martes, 2 de septiembre de 2008

Palabra de filósofo alemán

El otro día conocí a quien se llama Boris Groys, un filósofo alemán cualquiera, o no. Le conocí en una entrevista en la que, entre otras cosas, aseguraba que no tiene simpatía por las autoexplicaciones tipo que si soy así, que si mi género es éste, etc., decía que no hay otra opción para disentir que reivindicar la infelicidad, la enfermedad, el fracaso o la ruina hasta el punto de que hoy no se puede ser un buen artista si algo va mal a la hora de sonreír. Pero lo que más me llamó la atención de toda la entrevista es cuando el periodista le hace la siguiente pregunta:

Pregunta: Ha dicho que en la antigua Unión Soviética había más libertad que en los países capitalistas, ¿a qué libertad se refería?

Respuesta: La única libertad que de verdad cuenta es la de ser libres del trabajo.

El resto de esta respuesta, que no tiene desperdicio, lo tenéis en leer más, ¡pero cuidado!, es posible que os deprima más todavía...

(Continuación de la respuesta)

Y en los países comunistas gobernaba una burocracia que, por lo menos esa fue mi experiencia, era bastante floja. Así que te podías escaquear con facilidad. Nadie puede escapar, en cambio, de las redes del mercado. Al mercado no puedes engañarlo porque dependes de él, del dinero que te proporciona para vivir. Hay una idea falsa en Occidente y es que la vida está llena de deseos. Pero si de verdad a alguien lo liberas de sus obligaciones, se va a dormir. La verdadera libertad es no trabajar. Por eso había tanta libertad en los países comunistas, porque nadie daba ni golpe. Y por eso hay tan poca en el mundo dominado por el mercado.

Palabra de filósofo alemán.

12 comentarios:

Centro Picasso Vilnius dijo...

Disiento. Hace un año que no trabajo y estoy desesperada. No tengo problemas económicos gracias al subsidio de desempleo (y a que vivo con mis padres), pero el aburrimiento me va a matar. No tener obligaciones estuvo bien los primeros tres meses. Luego me inventé sacar la oposición, lo cual estuvo bien otros seis meses. Pero ahora QUIERO trabajar. Tal vez no sé hacer uso de mi libre albedrío...

Walter Kung Fu dijo...

Muy graciosa la imagen. Así le lloraba yo el otro día a mi compañera de disgustos.

No estando de acuerdo con este señor filósofo, siempre he pensado que si pudiera elegir no trabajaría jamás. Hay quién pone en duda esta elección. En cualquier caso, no he podido ponerla en práctica (de manera voluntaria).

Rfa. dijo...

A mí siempre me ha fascinado la relación que existe entre las religiones y el trabajo.
En teoría, a los católicos no nos gusta currar porque el trabajo es un castigo divino. ¿Os acordáis? Dios echó a Adan y Eva del Paríso y les condenó a tener que trabajar para ganarse el pan. Pero si ellos pudiesen, se escaquearían a la primera.
En la cultura protestante, sin embargo, el trabajo tiene fuertes implicaciones de redención personal y colectiva. El vago, el que se escaquea, está mal visto. Yo me identifico completamente con esta segunda ética laboral, y por eso considero que todo esfuerzo es positivo y que (casi) todo trabajo es una bendición.
A partir de aquí, lo paradójico y ridículo es que, según este filósofo, hay un paralelismo entre catolicismo y comunismo porque los dos contemplan el trabajo como una condena que hay que evitar. Je, je. Me divierte pensar en todos esos rojillos ateos descubriendo que, en el fondo, no están tan lejos de los curas que tanto denuestan.

LA DESGRACIÁ dijo...

He de reconocer que cuando he leído el título del post creo que he experimentado algo parecido a un orgasmo.

Razón tiene el muchacho, pues todo lo que nos quita tiempo es una esclavitud del todo irrecuperable

Besus

yusef dijo...

Pues sí, bien por el alemán. (No sé si vamos 2-2 o 3-1, así que quiero dejar constancia clara de mi voto. Esto era una encuesta, ¿no?)

