Grupo de expertos Solynieve: Alegato Meridional
Pues al final va a ser verdad que la componente geográfica influye en la personalidad. De la misma forma que hay gente de verano y gente de invierno o gente de mar y gente de interior, hay gente de norte y gente de sur. Para J, voz cantante de los Planetas, el norte son las obligaciones adquiridas, las compañías discográficas, los desórdenes amorosos, las drogas. Tras el ajuste de cuentas con su norte particular que supuso “Los Planetas contra la ley de la gravedad”, J busca descomprimir y migra hacia el sur, entendiéndolo más como un estado de ánimo que como una localización concreta. No se trata sólo de Granada o Andalucía, debajo del Mississipi también es sur; en general, donde hay tranquilidad y alegría hay sur. Quizás no sea coincidencia que Nacho Vegas cite el norte en muchas de sus canciones…
“Alegato Meridional” es un disco casi conceptual sobre la vida relajada, sobre el compadreo, sobre leer un periódico al sol de los lunes. Buscando el hilo rojo que une los folklores andaluz y americano, J y su compadre Manuel Ferrón crean un curioso híbrido que seguro desconcertará a los fans más acérrimos de Los Planetas y en el que cabe tanto la rumba catalana (“Claro y meridiano”, con palmeros y todo) como el country aflamencado (“La balada de buscando mi destino”, versión de la clásica “The ballad of easy rider” de Roger McGuinn). Para los más inmovilistas también hay temas que recuerdan a Los Planetas más narcóticos, como la titular “Alegato meridional”. La divergencia entre las dos vertientes se nota sobre todo en las dos versiones de “Par de flamenquines”: la versión “Billy Total” podría aparecer en el “Pop” planetario, mientras la versión “Mucho de lo mismo” tiene un ritmo de country trotón que la convierte en algo totalmente distinto. El espíritu costumbrista de Kiko Veneno y Vainica Doble sobrevuela el disco, y las letras se convierten en una incitación constante a la pereza bien entendida y a disfrutar de los pequeños placeres, sin estridencias: de la antigua búsqueda de nuevas sensaciones se pasa al simple disfrute de placeres tan mundanos como la fruta fresca (sandías, melocotones, higos chumbos: hay muchas frutas en el disco) o un vermú al sol de mediodía.
Parafraseando al propio grupo, se ve que hay calidad. Se agradece la falta de pretensiones (“con toda la ambición que cabe en una raja de sandía”, dicen ellos mismos) y el ambiente casual de la mayoría de las canciones; se nota que se trata de un grupo de amigos que se dan el gustazo de tocar porque sí, versionando las canciones que les gusta escuchar. La pena para los norteños es que este disco no saliera antes de verano y haberlo disfrutado al sol, en las terrazas de los colegas y tomando unos quintos helados, seguro que así gana enteros. Por ahora, nos amenizará los días hasta la salida del disco de flamenco eléctrico que han prometido los Planetas. Ufs…
2 comentarios:
Siempre me fascinó la tendencia a lo sencillo de Los Planetas, sobre todo en las letras de J. Por eso me atrae tanto este disco, que se las promete muy básico. Lo de usar la brújula para marcar diferencias ya no me seduce tanto, quizás por el tufillo a estereotipo. Me habría gustado más, supongo, un título sin ecuador.
Respecto a la música, sólo puedo decir que escuché algunos temas en El ambigú y me parecieron muy divertidos. Como bien dices, n., se nota que son unos colegas disfrutando. Esa falta de pretensiones, esa búsqueda del placer sin más, es otro valor añadido.
A ver si me hago con el disco entero y puedo opinar con conocimiento. De momento, estos tíos me caen bien.
hummm...a mí la verdad es que me da un poco de miedo el disco por dos razones; me gustan mucho los plenetas y temo comparaciones y no me gusta el rollito aflamencao.
Por otra parte vi a los planetas hace unos meses en directo y tocaron por lo menos 6 ó 7 canciones del nuevo disco y no me decepcionaron bastante.
vaya, quécomentario más negativo me ha quedado ;-)
juan
www.gritosenelcinemudo.blogspot.com
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