Ficción
No se si tengo palabras, y las que salen ahora son por inercia, por una inercia de no se qué. Hacía tiempo que no salía de un cine tan colmado, tan lleno por lo que había visto. A estas alturas, donde ya las obras maestras, o como se llamen, difícilmente se pueden encontrar en el presente, sino en los baúles polvorientos del pasado, me encuentro con esta película. Un Cine sutil, sutileza para sugerir, para describir, para evocar, para escarbarte por dentro sin apenas darse uno cuenta. Sencillo, en apariencia. Contenido, la misma contención que destilan gota a gota y de barril los personajes y lo que sienten. Los actores, los guionistas y el director, y los casi siempre olvidados técnicos.
Quizás, lector, has visto la película y no te ha tocado tanto por dentro, o ni siquiera poco. Quizás no has llorado a la salida de un cine, sí, a la salida de un cine. He llorado en salas, pero nunca fuera pensando en lo que había visto, tan emocionante, tan perfectamente imperfecto. Se me caían las lágrimas y sentía como cuando vi aquel cuadro de Napoleón y no sabía el por qué de aquella emoción; como cuando sentía la piel de un amor y mi corazón palpitaba y se salía casi; como cuando veía el árbol moverse en medio de verde con el viento hablando en voz baja.
Mientras esas lágrimas caían, cogía algunas y las estiraba en mi piel, y pensaba que lo que sentía en ese preciso momento lo había olvidado en el tiempo, porque el tiempo pasa y esas emociones, sólo esas, se llenan de polvo del desierto, se funden con el olvido, y de pronto, un viento las desvela y llegan de nuevo, tan difíciles siempre, tan escasas, tan vitalmente inmensas.
13 comentarios:
Siempre me ha extrañado que no se le de más relevancia e importancia a las películas de Cesc Gay. Todos nos quejamos del Cine patrio, de sus películas, engendros y abortos, pero cuando aparece un creador que, película a película, una tras otra, consigue confirmar las expectativas de la película anterior, sorprende que sea ignorado por medios de comunicaciòn, pùblico y premios.
Ficción es una estupenda película, sutilmente narrada, como apuntaba mikto kuai, y que podría ser una continuación de aquellas historias de pareja de treitañeros contadas En la ciudad, unos años después. Sin embargo, ahora la crisis y la pasiòn se desata en el campo, alejados de las prisas y de las tensiones de la gran urbe, de la cosmopolita y moderna Barcelona.
Seguiría hablando de las bondades y de las sensaciones de esta película, pero ante la amenaza de personificar una de las historias de Cesc Gay, me retiro a mi lecho y finalizo este comentario celebrando una vez más las películas de este autor.
Eso sí, me espera todavía el último cigarrillo del día. En el balcón, claro está.
Ya lo dice Rfa.: es más facil decir lo que no te gusta que lo que te gusta. Esto mismo lo sufre el cine español, o "patrio", como dices tú, Walter Kung Fu. Al cine español de calidad se le mira con recelo, como si tuviera truco.
Ineludible proyección, butaca reservada. Gracias, mikto kuai.
Hasta ahora dejé pasar las películas de Cesc Gay, pese a que cada vez tuve ganas de ir a verlas. Vaya uno a saber porque.
Pero esta vez, como a magapola, mikto kuai me convenció de reservar una butaca.
Como no os guste la película os vais a acordar de mi! :-P
Mi texto es bastante subjetivo, pornografía emocional, pero sentía que debía escribir así sobre ella, de alguna manera tenía que agradecer lo que me hizo sentir, fue pues mi agradecimiento.
Cesc Gay para mi es un autor, con todas las letras. Con sus dos últimas obras yo ya siento una manera de mirar muy personal y suya, y adoro esa contención en su mirada, muy ligada a la vida contemporánea, son películas que se deslizan aparentemente suaves, pero que las piensas y tienen un trasfondo pesado, nada leve, las vidas de muchos de nosotros son así, parece que somos leves y nos movemos livianos en nuestra vida burguesa, pero escarbas un poco y ves que todos tenemos mierda que limpiar, miserias. Mientras, mantenemos esa máscara de soy feliz y no pasa nada, pura incomunicación, y de repente alguien se pone a llorar en la mesa y se marcha sin más de allí con el dolor brotando ante el alucine general...
