martes, 25 de mayo de 2010

Lost o la decepción

[Obviamente, SPOILERS a cascoporro]

6 años han pasado, 6, desde que el ojo de un lozano Jack Shephard se abriera en medio de un bosque de bambú, dando comienzo a la serie que habría de cambiar el modo de disfrutar la televisión. Y 6 años después ese mismo ojo se cerró, enrojeciendo los ojos propios de miles de fans, despertando las iras de otros tantos, creando vacíos vitales y generando una ola de admiración e indignación que ha inundado tanto webs especializadas como medios generalistas de un modo que ningún otro fenómeno había conseguido hasta ahora. Y ése será el legado de “Lost”: una nueva forma de vivir la televisión como una experiencia colectiva, participativa y simultánea. Social, en definitiva. Y ya. Porque es posible que, cuando los foros se apaguen y el tiempo nos dé un poco de perspectiva, nos demos cuenta de que no ha sido para tanto, y vista en soledad y fuera de contexto al fin caigamos en la gran cantidad de incongruencias, licencias y trampas que nos han colado alegremente durante estos años. Al menos podremos sentirnos afortunados de haberla vivido en su momento, de haberla discutido y comentado, de haberla sufrido y gozado. Y como despedida a una serie que, en definitiva, tanto hemos disfrutado gracias a y con otra tanta gente, ahí van algunas impresiones sobre las frases que más se han repetido estos últimos dos días en múltiples páginas y foros.

“Ha sido un final emotivo”. Pues no. Ha sido un final ñoño y con un tufillo religioso más propio de “Sobrenatural” (¡oh! Mark Pellegrino) o de “Entre fantasmas” que de una serie llamada a marcar una época. Los últimos 120 minutos sólo sirvieron para dar un cierre adecuado a la peor temporada de la serie, que no a la serie. De repente, las temporadas 2 a 5 se convirtieron en humo, y los tan manidos flashsideways se revelaron como uno de los recursos narrativos más chuscos que podremos recordar. Lo que antes fue sutileza se convirtió en vulgaridad, e incluso pequeños detalles como el de la vidriera con los símbolos de todas las religiones resultaban insultantes por su obviedad. That’s not what I signed for.

“Es como el final de los Serrano”. ¿De verdad lo has entendido?

“Lost es una serie de personajes”. Pues tampoco. “Six feet under” era una serie de personajes. “Lost” es una serie de personajes en una isla en la que pasan cosas inexplicables y fantásticas. Es tan de personajes que en las dos últimas temporadas John Locke ni siquiera era John Locke, que Jack ha oscilado tantas veces entre ciencia y fe como Kate entre Jack y Sawyer o Benjamin Linus entre pringado y malérrimo. Tan de personajes que no es difícil encontrar a gente que piensa que los flashbacks ya se habían agotado como recurso en la primera temporada, y que a partir de entonces lo que importaba era lo que pasaba EN la escotilla, en la isla o en la iniciativa Dharma. Y esto último nos lo han birlado. Así que no.

“Yo no necesito que me den respuestas, prefiero que dejen cosas a la imaginación”. Pues sí y no. En realidad, para dar las explicaciones que han dado mejor no haber dicho nada. Todos los temores que podíamos albergar tras ver “The incident” se confirmaron y multiplicaron en esta temporada infame, y es que en el momento en que juegas la baza de los dioses o demiurgos te arriesgas a caer en el mismo nivel de credibilidad que “Buffy Cazavampiros” (aunque ésta fuera mucho más divertida al no tomarse tanto en serio a sí misma). En mi opinión el salto del tiburón de “Lost” se produjo cuando Eloise Hawkins les dijo a los Oceanic Six que tenían que volver todos juntos a la isla, recreando de la forma más exacta posible las circunstancias del vuelo original. Ahí se desvaneció toda esperanza de una posible explicación científica, y aceptamos el pulpo de la mitología. Pero tantos “porque eres especial” o “porque Jacob lo dice” acaban irritando más que un “eso nunca lo sabremos”. Por no hablar del desagüe gigante (WTF?). O del faro. O del capítulo cómico con Ricardus. O…

“No han explicado lo de los osos polares”. ¿Realmente a alguien le importa a estas alturas?

“Me siento vacío”. Búscate una vida.

