lunes, 2 de octubre de 2006

Grandes personajes: Jack Sparrow.

Esta tarde me he puesto mi camiseta de La Bella y la Bestia y me he dicho: voy a escribir algo sobre el cine de Disney. Ya está bien de pedanterías interminables que no interesan a nadie, carajo. Mucho mejor será hablar, por ejemplo, sobre el capitán Jack Sparrow, mi último gran descubrimiento. No me negaréis que en los últimos meses no habéis oído hablar de él, ¿verdad? Desde que se estrenó Piratas del Caribe. La maldición de la Perla Negra (Gore Verbinski, 2003), éste es sin duda uno de los personajes que más hondo ha calado en el imaginario popular. No tenéis más que introducir su nombre en el buscador de Google: hay más de cinco millones de páginas donde aparece. ¿Por qué? ¿Qué le hace tan especial, por qué todo el mundo quiere saber más sobre él? Algunos dirán que se debe tan sólo a las monumentales campañas de marketing que ha hecho Disney, pero yo no estoy de acuerdo. Detrás de esa apariencia de producto comercial se esconde un ser en verdad fascinante. Al menos, para mí.

Lo primero que llama la atención es que se trata de un personaje inclasificable en una película de género. Este tipo de cintas, como ya hemos discutido alguna vez, se construyen a partir de clichés que todo el mundo reconoce y disfruta. Jack Sparrow, sin embargo, no encaja en ninguno de ellos. De hecho, casi siempre resulta ser lo contrario de lo que esperábamos. Por ejemplo: es un capitán pero no tiene barco ni tripulación. La primera secuencia donde le vemos, además de magistral, resulta muy ilustrativa en este sentido. El director juega al equívoco con cada uno de los planos que utiliza para presentarle, anticipándonos una ambigüedad que será marca distintiva del personaje. No voy aquí a destrozaros estos divertidísimos engaños porque son memorables, pero está claro que funcionan como un recurso para describirnos su enigmática personalidad. Jack Sparrow se nos escurre entre los dedos desde el principio de la película, y ése es su primer truco para seducirnos.

Esta contradicción se aplica también a su papel de protagonista. Nuestro capitán, más que un héroe, es un antihéroe. Sus hazañas son siempre producto de la casualidad, la suerte o los trucos sucios. En la más pura estela de Han Solo, por poner un ejemplo fácil y universalmente admirado. Esta perversión del cliché heroico, sin embargo, no ha de tomarse a la ligera. Jack Sparrow sigue siendo un héroe, sólo que deformado. Todo héroe que se precie, por ejemplo, tiene que haber sobrevivido a la muerte. Ocurre con Han Solo -a quien congelan al final de El Imperio contraataca (1980)-, pero también con Frodo o con el mismísimo Jesucristo. En el caso de Jack Sparrow, él también es un resucitado: le abandonaron en una isla desierta y consiguió regresar. Eso sí, cuando averiguamos cómo lo hizo descubrimos que no hay en la hazaña una pizca de honor o heroísmo, sino todo lo contrario. Una vez más, se han burlado de nosotros.

Todo lo dicho hasta ahora, la volatilidad del personaje y su condición de superviviente, contribuyen a perfilar mi rasgo favorito de Jack Sparrow: es un fantasma. Ya lo advertía Geoffrey Rush en uno de los mejores diálogos de La maldición de la Perla Negra: “ésta es una historia de fantasmas”. Y el capitán es el más grande de todos. Desde el principio tenemos la sensación de estar contemplando a un ser fantástico, de otro mundo, inmune a la muerte pero también indiferente a la vida. A ello contribuye, sin duda, la sorprendente interpretación de Johnny Depp. Aunque se trata de uno de los actores que más odio del mundo, tengo que reconocer que su trabajo aquí no deja indiferente. Su Jack Sparrow aturde por histriónico, desconcierta por afectado y casi produce risa por lo mucho que brinca. Pero está claro que todo ello forma parte de una interpretación perfectamente calculada para enamorarnos. Depp dice que se ha inspirado en los dibujos animados y en el mismísimo Keith Richards (que dará vida a su padre en la tercera parte, según dicen). No sé cuánto habrá de mentira y cuánto de verdad, pero a mí ya me da igual. Lo dije antes y lo repito ahora: este Jack Sparrow es mi último gran personaje favorito, y a partir de ahora me voy a limitar a disfrutarlo. Os invito a que vosotros lo hagáis también.

4 comentarios:

Anadja dijo...

Yo sólo he visto Piratas del Caribe I y no la recuerdo muy bien, aunque entretenida es un rato, por supuesto... Pero en verdad os digo que a pesar de que ha hecho algún que otro bodrio a mi Jonnhy Deep me....., a mi me...., bueno es que a mi me..., qué coño, que a mi me gusta...Y no sólo por su físico, claro está, es que no me parece mal actor. Ejem...Además, si Vanessa Paradis, no le suelta ni p'atrás, por algo será, que ella es una chica estupenda y con un gusto exquisito.
Otra cosa, es verdad, Rfa, que Jack Sparrow tiene todos estos ingredientes que tan bien describes para ser un personaje interesante, pero te voy a decir dos cosas:
1. Han Solo.
2. Indi, (Indiana Jones).

Tras estos dos personajes, Harrisson Ford debía haberse dedicado al cultivo de la marihuana een un rancho de Indiana (Indiana, jijijiji, Indiana, jejejeje).
Pues eso.

Anónimo dijo...

Sin tapujos, adoro a Jonny Depp desde que sus manos pinchaban al abrazar, y me enamoré de Jack Sparrow desde esa primera escena de "La maldición de la perla negra", magistral como bien dices, en que se le presenta con toda su jeta y su afectación-cachondeo-colocón perenne. C'est l'homme, que dirá Vanessa.

Anadja dijo...

Prropongo hacar dos "secciones en el blog", una podría ser "Grandes personajes" y otra "Gente Prescindible". Ésta segunda sería una especie de plagio de la columna de Ramón de España (me encanta) en "El Jueves", titulada "Aquí sobra gente". En ella, el periodista esgrime cada semana unos argumentos inteligentes de lo más jocoso, para explicar con más razón que un santo, por qué personajes de la talla de José Luis Moreno, o Anita Obregón son completamente prescindibles.
Me parto.
¡Hagámoslo!

Anónimo dijo...

¡Ayyy Sparrow! Maldito canalla. Estoy aquí con mi amigo LeChuck... te parece extraño ¿verdad?, ahora somos amigos, dos fantasmas amigos, las vueltas que da la vida, no te puedes ni imaginar, bueno, en verdad sí puedes. No he visto tu saga piratera, lo intenté una vez y casi muero del aburrimiento, estoy ya cansado de piratas como tú, de piratas como yo. Ya no estoy para esos trotes.

Elaine y yo seguimos adorando la mar, al igual que la aman nuestros churumbeles, aunque decidimos establecernos un poco y abrir una taberna... no te voy a decir donde está, es un sitio estupendo que no quiero que se llene de malditos turistas haciendose fotos al lado de mi jeta. No creas que le puse de nombre Scumm-Bar, demasiado previsible. Y lo más rocambolesco ha sido que LeChuck es mi socio, menudo cabrón, sí, tuvimos nuestras rencillas, pero ahora se ha vuelto un cabrón adorable. Te manda saludos.

Sparrow, sólo te diré una cosa: Mira, detrás de ti, ¡un mono de tres cabezas! Jejeje, tú ya me entiendes. Por supuesto, el Grog no falta por aquí, asi que: ¡un brindis a la salud de los grandes piratas! (chin chin)