La primera película de Cesc Gay fue Hotel Room (1997), co-dirigida con Daniel Gimelberg, poco puedo hablar sobre ella ya que no la he visto, está rodada en Nueva York, aquí tenéis alguna información sobre ella. Krámpack (2000) la segunda, fue un encargo para el director según tengo entendido, la vi hace mucho tiempo y no recuerdo gran cosa (tendrá una revisita sin duda). Con En la ciudad (2003), película coral maravillosa, ya tocó la campana, como a mi me gusta decir, una película enorme, donde su director nos embelesa con ese toque muy suyo, personal, el de la sutileza. Sin dar empujones nos crea un dibujo de personajes, hombres y mujeres del siglo veintiuno en el mundo desarrollado, con sus esperanzas, desesperanzas, amor, desamor, incomunicación, vaciedad, toques mágicos (como esa nieve) y esas máscaras de la sociedad de las que hablaba antes.
Adoro su cine (y destila cine, no teatro filmado, también muy sutilmente) porque tiene esa capacidad, pocas veces vista, de hacer algo grande sin que lo parezca a simple vista, y cuando la mirada se aleja de esa aparente simpleza ves algo hermoso y doloroso a la vez, no en vano, asi es la vida.
Por cierto Rinconete, ya dijiste en otro comentario que te encantaba ver a actuar a Javier Cámara, pues en esta película esta inmenso, como lo están también Montse Germán y sobre todo Eduard Fernandez, que es el que lleva más peso en la película. Y otro “por cierto”, la película tiene una selección de músicas maravillosas. Hala, ahí queda el ladrillo.
Pues qué queréis que os diga: a mí me desilusionó bastante. Creo que Cesc Gay ha errado el tiro por muchísimo.
La primera cagada viene dada por el hecho de que, en el fondo, esta película no es más que un Spin Off de En la ciudad. Con todo lo que ello implica. Eduard Fernandez repite con uno de los personajes más interesantes de aquella cinta, pero ahora ya no aporta nada nuevo. Y claro, lo que funcionaba como parte, aburre como todo.
En segundo lugar, esta película padece de uno de los defectos que más me cuesta digerir: el ombliguismo. Cesc Gay ha dejado de mirar a sus amigos y se ha empezado a mirar a sí mismo. A mí, sinceramente, me recordaba al Medem más chungo, el de Lucía y el sexo, que se metamorfoseaba impúdicamente en un Tristán Ulloa atado de pies y manos.
Otro asunto irritante es el de la música. No me gusta que un director utilice canciones que me sé de memoria. Cuando eso ocurre, tiendo a pensar que es tan vulgar como yo. Para oir la música que tengo en casa, qué queréis que os diga, no voy al cine, ¿no?
Sin embargo, lo peor de la película, lo que menos me gustó de todo, es que no tiene historia. A veces, cuando voy al cine, pienso que el director habría salido mucho más airoso si en lugar de filmar un largo hubiese filmado un corto. En el caso de Ficción, Cesc Gay no tenía ni para un corto: con un videoclip ya habría contado lo mismo. Y al leer cómo se alaba su sutileza me acuerdo de aquella fantástica obra de teatro de hace unos años, Art, donde un tipo compraba un cuadro en blanco y se quedaba tan pancho. ¿No será que queremos ver mucho más de lo que realmente hay, queridos?
En fin...
Venga hombreeeeeeeeeeeeeeeee.....
Rfa. agradezco que siempre polemices tanto, pero la afirmación "no me gusta que un director utilice canciones que me sé de memoria. Cuando eso ocurre, tiendo a pensar que es tan vulgar como yo" me resulta irritante y creo que haría estallar por los aires cualquier modelo de "pedantómetro" si es que este aparatito existiese.
Por favooooooooooooor...
¿Qué más da que un director utilice la música que "te sabes de memoria"?
Que no sea motivo para encumbrarlo si su peli no lo merece, no significa que haya que condenarle por ello al ostracismo ¿no?...
Te irrita pues que al tipo le guste la misma música que a ti...
¿meloexpliquen?
¿Pedante, dices? Qué va, mujer. Lo que yo quiero decir es que si un director usa una canción que yo tengo y le da un protagonismo exagerado, lo más probable es que me aburra. No soy de los que vuelven una y otra vez sobre lo mismo, uno de esos típos enamorado de sí mismo por las cosas que le gustan, ¿comprendes?
