domingo, 23 de marzo de 2008

R.E.M.

Accelerate (Warner, 08).

No creo que a estas alturas nadie espere nada especial de un nuevo disco de R.E.M, y más después del descalabro de “Around the Sun" (Warner, 2004). Tras más de 25 años de carrera, R.E.M. ya entraron hace algún tiempo en la categoría de los dinosaurios, junto a luminarias como U2 o The Rolling Stones. Lo único que cabe esperar ahora de un disco de R.E.M. son 3 ó 4 temas decentes que no molesten demasiado entre las docenas de joyas que pueden elegir para montar el repertorio de un concierto. Como ya hicieron U2 en esa nadería llamada “How to dismantle an atomic bomb”, la solución más fácil parece el autohomenaje: “Living well is the best revenge” recuerda sospechosamente a “These days”, y el single “Supernatural superserious” podría entrar en la zona media de “New adventures in Hi-fi” sin demasiados problemas. La verdad es que la cosa no tiene demasiada importancia, así que resumiré diciendo que, al menos, hay dos buenas noticias. La primera, que el disco no es tan malo como “Around the sun”, que dura poco más de media hora y que su primera mitad se puede disfrutar sin demasiados prejuicios. Y la segunda, que habrá gira, lo que permitirá a los más espabilados recordar por qué R.E.M. son uno de los grupos más importantes de finales del siglo pasado, uno de los primeros grupos que logró ser masivo sin renunciar a sus principios, que supo mezclar intelectualidad y pop sin resultar pedante, que consiguió que mucha gente comenzara a amar la buena música. Uno de los grandes, en definitiva. Para reivindicar su glorioso pasado, tras “Leer más” podréis encontrar un ladrillazo con un resumen de su discografía. Porque uno siempre recuerda con especial cariño los primeros amores, aunque años después los veamos gordos o gordas o calvos o calvas o aburridos o aburridas. 5

Murmur(IRS, 82). Pocos, muy pocos grupos pueden presumir de un debut como “Murmur”. Evocador, misterioso, otoñal, “Murmur” captura el sonido de un sur tan denso y opaco como los campos de kuzu que ilustran su portada. Elegido por sorpresa disco del año por Rolling Stone (quién te ha visto y quién te ve), es imposible recomendar canciones por separado: lo mejor es escucharlo del tirón y dejarse atrapar por un universo tan cerrado como mágico. 10

Reckoning (IRS, 83). Pese al aplauso general, Berry, Buck, Mills y Stipe se lían la manta a la cabeza y deciden capturar la energía de sus directos en un segundo disco grabado con la mandíbula apretada. Siguen presentes las armonías tipo Byrds, pero los ritmos se aceleran en canciones como “Harborcoat” o la preciosa "So. Central Rain". Más homogéneo y regular, tiene la canción tonta más encantadora que recuerdo, y que siguen tocando ocasionalmente en sus conciertos, “(Don’t go back to) Rockville”. 8

Fables of the reconstruction (IRS, 85). El grupo viaja a Londres a grabar con Joe Boyd, mítico productor del folk anglosajón y de (palabras mayores) Nick Drake. A Michael Stipe le da un ataque salvaje de morriña y se le va la pinza, se corta el pelo como un monje y al grupo le sale un disco “oscuro, denso y paranoide”. Considerado casi unánimemente un paso en falso y a pesar de una producción algo dudosa, el número de aciertos permanece notablemente alto: “Feeling Gravitys Pull” revive en directo, “Driver 8” es una maravilla y los arpegios de “Green grow the rushes” son de lo más bonito que ha salido de las manos de Peter Buck. Años y años después, “Wendell Gee” me sigue poniendo tonto. 7

