lunes, 26 de noviembre de 2007

La duda y la peor banda del mundo.

Desde que escribo en blogs hay veces que me asalta la duda de estar haciendo el imbécil. ¿A vosotros no os pasa? Quiero decir: ¿realmente tengo algo que aportar? ¿Es tan importante andar por la vida haciendo análisis de las cosas que me pasan, de las películas que veo, de los cuadros que me gustan? Una vez leí que si te pasas el tiempo tratando de explicar la vida, al final dejas de vivirla. Y no lo decía ningún filósofo de carpeta cutre, ojo, sino Santi Carrillo, el director de Rockdelux, que viene a ser un tipo normal, como tú y como yo pero con experiencia de periodista. Por suerte (o por desgracia, ya digo que no lo tengo muy claro), estas comeduras de cabeza suelen durarme más bien poco. Al final siempre regreso al ordenador convencido de que esta vez voy a ser original, de que voy a aportar un granito de arena, de que voy a aprender, yo qué sé. Pero la semilla de la desconfianza está ahí, y basta cualquier estímulo para que me vuelva a plantear si andar colgado de los blogs merece la pena.
Estos días, sin ir más lejos, ando releyendo La peor banda del mundo, un cómic portugués que me fascinó hace algunos años. El tebeo es un mosaico de vidas tristes que rezuman poesía, al más puro estilo lisboeta. Un pelín pedantorro, lo reconozco, pero bonito. Y mira tú por donde, en una de esas historias he vuelto a toparme con el dilema de marras. O sea, he vuelto a preguntarme si hace falta explicar las cosas hasta el fondo, si no estaría mejor calladito. Para leer la historieta sólo tenéis que pinchar en "leer más". Y, para comprobar hasta qué punto me planteo si esto de escribir es necesario o no, mirad lo que voy colgando en mitte. Durante esta semana dejaré allí una historia de La peor banda del mundo cada día. Y no me tomaré la molestia de justificar por qué me gusta.

La última palabra.



9 comentarios:

d. dijo...

Bueno, Rfa., de veras que con esta entrada, y sobre todo con el tebeo (digo historieta, digo...), me has dejado sin habla. Has dado en el clavo de lo que a mí me pasa con Mi Novela Autobiográfica. Hay tantas veces un poso como de ¿para qué? Tantos días en los que se dice uno: ¿hablo de un nuevo disco o dejo el blog? Y en mi caso (porque soy un trágico) dejar el blog significa borrarlo, suprimirlo, no sólo dejarlo colgado.
Por ejemplo el pasado jueves. De veras que lo el pasado jueves lo dejaba. Y justo ese día va y pasa: tú me comentas. Y m. me dice por la tarde que le ha encantado la canción. Es una de las cosas que merecen la pena de tener un blog, incluso en solitario: la posibilidad de intercambio.
Por otro lado pienso que los que escribimos y leemos blogs realmente necesitamos un espacio en que contar lo nuestro, de decir lo que te ha gustado un concierto, de contar esa idea un poco luminosa que tuviste al ver una película... Yo antes de escribir en blogs les mandaba correos muy largos y muy aburridos a los amigos íntimos, con la tonta intención de hacer literaturas de lo cotidiano. Pobres. Hasta discutimos por aquello. Ahora quien quiera, puede leer en mi blog. Lo tienen ahí. Pero al final lo escribo porque a mí me sale escribirlo.
En cuanto al comic, muy hermoso, en ilustración y en evocaciones. ¿Pero no te parece que el extrañamiento y la melancolía son sentimientos algo fáciles?

Walter Kung Fu dijo...

Entiendo que a estas alturas ser original me parece hartamente complicado, si bien es de agradecer vuestro ímpetu y constancia. En cualquier caso, explicar las cosas me parece algo pretencioso, no?

Yo no me complico tanto la vida, mejor dicho, no me complico tanto mi existencia bloggera: si tengo tiempo y algo que contar o recomendar lo hago, aunque a veces resulte igualmente frustrante no dar con la forma de esas entradas que a uno le rondan la cabeza.

Respecto a esos sentimientos de extrañamiento y melancolía, aunque suene a tópico, no olvidéis que el autor es portugués.

Miguel Carvajal dijo...

Es un asunto interesante. Coincido con los tres. A veces uno se pregunta por qué. Más aun cuando lo que se cuenta ni siquiera es cultural, que suele interesar a otros. Muchas veces tus escritos son culturales, como ahora. Eso tiene mucho sentido. Lo normal es dudar de la escritura cuando son simples ocurrencias. Pero, por otro lado, soy partidario de ese perfil de bloguero que está por dar rienda suelta a su afición por contar. Uno de vuestros visitantes dijo que a veces solo el hecho de tener el blog le permitía ver las cosas que le ocurrían de otra forma: "Esto es curioso, puedo contarlo en el blog". Y le hacía sentirse menos solo. En el fondo dar un perfil tipo del bloguero es más difícil incluso que definir en qué consiste ser español. Lo importante es que estamos aquí y punto. Es como vivir. De hecho, en parte estar en la blogosfera es como vivir. Hemos llegado y seguimos las pautas.

mikto kuai dijo...

