lunes, 12 de marzo de 2007

IV Muestra de Cine Fantástico Sci Fi. Princess

Lo que más me gustó de Princess, película de animación de Anders Morgenthaler, es que acaba mal, muy mal. La verdad es que también empieza mal y continúa mal, pero eso es más habitual. También me quedé encantada con los dibujos, que son geniales. Además la historia es potente y no sólo por tocar el tema del mundillo de la pornografía limítrofe con la prostitución más ruin, sino por la narración, los ritmo, por ser limpia en el sentido de explícita, por mostrar sin tapujos en una pequeña niña un mundo adulto de sexo y violencia que ni los propios adultos saben asumir. No puedo menos que deciros que si tenéis oportunidad de verla no perdáis la ocasión.

4 comentarios:

Anadja dijo...

¿Por qué te gusta que acabe mal?
Los finales deben de estar justificados y punto, ¿no?

Rfa. dijo...

Yo también estuve en el festival, pero sólo fui a ver los cortometrajes. Pensé que serían de terror y al final resultó que había de casi todo: risas, ternura, acción trepidante y sólo una pizca de gore. ¿Lo mejor? Algo muy obvio pero que no suelo pensar muy a menudo: que la animación es el recurso plástico más versátil del mundo.
Igual que Anadja, yo tampoco entiendo por qué te gusta una película sólo porque acaba mal.

Anónimo dijo...

En realidad me gusta en general que una película acabe mal por el simple hecho de que va en contra de la naturaleza humana. Si tuviérais en vuestras manos la posibilidad de hacer que le vida desgraciada de una dulce niña cambiara y fuera a mejor ¿no lo haríais? En la película no se trataba de ser fiel a un hecho que ha ocurrido y que por lo tanto no puedes cambiar, no era la biografía de nadie ni mucho menos un documental. Me gustó que acabara mal porque iba en contra de mi propia naturaleza: involuntariamente siempre pienso que hay un posibilidad, un resquicio, y en Princess no lo hay, se muere hasta la esperanza.

Pos supuesto eso no quita que una peli me guste o me deje de gustar sólo por final.

rinconete dijo...

No estoy del todo seguro de que un final infeliz vaya en contra de la naturaleza humana. Pasamos gran parte de nuestra vida buscando la felicidad, aunque sospechemos que nuestro final sera infeliz. La profusion de finales felices en la ficcion tiene, en ese sentido, una funcion balsamica que pareciera ser un artificio mayor que el de un final infeliz.
Princess se va a estrenar en el BAFICI, el festival de cine independiente de Buenos Aires. No me la voy a perder.