sábado, 29 de agosto de 2009

El largo adiós

Terry Lenox, el otro protagonista de esta novela de Raymond Chandler, es un dandy sentimental, especie de los Gatsby sin fortuna, que deambulará entre los capítulos de esta novela y entre la mente del sumo sacerdote de la visceralidad y ética masculina, su compañero de gimlets, el romántico Marlowe, quien velará por Roger Wade, un famoso y rico novelista destruido por el alcohol. Y entre medias, la bella y seductora Eileen, aquella que declara: "Era la cáscara vacía del hombre que amé y con quien me casé. No significaba nada para mí. Cuando le vi aquella tarde, la única vez desde su regreso de la guerra... al principio ni siquiera le reconocí. Después sí, y él me reconoció en seguida. Debió haber muerto joven, sobre las nieves de Noruega; el amante de un día que pensé que la muerte me había arrebatado. Pero regresó y era el amigo de fulleros y jugadores, el marido de una perdida, un hombre arruinado y destrozado, posiblemente un tramposo en su vida pasada. El tiempo transforma todo lo bello en algo vil, gastado y ruin. La tragedia de la vida, no es que las cosas hermosas mueran jóvenes, sino que envejezcan y se envilezcan. Eso me ocurrirá a mi". Un delicioso folletín de diálogos trepidantes de color negro y sabor a ginebra.


Cuando leo hoy que Michael Jackson, Grande del Pop, ha sido víctima de un homicidio por intoxicación de Propofol y el Lorazepam, también con restos de Midazolam, Diazepam, Lidocaina y Efedrina, entonces a uno se le ponen los pelos de punta, hace asociaciones, busca similitudes y en seguida se acuerda de Terry Lenox, Marlowe y demás personajes creados por uno de los más grandes escritores norteamericanos del s.XX (que no sólo de novela negra vive el hombre) e imagina las carreteras, valles y desiertos de California, sus bares, restaurantes y calles, Los Ángeles, Las Vegas y San Francisco, detectives y periodistas, mansiones, ranchos y cuchitriles, dinero y poder, taxis y Rolls Royce, herederos millonarios lujuriosos, tramposos, jugadores, cerveza, whisky y champán, fiscales, abogados y policías, corruptos, matones, familiares sedientos de dinero, narcóticos..., el doctor Loring de la novela y el médico personal de Jackson, el doctor Murray, Joseph Jackson (el padre), el teniente Bernie Hols, el poderoso Harlan Potter y los poderes ocultos del pop, las bellas hermanas Linda y Janet y las otras, las perdidas, Sylvia y Latoya, Roger/Terry y Michael. Perdedores y perdidos. Todos ellos vencidos.

1 comentario:

pat dijo...

Quizas lo particular de nuestra existencia es que la humanidad cree que avanza en linea recta, pero no hace mas que trazar circulos.
That's the game!