jueves, 27 de agosto de 2009

Tendencias (de verano)

De toda la vida: clavando la sombrilla

Es bien conocido por todos ese deporte nacional veraniego que consiste en madrugar para dirigirse con celeridad a la playa de turno y clavar la sombrilla en primera línea, para ser, horas más tarde, engullido por la tropa de veraneantes. Ahora habrá que extrapolar este vulgar comportamiento a la ciudad, levantándose pronto de la siesta para conseguir mesa en alguna de las terrazas, las cuales no sólo están abarrotadas sino que también reguladas por una abigarrada legislación municipal.


Es actual: levantar Madrid

Aprovechando el descanso estival y la llegada de turistas las autoridades municipales han decidido convertir la ciudad de Madrid en una verdadera ruina para deleite de los objetivos de los visitantes y en campo de ejercicio para el fortalecimiento de sus ciudadanos. Qué mejor que suplir la disminución de la contaminación y tráfico con el ruido y polvo de las obras para que no se altere nuestro nivel de estrés habitual. Qué mejor manera de perfeccionar nuestro estado físico sino ejercitándose por una ciudad levantada en obras y hundida en agujeros. Cómo aumentar el número de turistas sino a base de ruinas y decadencia. Benditos regidores que se preocupan por nuestra salud y bienestar. Y la de nuestros entusiastas visitantes.


Lo será: Jacko kit

En este verano de Crisis uno esperaba que se hubiera puesto de moda los desmontables con anclajes, esos que abaratan el producto en sí mismo, tales como las gafas de sol de clip, los patines de correas o combinaciones de ropa a base de velcro. Sin embargo, parece que la última tendencia estará condicionada por ese otro monstruo mediático: la Gripe A, que provocará que el hecho de llevar máscarilla y guantes de latex sea algo más que un pequeño homenaje a Michael Jackson. Basta que uno aparezca un día con dicho atuendo en el metro que el miedo hará el resto para convertirlo en tendencia.

2 comentarios:

NáN dijo...

En "de toda la vida" lo has clavao, ¡sí señor! A veces quedamos con amigos, familiares selectos o socios minoritarios de la vida en una determinada terraza de la plaza 2 de mayo. La cita es a las ocho o las ocho y media. El procedimiento es que a las 7:10 me voy a la terraza con un libro a pillar mesa. A las 7:30 ya no queda ninguna libre.

Lo de "actual", creo que es permanente, pero hay que reconocer que este año se han esmerado al acercar la ruindad al centro.

"Lo será" parece plausible y siniestro. Lo que haya de ser, será. Una cosa es lavarse las manos al volver a casa, después de ver en el metro que uno estornuda sobre su mano y acto seguido se coge de la barra tan pancho. Otra es que vayamos con Burka.

Ayer me preguntó mi jefe, ¿cuántas vacaciones te quedan". "11 días más 4 de la gripe", respondí. Optimista nato, estoy seguro de que seré del porcentaje que no muere.

En fin, Walter, tus Tendencias son siempre un acierto.

ese dijo...

Madrugar siempre es divertido en los hoteles de veraneo.
Cuando el sol empieza a aparecer es la hora de hacer el único ejercicio del día: coger el ascensor a toda prisa y correr hacia la piscina, tender una toalla en tu hamaca favorita -esa que luego tendrá sombra- y volver deprisa para darte una ducha y bajar a pelear por el desayuno con gente de acento bárbaro.

Este año, en lugar de hotel, hamaca y toalla para reservar, está de moda la terraza, la silla y la bata de guatiné para guardarte el sitio.