martes, 24 de abril de 2007

Alec Baldwin y la ridiculez escurridiza.

Uno de los estados más difíciles de controlar es el ridículo. La mayoría de las veces que piensas que estás haciendo el tonto, lo más probable es que no sea así. Pero luego, cuando menos te lo esperas, resulta que sí que lo haces, que estás quedando como un idiota. El único consuelo es que la condición de ridículo nunca dura demasiado: a la primera de cambio puede volver a cambiar tu suerte.
Para ilustrar estos curiosos fenómenos voy a hablar sobre Alec Baldwin y sus mensajes de contestador. Según parece, el actor anda loco por conseguir la custodia de su hija Irlanda, de doce años. El otro día quedaron para hablar por teléfono, la cría le dio plantón y él, ni corto ni perezoso, le grabó sapos y culebras en el buzón de voz. “Me estás haciendo parecer idiota”, decía, “eres una cerda irresponsable”. En aquel momento Alec sentía que estaba haciendo el ridículo, pero estaba equivocado. Cuando realmente empezó a hacer el ridículo fue cuando la grabación saltó a Internet y todo el mundo la escuchó. En ese preciso instante Alec pasó a ser considerado idiota, capullo, insensible y un montón de cosas más que ahora no vienen al caso. En apenas una semana ha saltado al epicentro mismo de la ridiculez. Pero, como decía al principio, este papelón de idiota oficial es escurridizo; de pronto te puede dar esquinazo. Buceando por youtube he encontrado un vídeo que juega con la polémica grabación desde un punto de vista experimental. Y ahora Alec Baldwin ya no es un pelele gilipollas, sino que forma parte de algo más grande, para nada ridículo. Al menos, eso pienso yo.
Para ver el vídeo hay que pinchar en "leer más".


3 comentarios:

ese dijo...

Un texto infame puede llegatr a convertirse en la letra de un estupendo tema.

Walter Kung Fu dijo...

Entonces, este señor sale muy favorecido cuando aparece en Los Simpsons. Un tuercebotas, vamos.

Anónimo dijo...

Yo creo que sigue siendo un gilipollas que forma parte de algo más grande..., pero un gilipollas.