“Lo que importa no es el destino, sino el recorrido”. Pues sí y no. A pesar de lo decepcionante del final (¿le recomendaríais a un amigo que empleara 100 horas de su vida para ver este final…?) no se nos puede olvidar que “Lost” nos ha regalado algunos de los momentos más emocionantes, emotivos y brillantes que hemos podido ver por televisión. Capítulos como el piloto, “The constant” o “Through the looking glass” o personajes como Desmond o John Locke ya forman parte de nuestra memoria colectiva y sentimental, y eso ya nos lo quita nadie. Ni siquiera este final. Es injusto olvidar un amor simplemente porque ha acabado mal. Así que gracias de todas formas.

16 comentarios:

LA DESGRACIÁ dijo...

A ver, no he leído tu post, porque estoy viendo ahora el comienzo de la 6ª temporada y... ¿puedo leerte o me destriparías algo?

Muaaaaaaaaa, linda

lostie dijo...

Bravo por tu post, aquí te dejo el enlace de un artículo que también me ha gustado mucho (no es mío):

http://www.elpilotoautomatico.es/2010/05/24/¿que-ha-pasado-en-lost/

Walter Kung Fu dijo...

Celebro tu entrada a cascoporro...

Maine dijo...

Yo les compro la moto entera porque me ha parecido una teoría preciosa la de estar perdido en tu propio limbo hasta que reconoces a alguien a quien amaste, recuerdas toda tu vida anterior y entonces ya puedes descansar. Al margen de acontecimientos más o menos surrealistas, islas perdidas, saltos en el tiempo, osos polares, luchas de dioses y manantiales milagrosos, es tan maravillosa esa idea del limbo y cómo está resuelta que sólo por eso todo lo demás me convence :)

Juliet dijo...

Lo de los osos polares lo explican, creo que es en la tercera o segunda, cuando Sawyer esta en una jaula en el campamento de la iniciativa, apretando al botoncito para que le salga una galleta de pez. Entonces uno de los otros le dice: "Los osos tardaron menos que tú"

P.D. Estoy totalmente de acuerdo con tu post y tambien pienso que el final ha sido una decepción, pero bueno, volvería a verla, de hecho creo que lo haré.

Namasté

Anónimo dijo...

De los mejores post que he leído, aunque no estoy de acuerdo con todos los puntos. Cuál hubiera sido el final perfecto? Demasiada gente, demasiados gustos. PD1: Yo también aplaudo la idea del limbo de Maine. PD2: Volveré a verla, se lo merece.

Kujavi dijo...

Me ha gustado la entrada, a pesar de no ser fan de la serie.

En cuanto al final, Si La Escalera de Jacob ya era peli de culto ahora lo va a ser 10 veces más:

http://www.filmaffinity.com/es/film706900.html

chicoutimi dijo...

Gran post, n. Me ha encantado.
Aunque yo en cierto modo sí estoy de acuerdo con la mención a Los Serrano al hablar del final.
No porque sea del mismo tipo, sino porque "final de los Serrano" ha quedado como sinónimo de final fácil-"uy a ver cómo acabo esto, después del jardín en el que me metí".
Y a mí sí me quedó esa sensación.

Fliper dijo...

No quise leer ninguna opinión sobre el desenlace hasta haber escrito yo la mía. Ahora que ya lo he hecho me he puesto a ver qué dicen los demás, y lo que has escrito se parece tanto a lo mío -aunque tu enfoque es más divertido y al tiempo más serio- que me dan ganas de quitar lo escrito y poner simplemente un enlace a Sindrogámico. No descarto haberme levantado sonámbulo y haberte leído a escondidas de mí mismo.

n. dijo...

LA DESGRACIÁ: No lo leas, que se destripa toda la sexta temporada. Por cierto, soy un señor con barriga, pero gracias por lo de linda ;) Un abrazo.

lostie: muchas gracias, el análisis que enlazas me ha parecido muy interesante...

Walter: gracias a cascoporro.

Maine, Anónimo: sí, si la idea del limbo y los reencuentos es emotiva, pero es más propia de una serie como "Entre fantasmas" que de una serie que durante años ha coqueteado con altos conceptos filosóficos y científicos. Nos prometieron "El Séptimo Sello" y nos han dado "Ghost". Y en mi opinión, eso es un timo.