Suscribo tu post Rfa., ando desde hace unos días con una crisis tremenda con esto de los blogs, espero que mi comedura de olla no se alarge mucho, a mi es que ya me costó al principio hacerme a estas cosas de los blogs (a la parte práctica me refiero, no a la de observador) y cual movimiento cíclico estoy volviendo al principio... uy, que me estoy poniendo la mar de espeso... Yo creo que es la falta de luz, me está pudriendo que anochezca a las cuatro y media de la tarde por aqui, joder, así no hay quien viva, en fin, que últimamente tengo unos altos y bajos como cuando era un criajo, hay que joderse.

Por cierto, siempre he tenido ganas de leer ese cómic desde que me lo recomendaste hace tiempo, y todavía no le he hincado el diente... (he leído las historietas que has colgado hasta ahora y me están gustando bastante).

Anónimo dijo...

¡Pero, ¿qué cosas decís?! Aprendo un montón con lo que escribís. Esas dudas se tienen cuando el espíritu se pone maximalista. Como nada tiene un efecto supremo, parece que nada sirve para nada.

Y sin embargo, las cosas pequeñas, las cálidas cosas pequeñas que van llenando los días, son lo más importante que tenemos. Escribir sabiendo que 5, 10, 20 personas te van a leer con gusto. Poder leernos. Conocernos, o no. Incluso los que no nos concemos, nos vamos conociendo. Todo eso aleja el frío.

Rfa. dijo...

Je, je, es curioso que todos tengamos experiencias parecidas.
d.: Yo también era de los que me enviaba mails larguísimos con mis amigos. De hecho, el origen de Sindrogámico está en esos mails y en las sesudas (e interminables) discusiones que venían después. Después de un año y pico, sin embargo, hemos descubierto que el intercambio no es el mismo cuando juegas a la vista de todos. Lo cual es lógico, ya que tu opinión va a ser vista por un montón de gente.
Walter Kung Fu: Tu comentario introduce un matiz interesante, la diferencia entre escribir para "explicar" o para "contar". Yo soy de los que apuesta por los posts que "explican", pero no pienso que eso sea pretencioso. En realidad, creo que no los escribo para los demás, sino más bien para mí mismo, para ordenarme las ideas. No para educar al personal.
Sintomático: tienes razón. Yo empecé a escribir en internet porque una vez leí que si no tenías blog, no eras nadie. Se ha convertido en una auténtica forma de vida, supongo, aunque sea vida alternativa. Otro asunto bien distinto es el de la soledad del bloguero. ¿Somos amigos los que nos leemos? ¿Hasta dónde puede llevar la camaradería en estos foros?
Mikto Kuai: hace un tiempo que pienso que, en realidad, el texto no tiene por qué formar parte de un buen post. Lo bueno de los blogs es que tienes miles de formas de compartir. Lo que estoy haciendo ahora en mitte, por ejemplo (un cómic sin comentario alguno), es una puesta en práctica de esta idea. Si no te sientes cómodo escribiendo, utiliza otros recursos. ¡Liberémonos de la dictadura de las palabras!
NàN: no deja de llamarme la atención que alguien aprenda con lo que escribimos. Pero supongo que sí, que al final esto de contar lo que uno hace termina por dar ideas a los demás. O sea, que la cosa funciona. O sea, que podemos relajarnos. O sea, que no importa el frío, como bien dices.

Anónimo dijo...

Rfa., ¿no me digas que lo dijo Santi Carrillo? Joder, qué tío, cuánto sabe...¿Y hasta que llegó él nadie se había pronunciado al respecto? Te cuento que cuando M. Yourcenar, esa que escribió las Memorias de Adriano, explicaba las razones del título, contaba que Adriano había sido un hombre de acción y que un hombre de acción no escribe diarios, sino que llegado a la edad madura, mira hacia atrás y recrea su vida. Esa es la poesía de la memoria.

Rfa. dijo...

A mí también me encantó Memorias de Adriano, Anónimo, pero jamás habría tomado a Adriano por un hombre que sólo escribe y reflexiona sobre su vida cuando está a punto de palmarla. Este señor, como bien recordarás, fue un gran humanista (aunque esa categoría no se había inventado, me temo) desde bien pronto.
En cualquier caso, si lees este blog habrás notado que me divierte mucho más citar a personajes normales que a grandes sabios. Siempre impresiona más lo que te cuenta tu vecino, por cercano. ¿O no?

Pat dijo...

Muchas veces cuando leo blogs no comento ni digo nada, quizás porque no tengo nada que aportar o porque una vez leidos los comentarios me quedo tan agusto que no necesito escribir para que la gente piense que les leo. Al principio reconozco que si lo hacia, ahora creo que el mundo de los blogs debe ser anárquico y responder a las necesidades de sus creadores.