Semana Aniversario Sindrogámico. Anadja
Me encanta fumar. Es un pequeño gran placer.
Incluso creo que puede otorgar cierto toque de distinción-¡toma topicazo!-. El otro día un chico me dijo que fumaba “muy a la francesa” y me hizo ilusión, que tontería.
Pero sólo fumo cuando me tomo una caña, un vino, una copa, cuando estoy relajada, en las conversaciones de bar, se den en los bares o no… Es decir, no fumo a diario, sólo en las ocasiones especiales, especiales para mí. “Seguro que los pocos cigarros que te fumas los disfrutas más”, diréis, “que bien que te los puedas racionar de ese modo”, es lo que estáis pensando los fumadores empedernidos que, me consta, seguís Sindrogámico. Pues no, me he quedado en fumadora social porque nunca podré llegar a ser fumadora estándar. Aunque quiera. Aunque lo intente con todas mis fuerzas...
Soy incapaz de ser adicta a nada. Ni siquiera a los vicios. Muy poco a los placeres, (¿no es lo mismo?).
Por mi propia inconstancia.
Y de ahí, mi incapacidad de comprometerme con nada, cuando ello conlleva un compromiso.
Normalmente lo llevo bien, la verdad. Lo suelo disfrazar de rasgo genuino de mi carácter o incluso de principio personal.
Otras veces, no.
Por ejemplo cuando veo que ha pasado un año y no he conseguido ser Sindrogámica del todo.
¡Un año ya!
Porque, ¡ay amigos!, esto implica una continuidad, un esfuerzo -que luego no lo es porque lo poco que escribo lo disfruto muchísimo, me sale solito-. Aquí no hay lugar para la dispersión, aunque sí, y mucho, para la digresión –nótese que acabo de acometer una-…
Gracias a todos, hacedores de sindrogamias, a los que vi ayer y a los que no sé si llegaré a ver en persona. Quedaos otro año, andad, no vaya a ser que me cure de este síndrome (je) y os lo perdáis.
Aunque, esta vez, no prometo nada.
Tal y como demuestro en esta entrada, en claro propósito de enmienda, ya no expresaré deseos (irrealizables), sólo realidades:
Me encanta Sindrogámico. Es un pequeño gran placer…
7 comentarios:
Yo, por el contrario, soy vicioso por naturaleza. Mis vicios son mi disciplina, y me aferro a ellos como si fuesen un clavo helado y todo lo demás estuviese ardiendo. Me ha pasado con todo: con el tabaco, con el deporte, con la fotografía, con el cine y, últimamente, con el blog. Para mí, ese esfuerzo y esa continuidad de los que hablas son las guindas de la tarta del blog. Soy de los que disfrutan imaginando temas sobre los que escribir, aunque sea en la ducha, aunque me falte el tiempo para hacerlo.
Eso sí, hay algo que tengo muy claro: para disfrutar realmente de este juego, primero hay que tirarse a la piscina. Nada de mirar desde fuera y pensar que uno no sabe nadar. ¡Hay que saltar! Y cuando saltas... te enciendes un cigarro detrás de otro.
Siendo vicioso, me pasa que mis vicios me alejan de lo que debería hacer. Como ahora. Es otro tipo de obsesión.
Anadja, cómo me gustaría que fumarás más.
Probablemente Rfa. tenga razón y no hay que pensarse tanto lo de tirarse a la piscina...Sin duda la clave como dice Rfa. es aferrarse a los vicios hacerlos virtuosos.
Me has dejado toda pensativa porque yo también soy fumadora social. Curiosa conexión entre eso y ser dispersa. Supongo que cuando descubro un pequeño placer lo cojo con unas ansias enormes (como este blog) pero en seguida normalizo la relación con el vicio en cuestión. Lo de que fumar da un toque de distinción a quienes lo hacen con estilo es una verdad como una casa. Yo no tengo estilo, la verdad pero me encanta el tabaco.
Y lo del blog, pues eso, que qué gozada los colectivos. El mogollón de blogs que no se hubieran echado a perder si hubieran sido colectivos porque incluso aunque todos fueráis poco regulares tendrías tantas entradas como un blog personal estándar. Voy a poner un anuncio en los clasificados.
Sí, Anadja, estás muy guapa fumando en esa foto, ¡muy francesa! Se nota a la legua que eres tú. ¡Joder! con ese desapego, practicar el budismo esencial está tirado. Claro que, como discontinuarías la práctica, lo que ganases por un lado lo perderías por el otro. Gente como tú, con esa distancia, dais glamour a este aburrido mundo.
Claro que, si nos encerraran en un manicomio, con quien coincidiría en la sala (¿ala, departamento? ¿cómo se dice?) es con Rfa.: obsesivos hasta en los vicios (y supongo que en las virtudes). Yo fumé, pero tuve que hacerlo tanto que ahora llevo 70 centímetros de arterias de goretex (en mi caso, hablar de bypass es una cursilada y un eufemismo). La ventaja es que si voy a la nieve en esa parte la sangre no pasará frío. La desventaja es que nunca voy a la nieve.
(excuso mi participación en lo de las pelis porque cada vez voy menos al cine, pero os sigo felicitando desde esta entrada y desde la del cine [por poderes])
NáN, te espero en el manicomio.
Anadja, sigue así, por favor.
Que a mi me gustas de fumadora social y de fumadora empedernida. Y tus posts, aunque menos frecuentes de lo que a mi (y seguro que a tí) nos gustaría, los disfruto mucho.
Lo siento, soy tu fan incondicional, no lo puedo ocultar.
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