Las canciones que Cesc Gay hace sonar en el coche de su personaje me parecieron demasiado conocidas, además, como para que uno pudiese seguir la historia. Me habría metido mucho más si no conociese la música, ya que no me habría distraído.
Sé que parece presuntuoso hablar de mis gustos musicales como algo vulgar, pero te juro que es verdad. Tener discos de Tom Waits, Nick Cave, Radiohead o Los Planetas encaja en un determinado estereotipo de persona, ¿no? Por supuesto, es mejor que andar bailando reaggeton, pero no deja de ser típico. Y esta vulgaridad se multiplica por mil cuando estás en el cine, rodeado por los mismos progres que tú (ésos que también tienen tus discos), viendo una película donde suenan. En el fondo, creo que lo que me irrita es la infinita autocomplacencia de los culturetas de este país. Ay, qué rollo...
¿Te sentirías mejor estando en el cine rodeado de gente que baila reggeton? ¿Sería menos vulgar un tipo al que le gusta el reggeton rodeado por progres? ¿Tiene algo de malo ser vulgar?
vulgar1.
(Del lat. vulgāris).
1. adj. Perteneciente o relativo al vulgo. Apl. a pers., era u. t. c. s.
2. adj. Común o general, por contraposición a especial o técnico.
3. adj. Que es impropio de personas cultas o educadas.
4. adj. Dicho de una lengua: Que se habla actualmente, en contraposición de las lenguas sabias.
5. adj. Que no tiene especialidad particular en su línea.
Ayer fui a ver Ficción. No me convenció. Estoy bastante de acuerdo con Rafa en que no hay historia, por mucho que nos la vendan diciendo que cuenta lo que se queda por dentro cuando conoces a alguien especial y no te dejas llevar por las emociones porque prfieres ser fiel al camino escogido...
No me convence en absoluto Eduard Fernández y la peli en general se me hizo pesada. Destacable Javier Cámara que me puso de buen humor, y destacable la fotografía -pero con esos paisajes lo contrario sería un delito-. Creo que esto es lo que suelo decir cuando no tengo nada que decir...
Lo que intento transmitiros es que la peli no me hizo sentir absolutamente nada. Aunque tampoco puedo decir rotundamente que no me gustara...Sensación de vacío es lo que me produjo.
Querido mikto kuai, la película es un poco hueca, no acaba de cerrar lo que quiere decir. No me gustaron los personajes protagonistas, él y ella, y no me convencieron las expresiones, las palabras... todo muy de guión. Por supuesto Javier Cámara estupendo, creible al cien por cien, actorazo de goya, oscar y de todo, creo que fue el único en captar verdaderamente la esencia de su personaje y transmitirla. NO, como Antikristas, no me convenció. Lo siento porque la fui a ver gracias a tu comentario, tan emotivo yq ue, sinceramente, la película no se merece.
Gracias anyway.
Pues vaya, salvo al amigo Walter (y realmente él no fue por recomendación mía), a toda persona viviente que ha ido a ver la película por mi recomendación no les ha gustado casi ni un poquito, jois, para que os fiéis de uno la próxima vez, avisados quedan...
:-P
En cualquier caso yo sigo en mis trece, no estoy de acuerdo con ninguna de las críticas que se vierten contra la película y debería rebatir todas, pero eso me llevaría un montón de tiempo que ahora no quiero usar en ello, además, yo ya hablé, los demás han hablado, que cada uno saque sus conclusiones y decida ver este aburrimiento para algunos u obra maestra para otro.
Curioso el contraste de opiniones, ¿no crees mikto kuai?
Llego tarde al posteo, pero no quisiera dejar solo al amigo mikto kuai en medio de esta tormenta. Ficción me gustó mucho, me pareció que describe muy sutilmente ese momento fugaz entre dos personas, cuando cada cual sabe ya todo sin tener que decirlo. Otro director nos hubiera machacado su idea, remarcandola una y otra vez con diálogos explicativos o no hubiera dejado pasar la posibilidad de concretar la fantasía. Que no la concreten y que esperemos a cada momento que ocurra es justamente lo que diferencia a Ficción de otras historias más banales.
Además, claro, está el fabuloso Javier Cámara.
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