Juliet: jeje, sí, recuerdo la escena cutre de la tercera temporada en la que unos osos blancos de peluche atacaban a Locke en una cueva. Por eso me ha sorprendido que mucha gente haya puesto a los osos como ejemplo de "misterio sin resolver", cuando, aparte de estar resuelto de esa manera, a estas alturas me parece una nimiedad absoluta.

Radmains: ¡Es verdad, La escalera de Jacob! Y hay una peli de hace un par de años que se llama "Passengers" (creo) que me da a mí que también va a vivir una segunda juventud...

Chicoutimi: totalmente de acuerdo con "serranazo" como "salida fácil", pero es que mucha gente lo aplica de forma literal (como la famosa tipa de las gafas de Cuatro). Y es que otra de las cosas que más me ha cabreado de esta temporada es lo perezosos que me han parecido los guionistas, que cuando querían dar alguna respuesta sentaban a un personaje y montaban una sesión de preguntas y respuestas como si se tratara de una clase para niños tontos (pienso en Jacob en la fogata). Tan obvio como la conversación final entre Jack y su padre, que no comprendo cómo alguna gente no la ha entendido.

Miguel: Je, je, fui yo que giré la rueda mágica, me leí tu entrada, volví y escribí esta ;) Me ha encantado que hayas incidido en lo conservador tanto de la solución de la línea temporal como de la historia de la isla. Espero impaciente tu conclusión sobre Jacob como hermano malo...

Un saludo a todos y gracias!

Maine dijo...

"Otra de las cosas que más me ha cabreado de esta temporada es lo perezosos que me han parecido los guionistas..." Tu afirmación me recuerda a ese capítulo de Los Simpsons en que los actores y guionistas de "Xena" justifican ante los fans cada detalle inexplicable de la serie diciendo "lo hizo un mago":

"¿Por qué el caballo de Xena es blanco y en la escena siguiente es negro?"
"Sí... esto... eh... lo hizo un mago".

Así que nada, no te quejes que podía haber sido peor.

XD

n. dijo...

Ja ja, me ha encantado lo del mago. En el mundo lostiano, ese síndrome se conoce también como el síndrome de la tortuga mágica.

Carmen dijo...

Yo también les compro la moto (no sólo por la idea del limbo; solamente por la última escena de Jack cerrando el ojo con Vincent al lado, ya compro), por supuesto, pero con ciertos reparos. Porque eso no quita para que reconozca que la última temporada ha sido tramposísima... no porque no desvelen los "misterios" de qué es la Isla y esas cosas (que maldita la falta que me hace saberlo, si de todas formas no lo iba a entender xD), sino porque se han sacado una última trama de la manga (Jacob, Humo Negro, blablabla) que no sólo está regular resuelta en sí misma, sino que además se cepilla todo lo anterior de mala manera (ese Widmore partiendo el bacalao durante cinco temporadas y que llega a la Isla supuestamente para liarla parda, y termina escondido en un armario? wtf?).

Vamos, que de hecho estoy de acuerdo con que la idea del limbo y de los reencuentros no sólo es buena, bonita y emocionante; es que es tan buena (como truco) que ha conseguido convencer a mucha mucha gente y que los guionistas sigan con vida xD.

Palimp dijo...

Coincido contigo completamente. Este final sólo explica la línea alterntavia y deja todo lo demás en el aire. Aunque lo prefiero a explicaciones chuscas y sin gracia. Que la isla tenga un tapón escondido que se puede tapar y destapar me pareció ridícula. Y el final de 'to er mundo es güeno' besitos y abrazos por doquier da ganas de pillar una escopeta y matarlos a todos... ah no, que ya están muertos.

NáN dijo...

No he visto ni una sola escena, pero lo que contáis aquí me recuerda una clase a la que asistí en la que se habló que en las obras mediocres del teatro barroco, cuando el autor se había desmadrado tanto que no sabía cómo controlar la historia, ponía un final de deus ex machina, para que se pudiera bajar el telón.

Sí vi medio capítulo de Flashforward y me idignó. Alguien me comentó que era el estilo sacado de Lost, al que definió como "microfolletines fractales".

Las pedradas, por favor, a mi vecino de al lado, que me cae gordo.

Rfa. dijo...

Yo estoy muy satisfecho. La felicidad que he sentido con esta serie es especial, no tiene nada que ver con otras felicidades que haya podido conocer. Me acuesto en el suelo de mi salón y digo "alabado sea Dios". Ojalá esta montaña rusa no se acabase nunca.