En Cuba dicen que hacen como que trabajan para que el Estado haga como que les paga. O al menos eso decían antes de la dolarización y la creación de una pirámide salarial inversa a la del mercado capitalista.

Por otro lado, hace creo que cuatro veranos salió una encuesta a los alemanes del ex Este en la que un 70 por ciento afirmaba que se vivía mejor antes de la caída del Muro.

Hay link de esa entrevista??

chus dijo...

Para mí la libertad es poder tomarme un Zombie Zumo en el Mongogo un jueves cualquiera, antes que lo de escaquearse del curro como el liberado filósofo alemán. Claro que yo he nacido al abrazo del capitalisssmoooooo uuuuuuuhhhhhh aaaaaahhhhhh

Anónimo dijo...

De acuerdo con tu entrada y con el filósofo alemán, que sería un pleonasmo si no fuera porque ruso, aunque escriba y viva en Alemania. El problema del trabajo, como bien dice Rf., es complejo y lo tenemos tan "ideologizado" o asumido -droga mala- que somos infelices si no lo practicamos. Es decir, nos sentimos desligados de la sociedad. Claro que antes se llamaba trabajo a la especialización del individuo, y ahora trabajamos hasta cuando estamos de copas. Es más, nuestro más intenso trabajo para el "estado" lo realizamos "consumiendo", en los vericuetos de la industria del ocio. Por eso será, quizá, que cuando uno está deprimido en paro, sintiéndose culpable por no haber sabido hacerse a sí mismo -oh, protestantismo medular- siente un profundo e instantáneo alivio comprándose un disco en la Fnac o un jersey en HM. Así nos dice Solbes que no ahorremos. De Boris Groys recomiendo una crítica muy buena al arte moderno convertido en mercado -los eslogans de la vanguardia- Sobre lo nuevo, publicado por Pre-Textos.
Buen blog.

Avan dijo...

rfa., la pereza es uno de los siete pecados capitales no?.. también para los católicos.

Trabajar no es sano..estoy con el filósofo, pero tocarse los cojones tampoco. La cosa está en encontrar un equilibrio...

Bonita del Norte dijo...

claro, el filósofo habla de la posibilidad de escaquearse y no dar golpe. Pero esa posibilidad solo existe cuando trabajas. Si no trabajaras el escaqueo no tendría sentido porque no habría de qué escaquearse. En el fondo el ser humano quiere lo que no puede tener, no queremos trabajar cuando trabajamos y queremos trabajar cuando no trabajamos...

Hay gente que dice que si pudiera no trabajaría... pero no sé cuanto tiempo se puede estar así... yo, al menos me subiría por las paredes, y ahora que trabajo procuro escaquearme de vez en cuando...

Rfa. dijo...

Avan, es cierto que la pereza está considerada uno de los pecados capitales. Pero eso no invalida mi observación. Lo que yo quiero decir es que, en el fondo, el catolicismo considera el trabajo como parte del castigo de ser humano y estar manchado de Pecado Original. Lo mismo que la muerte o la enfermedad. Pero eso no significa que enaltezca la tocada de huevos. Al menos, no desde la doctrina oficial ni desde las Escrituras.

NáN dijo...

Claro que no, porque a la iglesia lo que le gusta es castigar y que aceptes el castigo.

Valle de lágrimas: esa es la esencia central.

Una ironía parecida a la de "El trabajo os hará libres" de la entrada de los campos de concentración nazis.

chicoutimi dijo...

Pues a mí me resulta difícil generalizar sobre el trabajo. Es como si me preguntaran "tener pareja, ¿enriquece o anula?", pues depende de cómo sea la persona, ¿no?
Pues el trabajo igual. A mí me gusta trabajar, creo que me enriquece, aprendo mucho y me resulta intelectualmente estimulante la mayor parte del tiempo, y además siento que puedo ser útil a otros. Así que imagino que todo depende de la suerte que se haya tenido con el trabajo encontrado.