Lifes Rich Pageant (IRS, 86). En el unplugged que R.E.M. hicieron para la MTV en 1991, Michael Stipe decía sobre “Fall on me”: “puede que ésta sea mi canción favorita en toda la carrera de R.E.M.”. No seré yo quien le quite la razón: “Fall on me” es una de las mejores canciones de los 80, y además marca junto con “Cuyahoga” y “The flowers of Guatemala” el comienzo de los R.E.M. concienciados ecológica y políticamente. Superado el trauma inglés, se disfruta del retorno a los orígenes rockeros con “Begin the begin” y “These days”, de un avance de los trucos de Calexico en “Underneath the bunker” y de la preciosidad folk de “Swan Swan H”, mucho más descarnada en la versión acústica que aparecía en el documental “Ahens, GA Inside-Out” junto al clásico “(All you have to do is) Dream”. 8


Document (IRS, 87). Primer golpe comercial: “The one I love” es la primera canción de R.E.M. en que aparece la palabra “love” y su primer éxito masivo, y su apropiación del “Subterranean Homesick Blues” de Dylan, la espídica “It’s the end of the world as we know it (and I feel fine)”, se convierte en un himno de carácter casi profético (“That’s great, it starts with an earthquake, bursts, snakes and aeroplanes”), ideal para cerrar conciertos. “Document” es el álbum político de R.E.M., con referencias más obvias en las tremendas “Finest worksong” y “Exhuming McCarthy” y mucho más sutiles en canciones como “Disturbance at the Heron house”. Rolling Stone los calificó entonces como “la mejor banda de rock’n’roll de EEUU”. Pues va a ser que sí. 8

Green (Warner, 88). Convertidos en la banda de referencia del Nuevo Rock Americano, “Green” supone el salto de R.E.M. a una multinacional. Muchos se rasgaron entonces las vestiduras, pero en aquel momento R.E.M. estaban por encima de muchas tonterías y el aterrizaje no se notó demasiado. Se ríen de la estupidez de las radiofórmulas en “Pop Song 89” (con vídeo censurado y todo) y se apuntan otro éxito masivo con su “Get Back” particular, “Stand”, una de esas canciones tontas que tan bien les salían. “World leader pretend” es su canción política más explícita hasta la fecha (es la primera letra de una canción de R.E.M. que aparece en la carpeta del disco), “Orange crush” da susto cada vez que empieza y “You are the everything”, de tan sencilla que es, desarma. 7

Out of time (Warner, 91). No hay nada que añadir sobre “Losing my religion”, la canción que marcó el inicio de los 90 junto a “Smells like teen spirit”. Porque, aunque ya esté más que quemada, hay que recordar el mérito de que una canción de letra totalmente obtusa, sin estribillo y cuyo instrumento principal es una mandolina se haya instalado en el imaginario popular. De repente, la música que sonaba casi exclusivamente en las radios universitarias estadounidenses se coló en millones de hogares y walkmans, y gente que sólo oía(mos) tontadas nos sentimos mucho más listos escuchando maravillas como
“Country feedback”, “Half a World away” o “Texarkana”. No le pongo más nota porque, años después, todavía no he conseguido pillar el chiste de “Shiny happy people”. 8

Automatic for the people (Warner, 92). Golpe maestro. Con el mundo a sus pies esperando un nuevo “Losing my religion”, R.E.M. se sacaron de la manga un disco oscuro, descarnado, con un ambiente fúnebre flotando por todos sus surcos (“Sweetness follows” da miedo), y sin ningún desperdicio. Y lo titularon “automático para la gente”, con un par. Desde el lúgubre manifiesto de “Try not to breathe”, pasando por esa perfecta canción de autoayuda que es “Everybody hurts” y con parada en la rabia escupida a fuerza de “fucks” en “Ignoreland”, sobran muy pocos segundos en “Automatic for the people”. Quizás “New Orleans Instrumental #1”, preludio de uno de los finales de disco más espectaculares de la historia: la perfección pop de “Man on the moon”, la nostalgia infinita de “Nightswimming” y, debilidad absoluta, “Find the river”, la única canción que me ha hecho llorar la primera vez que la oí. Obra maestra absoluta, sin cortapisas. 10

