martes, 31 de octubre de 2006

Mesas flotantes

Hoy me han contado una cosa que me ha puesto los pelos de punta. Parece ser, que la última moda impuesta por alguna gran empresa, consiste en rotación del puesto de trabajo. No me refiero a promociones, ascensos y demás, sino a rotación del puesto físico: el que llegue primero escoge sitio y mesa, y el último SE coloca donde pueda. ¿Y si no hay sitios libres?, ¿SE comparte mesa? Desconozco si el trabajador tiene acceso al ordenador de esa mesa o si cada uno tiene su portátil, pero en todo caso no me parece una idea muy atractiva. ¿Será otra artimaña de las empresas para que nos peleemos por ser los primero en empezar a trabajar? A lo mejor es para fomentar las relaciones personales entre compañeros...

Sea lo que sea no me hace mucha ilusión que esta idea se ponga muy de moda...

4 comentarios:

n. dijo...

Realmente toda la historia aquella del Método Gronholm y variantes se está quedando corta con las tontás que se les están ocurriendo en algunas empresas. Puestos a proponer estupideces, una idea: elegir sitio con las sillitas musicales, y al que no se siente no se le paga el día.

Anónimo dijo...

¿Y llego antes que mi jefe? ¿Le puedo quitar la silla? ¡Ja, ja!

rinconete dijo...

La propuesta de las sillas musicales es una gran idea. Pero que el castigo se limite a no pagarle el día me parece insuficiente.
Propongo que al que se quede parado se le cobre el día.

Rfa. dijo...

Una vez me pasó una cosa muy curiosa. Empecé a trabajar en una empresa y coloqué una foto bastante siniestra como fondo de pantalla del ordenador que me asignaron. Aquella foto la había tomado en una procesión, y en ella aparecían varias señoras muy, muy inquietantes.
A los dos días nos cambiaron de oficina y ya nunca más utilicé aquel ordenador. La fotografía, sin embargo, siguió allí. Durante meses, un montón de personas diferentes trabajaron sobre ella. Probablemente todavía lo hagan. Y todas, cada mañana, ven las caras de esas señoras tan siniestras sin saber cómo llegaron hasta allí. Es una estupidez, lo sé, pero cuando lo pienso me hace sentir gamberro y genial.