Desnudas o el culto a la imagen
Aunque no es nada nuevo esto de los programas de televisión donde la gente corriente se convierte en supermodelos, con Desnudas se ha querido dar un giro de “soy” de Cambio radical, a “me siento” guapa. ¿Se ha conseguido? Yo lo vi el otro día y, que queréis que os diga, al final es lo mismo: no te gustas a ti mismo si no gustas a los demás, porque eso de poner un superposter en mitad de la Gran Vía y preguntar a la gente que qué le parece la chica de la foto no significa otra cosa que deseamos que los demás nos digan que somos guapos para creérnoslo..., perdón, para sentirnos. Y para eso parece que hace falta maquillaje, mucho maquillje y mechas.
Además, en un momento a cualquiera lo transforman: peluquería, maquillaje y un estilista. Pero en cuanto te acuestas y te levantas a la maña siguiente tus pelos son de troglodita, tienes el doble de ojeras por el rimel, te das cuenta de que no te aconsejaron qué pijama o camisón te quedaba mejor, que no, que la bata no, etc., en fin, que a mí lo que me interesa es el seguimiento, el después. Pero bueno, para parodiar todo esto y además ver los poderes de la tecnología os dejo el video, al menos un desnudo… ¿no?.
Aquí tenéis a otro, jajaja:
7 comentarios:
Lo interesante del vídeo que has puesto, Magapola, es que se trata de una parodia de una campaña de Dove. La campaña original se llama "DOVE EVOLUTION". Si la buscas en Youtube seguro que la encuentras. Me encanta que en internet haya gente dispuesta a manipular los mensajes de los demás para hacer algo nuevo, fresco, divertido, burlón. Ya lo he dicho muchas veces, pero lo repito ahora: en mi opinión, eso es el pop.
A mi también se me vino a la mente la campaña de dove, donde realmente se queda una alucinada de los cambios maravillosos que te pueden hacer un buen estilismo y posterior photoshopeado. Se sabe, pero no por ello deja de sorprender.
El tema de sentirse bien con uno mismo es algo muy complejo y por mucho que te lo digan, si tu no te ves bien, da igual ocho que ochenta. Al físico hay que darle un valor importante en cuanto a salud, pero cuando una persona es atractiva y se quiere, esa luz se desprende de su interior.
El seguimiento, el después. Esa es la clave, sí, pero para llegar a eso no basta la fachada, el decorado. Importa la historia.
Hace muchos años, cuando todavía existía la URSS, durante el primer desfile que organizó Yves Saint Laurent en Moscú, Raissa Gorbachova le preguntó amablemente algo referido al secreto de la belleza femenina. El fóbico diseñador le contestó que solo se necesitaba un vestido negro y ser amada.
No creo que el secreto de la belleza femenina difiera mucho del de los hombres. Tal vez nos sobraría el vestido negro.
Parece que la cadena Cuatro apuesta por programas educativos como éste o los que tiene para enseñar a educar a los hijos. Como espectador me parecen intragables (como el 99% de la programación), pero supongo que cumplen una función social: sustituir al sistema educativo cuando éste fracase del todo, si no lo ha hecho ya. O tempora, o mores...
Puede que este programa (que no es educativo en absoluto) gane en calidad al compararlo con algún otro programa ultrajante. O por lo menos éste no parece querer obligarnos a todos a pasar por un quirófano. Pero en el fondo, como señala Magapola, ambos son dos versiones de una misma idea perversa: que ser guapos (según un canon impuesto, claro) trae la felicidad.
No sé los demás, pero yo empiezo a cansarme de este culto al físico que amenaza, más que con darnos la felicidad, con amargarnos la existencia a todos los que no seamos perfectos, no tengamos el dinero para conseguirlo, o no nos dé la gana abrir nuestro cuerpo en canal por algo tan banal.
Estoy de acuerdo con alis... ¿Para cuando un programa titulado: "Soy feo, ¿te pica?"? Que la fealdad existe y no es ninguna tragedia, hombre.
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