Monster (Warner, 94). Tras varios años sin salir de gira, la lógica del negocio se impone y R.E.M. deciden grabar un disco con el que pasearse por los grandes recintos. Michael Stipe se rapa la cabeza y el grupo decide poner a tope la ganancia de sus amplis y grabar el primer disco de R.E.M. que despierta dudas. Tirando de inercia, destaca sobre la masa de ruido la conmovedora “Let me in”, sentido homenaje al malogrado Kurt Cobain. Por lo demás, pocas nueces. Ha envejecido mal, la verdad. 4

New adventures in hi-fi (Warner, 96). Grabado a salto de mata entre conciertos y pruebas de sonido en varias ciudades, “New adventures in hi-fi” es el mejor retrato posible de los R.E.M. del 96. Accidentados, girando sobre sí mismos, capaces de lo mejor (“E-bow the letter”, “Electrolite”, “Bittersweet me”) y de medianías como “The wake-up bomb” o “Binky the doormat”. Empate, pues, con cierto eco de victoria moral por momentos tan tremendos como el comienzo de “Leave”. Pero el barco empieza a hacer aguas y Bill Berry, batería de toda la vida, decide abandonar el grupo. En ese momento nadie imaginaba cuánto se le iba a echar de menos. 6

Up (Warner, 98). Con la crítica poniendo los primeros peros, Mike Mills acertó describiendo a los R.E.M. de 1998 como “un perro de 3 patas”. Tocaba comenzar de cero, y tirando de cajas de ritmos y baterías mercenarios, “Up” fue lo mejor que podían ofrecer R.E.M. en aquel momento, con grandes momentos como “Walk unafraid”, “Daysleeper” o “Falls to climb”. La “versión Oxford” de “Why not smile” que aparecía en el single de “Daysleeper” es también bonita hasta decir basta. Como curiosidad, es el primer disco de R.E.M. en el que se incluyen todas las letras en la carpeta. Victoria pírrica. 7

Reveal (Warner, 01). Trampa. “Imitation of life” era el mejor single que habían grabado R.E.M. desde “Man on the moon”, una de las canciones que mejor definen lo que es y será su legado: una perfecta melodía pop bañada en melancolía. Y nos hicimos ilusiones, pero el resto de “Reveal” no llegaba tan alto. Había momentos inspirados, como la gran “I’ve been high” o la reservona “I’ll take the rain”, pero parecía inevitable sentir que faltaba algo, con momentos de planicie tan absoluta como la sosérrima “All the way to Reno (you’re gonna be a star)”. No es un mal disco. Es el último disco no malo de R.E.M., de hecho. 6

Around the sun (Warner, 04). Porque aquí ya se agotan las excusas. “Around the sun” es un disco malo, malo, malo. Más propio de medianías como Bryan Adams que del grupo que ha grabado “Talk about the passion” o “Sweetness follows”. AOR de garrafón, con una producción terrible que incluso acababa con las escasas posibilidades de canciones medianas como “Aftermath”. Se salva del cero absoluto por “Leaving New York”. 2

8 comentarios:

mikto kuai dijo...

Qué grande n., millones de gracias. Para los que no hemos profundizado en la música de R.E.M. tenemos una excelente oportunidad de hacerlo a través de este repaso a su discografía, vaya currazo, sí señor.

Yo creo que no habré comprado más de diez vinilos en mi vida, pero uno de ellos fue el Automatic for the people, así que quizás ya va siendo hora de indagar en el resto, con la inestimable ayuda de tus pistas ;)

Rfa. dijo...

