martes, 20 de febrero de 2007

Películas que son un timo.

Últimamente me pasa que voy al cine y la tía de la taquilla me ve cara de tonto. ¡Siempre me da gato por liebre! Pago por ver una peli y me ponen una con el mismo título... pero completamente distinta. Y no se trata de que no me guste, qué va. Me refiero a un timo en toda regla, como si vas a comprar alcachofas y te venden mandarinas. Lo curioso del asunto, además, es que casi nadie parece darse cuenta. La gente sigue tan feliz en su ignorancia. Menos mal que estamos yo y mi nada humilde opinión para salvar al mundo. Quien quiera saber qué películas son un timo, que siga leyendo.

UNO. Cartas desde Iwo Jima. Clint Eastwood.

El bueno de Eastwood nos ha vendido una moto que no pasa de bicicleta. Su versión japonesa de Banderas de nuestros padres es una película bastante buena, pero ojo: el nivel de comprensión de la cultura nipona es el mismo que yo tengo. Y que conste que no soy yo quien lo dice, ¿eh? En una entrevista que leí, el mismísimo Clint lo reconocía: “fui incapaz de comprender por qué los japoneses se comportaban así”. ¿Mande? Entonces… ¿por qué cojones nos engañas a todos con el cuento de que has filmado la historia desde el otro punto de vista? Cartas desde Iwo Jima ni siquiera se atreve a trazar un retrato serio del fanatismo, que es un gran tema para cualquier película. En lugar de eso, el Million dollar Eastwood se conforma con que sus actores tengan los ojos chinos y hablen raro. Hasta ahí llega su aventura, y el resto es americanismo puro y duro. Del más ramplón, además. Pero que conste que la peli no es mala, ¿eh?

DOS. The Prestige. Christopher Nolan.

¿Os imagináis que vais a ver a un mago y resulta que no sabe sacar conejos de la chistera? Pues eso, más o menos, es lo que ocurre con The Prestige. Christopher Nolan nos hace creer desde la primerísima secuencia que nos va a hacer el truco del almendruco, cuando la realidad es que no pasa del Magia Borrás para críos de menos de cinco años. Este timo es tan inquietante que yo mismo me atreví a dudar de mi capacidad de comprensión. ¿Y si resultaba que no lo había entendido, que no había visto al conejo? Por suerte, mi escandalosa autosuficiencia vino a salvarme: no, no es que yo sea idiota, es que Nolan no ha estado a la altura de lo que prometía. Por lo demás, The Prestige es una soberbia lección de cómo retorcer una historia en el tiempo.

TRES. María Antonieta. Sofia Coppola.

El próximo que me diga algo de las putas Converse-que-sólo-salen-un-segundo- pasará a engrosar mi lista de idiotas ignorados, ya de por si abultada. ¿Y qué cojones me importan a mí unas zapatillas igualitas a las que llevo en este preciso instante? Ya lo dije hace un tiempo aquí, en Sindrogámico, y lo repito ahora: María Antonieta tiene de moderna muchísimo menos que yo, que sólo escucho los discos de Rockdelux. ¿Por qué nadie se da cuenta de que esta peli es tan convencional como, digamos, la estrepitosa Juana la loca? Cine histórico sin más, y un pelín malo. Lo de las canciones de marras, pues qué queréis que os diga: mucho ruido y pocas nueces. Moulin Rouge era, de lejos, muchísimo más atrevida. Pero claro, como le gusta a la gente fea...

CUATRO. Shortbus. John Cameron Mitchell

Con Shortbus no te sientes tonto: te sientes aburrido y conservador, que es peor. "Si el mundo es un lugar terrible es porque no follas o porque no dejas que los demás follen", nos sugiere John Cameron Mitchell. Chúpate esa. Pero, una vez más, la cosa tiene truco. La película es pólvora mojada: dos polvos filmados con detalle para pasar por atrevido y una filosofía de palillero para pasar por profundo. ¿De verdad tenemos que tragarnos que este planeta sería mucho mejor si todos hurgásemos en los orificios de los demás? ¡Por dios! Hasta donde mi cultivadísima virginidad me permite opinar, el sexo es el asunto más sobrevalorado de todo el siglo XX. ¡Me rebelo! Cameron Mitchell nos vende su película como el Free your mind definitivo, cuando la realidad es que Madonna había llegado muchísimo más lejos hace quince años. ¡Y sin pasar de los videoclips! El problema, señores, es confundir el uso con el abuso. Una cosa es que follar te haga sonreir, y otra bien distinta que para sonreir tengas que participar en orgias. Lo único memorable de esta cinta pseudo-pornográfica es el tipo que se chupa su propia polla en la primera secuencia. Y eso, por desgracia para Cameron Mitchell, depende más de la anatomía y la flexibilidad del actor que de los méritos del dire. Si por lo menos lo hubiera dejado para el final habríamos salido con buen sabor de boca (je, je), pero ni eso. Cuánto despropósito, la verdad.

