, cálida y ¡posible! Aprendo “el espíritu de los tiempos”, en todos, incluso en los que escriben menos; me sobrecojo con textos de una elegancia poco común, como el de mikto kwai y Berlín; salvadas las distancias, el rollo de la edad y todo eso, me reconozco en Rfa. cuando dice que en la ducha está pensando lo que va a escribir, con su concentración obsesiva en ese y en otros muchos momentos (concentración obsesiva que es mi costumbre, también); y dejo para el final decir que desde que vi un comentario suyo en otro blog, salté aquí y vi una entrada suya reconocí la cercanía con Magapola: no es algo del pensamiento, sino del carácter; del modo de estar ante la vida. Salvadas las distancias, otra vez. Porque cuando dices que te reconoces en cómo me defino, te estás definiendo a ti ahora, mientras yo hablaba del “periodo entre Ls”. Sigo siendo un rojillo antifascista, pero ya no puedo ser un moderno, ni lo pretendo. A ti te toca serlo ahora. A vosotros os toca. Y es importante serlo más allá del mundo de la moda, que es donde se quedan la mayoría. Casi todas las veces que leo una entrada tuya lo primero que digo es ¡Exactamente!, y me quedo feliz de que haya caracteres que sigan resonando. Y de tu entusiasmo.

La verdad, Rfa., es que lo que conté es afortunado, ¡vaya que sí! Posiblemente el amigo (me refiero al grande) es diferente a uno, nos complementa. Por eso puede llegar la violencia y la ruptura. No habría sido necesaria, pero se produjo. No hay sensación de fracaso, sino de plenitud (dolor, sobre todo con el primero, también). Fue cuestión de suerte, tienes razón, tenerlos. Por otra parte, me parece que tampoco me he desnudado tanto: lo que hay es real, pero contado como estructuras. Prácticamente lo que cuento se acaba cuando empieza la segunda L (salvo dos amigos), con la que empieza una vida más sensata (ahora se diría sostenible): menos "interesante"; se terminó el priodo de la acción. Me he desnudado lo suficiente para posibilitar que mejore cómo nos conocemos y entendemos. Lo que hacéis vosotros, pero en los comentarios era más difícil: aproveché la oportunidad que nos disteis.

En fin, que si vengo una y otra vez es por algo. Ha estado muy bien vuestro regalo. El ruido de la edad en la comunicación creo que aquí lo hemos mitigado bastante. Y ahora vuelvo a esa privilegiada posición del segundo nivel en un lugar, como dice June, tan activo.

Todo normalito y tranquilo.

¡Que bien, ¿no?!

¡¡Gracias!!

Scout Finch dijo...

Genial, Nán. Hablas de las grandes cosas de la vida, tan buenas cuando van bien y tan chungas cuando se tuercen: la amistad (uff, qué difícil) y el amor (uff, más difícil todavía).

Me ha encantado. Gracias.

Besos.

mikto kuai dijo...

Gracias por tus palabras nán, y por abrirnos a esos niveles tu corazón, que no es fácil, lo que más me fascina de ti es el entusiasmo que desprendes, no puedo extenderme más ahora aunque me gustaría. Nos seguimos viendo por estos lares, a ver si me doy una vuelta por los tuyos, si es que os tengo muy desatendidos a todos últimamente, saludos ;-)