Yo descubrí a R.E.M. en una romería de principios de los noventa donde la gente sólo escuchaba Losing my religion o a Chimo Bayo. En 1992 empecé a comprarme sus discos, pero nunca pasé de cuatro. De hecho, me quedé en el Automatic for the people, cota insuperable. A partir de ahí, sólo he disfrutado de verdad (muy de verdad) el Leave del New Adventures... y el Imitation of life, que tenía el mejor vídeo que he visto en años.
Con el tiempo, Michael Stipe se ha convertido en una parodia de sí mismo que sólo queda bien en los episodios de los Simpson. Y, por desgracia, se ha llevado consigo al agujero al resto del grupo. Hubo una época en que me pareció un tipo con carisma, pero ahora me parece un payaso. Y su última bromita de youtube, me temo, sólo le ha debido de hacer gracia a él, que tanto se ríe. Lo dicho: siempre nos quedará el Automatic...

d. dijo...

Yo también agradezco mucho, n., tu excelente revisión de REM, que tiene tanto curro como lo de las temporadas de Perdidos que también pueden leerse por aquí. Sólo te reprocho que es muy parecida a lo que dicen los cánones de la prensa musical. Por cierto que la cronología de su etapa IRS espanta: 5 discos en 6 años.
Y en cuanto a lo que dices, Rfa., debe de ser que presto menos atención a las apariciones de Stipe en los medios que a sus discos. A mí me sigue pareciendo que REM tiene una pátina intelectual que les sitúa un paso por delante de los dinosáuricos U2, a pesar de sus desaciertos recientes. A gente que ha hecho música tan buena hay que estarle agradecido siempre.

Ana dijo...

"Automatic for the people" es un disco genial y del resto de sus discos lo que tengo son canciones sueltas, singles, etc que un amigo tuvo a buen hacer de recopilarme de su discografía. De lo último que habían hecho no sabía nada..normal si pasó sin pena ni gloria de lo malísimo que decís que es.
Lo que me gustó es saber que sacan algo nuevo y lo más seguro es que hagan gira. Ojalá pasen por mi ciudad, no me los pierdo!

Walter Kung Fu dijo...

Después de revisar esta entrada y algunos de los vídeos y canciones que aquí se incluyen estoy sumergido en un ataque furioso de nostalgia adolescente. Me desvirgué con REM con Losing my religion, como tantos otros, a la edad de 18 años, como en otras cosas. Muy acertado aquello de que "marcó el inicio de los 90 junto a Smells like teen spirit." En aquel momento pensé que se trataba de un grupo serio y diferente. Ahora no tengo muy claro ni lo uno ni lo otro.

Solo tengo en propiedad Green, adquirido en aquellos terroríficos saldos de Madrid Rock, previos a su desaparición, y el cual creo haber pinchado sólo una vez. Mi debilidades son Radio free Europe y Don’t go back to Rockville.

Y Michael Stipe me cae igual que Bono.

Hans dijo...

N., gracias mil. Es una síntesis sensacional.
Las primeras veces que les escuché fue en un programa medio underground en el Canal 2, una radio Zaragothamana, de la mano de un DJ estupendo, Cachi, alrededor de 1984, en plena eclosión del Nuevo Rock Americano, en paralelo con algunas de las bandas yanks que, para siempre, se han quedado enredadas en alambre de espino mental de 'las más mejores': Smithereens, Long Ryders, aunque también los Barracudas...´
Y, además, son una banda con Rickenbacker, y eso ya se sabe que a Hans... ;-D

Is dijo...

sin duda un post de referencia, enhorabuena.

chicoutimi dijo...

Estupendo post, n. Yo no sé cómo aún no te han llamado de RDL para que les hagas las revisiones. ;-)
Coincido bastante contigo, aunque de los primeros discos sólo conozco canciones sueltas. Pero me ha salido la sonrisa al leer la crítica de Reveal (es verdad, con qué entusiasmo compré el disco al esuchar "Imitation of Life", y cómo se desinfló después), pero también cuando hablas de "Fall on me" o todo "Automatic for the people". Sólo una pega (pero no sólo a ti): creo que "Shiny happy people" está injustamente infravalorada.