7 comentarios:

mikto kuai dijo...

Cartas desde Iwo Jima y The Prestige no las he visto, y tardaré en hacerlo, si es que lo hago algún día. De Maria Antonieta, que vi la semana pasada, se habló en Sindrogámico y alguien dijo la palabra que yo creo mejor la define: insípida, pero a lo bestia, más que unos boquerones en vinagre sin el mismo. Y de Shortbus pues decir que no me terminó de gustar, aunque su director no creo ni mucho menos que nos quiera vender el este planeta sería mucho mejor si todos hurgásemos en los orificios de los demás.

Por cierto, hablando de autofelaciones es recomendable echar un vistazo a los monólogos de Kevin Smith. El de supermán es especialmente gracioso.

Anónimo dijo...

¡Yo no he visto ninguna! Y parece que no debería ir a verlas... Pero creo que la de "Shortbus" me va a dar por pillarla en el videoclub...

Walter Kung Fu dijo...

Yo, a este paso, o abandono también mi afición por ir al cine o dimito de leer otras críticas de películas en cartel de las que me fio. Aunque lo mejor sería ir el finde del estreno.

n. dijo...

Definitivamente, a Clint Eastwood se le ríen ya todas las gracias por defecto. ¿No se podrían haber dado las dos visiones sobre el conflicto en una sola película? María Antonieta me ha dado pereza desde el principio y me la he ahorrado (me la pillaré de videoclub o me esperaré al digital), y con Shortbus me pasa lo mismo que me pasó con Nine Songs: todavía no tengo muy clara mi opinión sobre la pornografía con coartada cultural, que ha producido subproductos de la talla de Fóllame. Cada vez es más complicado ir al cine... :(

Anadja dijo...

Pues a mí "Shortbus" me ha encantado.
Y el mensaje con el que me quedo no es, en aboluto que haya que follar con todo el mundo para ser feliz!!!! ¿¿¿En qué momento la peli induce a pensar eso??...
n., no tiene nada que ver con "9Songs", bonita, pero absolutamente vacía. "Shortbus" es una peli de sentimientos, de soledad, de incomunicación, de incomprensión... Y tiene una gran virtud: muestra el sexo tal y como es, no incomoda (al menos a alguien como yo, bastante más conservadora de lo que parezco), no resulta pornográfico, no es en absoluto sórdido, es simplemente real, incluso a veces muy divertido, y es cierto, ¿quién no se ha reído alguna vez follando?. Si te fijas un poco, los personajes de la película experimentan en un momento dado, por sus circunstancias, pero acaban volviendo con sus parejas y todos son monógamos. La cosa gira en torno al amor, o anhelo o carencia del mismo. Yo agradezco que una película me enseñe, me muestre una realidad que desconozco desde la sensibilidad y la ternura. No es que antes pensara que las relaciones abiertas no tienen sentido y que la gente que las practica o que va a orgías merezcan morir en la hoguera por vivir en pecado, por mí que cada uno haga lo que quiera, pero sí tenía (y tengo) prejuicios. Unos prejuicios de los cuales películas como esta me ayudan a deshacerme, porque al final, todos somos iguales, lo que buscamos es ser "amados" y ser "normales", tener lo que todo el mundo tiene. Qué mas da lo que haga cada uno con su sexualidad, cuando además está todo a punto de explotar- concepto neoyorquino post 11-S, siempre presente en la peli-.
Me incomodan y me repelen mucho más Todd Solonz O Larry Clark (ambos pornógrafos, cada uno en su género) que John Cameron Mitchell. Y hacía tiempo que no tenía la sensación de ver algo original en el cine.
Eso sí, me gustó mas "Hedwig and the angry inch", el listón estaba demasiado alto...

Miguel Carvajal dijo...

Todd Solonz es infumable. Gracias Anadja, cuánto tiempo llevaba queriendo escucharlo.

En busca de la felicidad, eso sí que es americanismo puro.

Antikhristas dijo...

Yo tampoco he visto ninguna,as´ñi que poco puedo opinar...tenái grandes expectativas con "Shortbus" e Iwo Jima, pero ahora no sé que pensar. En cualquier caso, me encanta leer vuestras opiniones.