El último dandi
Sin duda mi aristócrata favorito de siempre ha sido José Luis de Vilallonga. Siempre lo fué. Cada noticia, cada entrevista, cada rumor, cada palabra, cada manifestación que provenía de él resultaba interesante y atractiva: su sincera confesión de haber formado parte de un pelotón de fusilamiento franquista a los 16 años; su participación en diferentes películas como Desayuno con diamantes, bajo petición expresa de Audrey Hepburn gracias a su fama incontestable de galán, y otras tantas de Louis Malle, Berlanga, Fellini y otros autores europeos; criador de caballos; escritor, corresponsal y periodista, otras cuantas novelas y colaborador de Paris-Match, Vogue, Interviú, incluso director de Play Boy en España; monárquico genético, simpatizante socialista y comunista; tres matrimonios e inumerables aventuras amorosas, pués "sedujo a las mujeres más hermosas de la alta sociedad internacional"; "entrevistó a casi todos los líderes políticos del momento, viajó en los mejores barcos, se codeó con los grandes de un mundo donde brillaban los Onassis, las Kennedy, los Rotschild..."; fieles amistades y enemigos; y, sobre todo, un insistente vividor. Todo ello tamizado con sus maneras elegantes, serenas y sinceras.
Recientemente cuando le preguntaron si tenía miedo a la muerte, Vilallonga reconocía que de la vida sólo esperaba ya que no fuera demasiado larga. "Lo que me da miedo es morir y que exista el cielo, no quiero ir al cielo, me encontraría con toda la gente que odio en la vida y de repente estaría ahí con los Oriol, con las beatas, con los del Opus. El infierno es mucho más apetecible, están todos los amigos... y los obispos vascos". Toda una figura. Pérdida de un Grande.
Recientemente cuando le preguntaron si tenía miedo a la muerte, Vilallonga reconocía que de la vida sólo esperaba ya que no fuera demasiado larga. "Lo que me da miedo es morir y que exista el cielo, no quiero ir al cielo, me encontraría con toda la gente que odio en la vida y de repente estaría ahí con los Oriol, con las beatas, con los del Opus. El infierno es mucho más apetecible, están todos los amigos... y los obispos vascos". Toda una figura. Pérdida de un Grande.
8 comentarios:
A mí, más que su biografía de juerguista, me da envidia un rasgo de su personalidad: la continua predisposición a combatir el aburrimiento. Esa es la clave.
Fíjate, este verano le vi en la película de Fellini "Giulietta degli spirit" en el cine Doré, haciendo de galán, como no... ¿encasillado? Qué palabra: galán, muy española.
Rfa., para mí la clave es el conjunto, porque su necesidad de luchar contra el aburrimiento englobaba la diversión, la juerga, la actividad intelectual, social y "profesional".
Magapola, si bien es cierto que este hombre estaba encasillado, al final desgraciadamente todos lo estamos, me parece más española donjuán.
Entonces es el clásico comunista rococó, como diría Tom Wolfe. No conocía casi nada de lo que has comentado, Walter. Qué pieza. Sin duda, me quedo también con el concepto de combatir el aburrimiento, pero no con él. Si hay algo que puedo envidiar de su vida es el tiempo de rodaje con Hepburn. Y poco más.
Siempre me había caído muy bien, pero con todo lo que has dicho, todavía mejor.
Fue un ser complejo que, además, tendía a abarcar la complejidad, lo que es un nivel más alto que ser simplemente complejo. (no quisiera enrollarme con esto y a lo mejor no me he explicado bien).
Como personaje (que no como santo, que de eso no tenía nada) lo que más atractivo me resulta es que, sin falsos pudores, supiera disfrutar de todo lo que le había aportado su nacimiento aristocrático y, al mismo tiempo, viera con placer cómo las clases altas se suicidan (y tuviera por tanto las simpatías ideológicas que tenía).
Y además, ¡guapo!
A mí me gusta la contradicción que hay en admirar a personajes tipo Vilallonga, un aristócrata vividor, cuando hay (por lo menos) una parte de cada uno que condenaría su manera de estar en el mundo. Es como lo de defender el cine de autor y adorar a Marilyn. Igual a tí no te sucede, Walter, y soy sólo yo el puritano moralista. Pero qué sano valorar lo que no serías capaz de defender.
Gran tipo. Y, aunque no lo creáis, hay que leerle. A pesar de ser un poco reiterativo, es realmente bueno cuando habla de su vida. Claro que no sólo es que escriba técnicamente bien: es que la materia prima es inmejorable. Lo de Audrey Hepburn, simplemente...
El otro día estuve viendo un ratito epílogo (prólogo de su fallido matrimonio con Begoña Aranguren) y si algo queda claro es que es un tío que ha vivido mucho.
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