Jefa, me han dejado
Tres días de baja por un corazón roto: La plantilla de la compañía japonesa Hime & Company, compuesta sólo por mujeres, concede permisos pagados a sus empleadas para que se repongan de sus rupturas sentimentales.
Esta noticia me ha conmovido enormemente. Y que hayan sido los japonenes, a los que se les tacha de no expresar sus sentimientos, de fríos, me ha parecido lo más.
Si me dejara mi pareja, me tocarían tres días de baja para llorar a gusto, ¿no es encantador? Estoy fascinada por Hime & Company.
16 comentarios:
Aunque como muestra de humanidad me parece interesante, sobre todo, como dices, viniendo de los japoneses, os confieso que no estoy muy segura de que sea la mejor opción.
Al menos a mí, cuando he tenido un bache personal, me ha venido muy bien ir a trabajar, relacionarme con la gente, ocupar mi cabeza en otras cosas, y obligarme a levantarme por la mañana y hacer vida normal, porque eso le quita gravedad al problema. No quiero pensar cómo hubiera sido sucumbir a la tristeza encerrada en casa y sola...
Increíble. No tenía ni idea. Siempre me entero de algo nuevo al entrar en este blog, se agradece.
72 horas para ahogarte en un mar de lágrimas, caer más hondo y recomponerte en la soledad necesaria en puntos tan críticos. Me parece justo.
Pero para gustos, colores.
Yo propongo una baja por enamoramiento. Tres días. Encerrados en casa, con la cocina patas arriba y padeciendo agorafobia al salir de la habitación.
Qué bonito. Sólo que, ¿cómo lo diagnostican? (ya, lo sé, prosaica de mierda y esas cosas, qué le voy a hacer)
La idea de transeúnte sí que me parece buena.
Prefiero disfrutar de tres días de baja por enamoramiento que destinarlos a ser un desgraciado. Se aprovecha más el tiempo.
También puede ser que la empresa (que se dedica al márketing) se haya querido hacer un poco de publicidad. Y que los medios y los lectores nos tragamos cualquier noticia.
como idea no está mal, pero como se topen con alguna empleada enamoradiza y con mala suerte en el amor (levantemos las manos quienes nos sintamos identificadas xDD) a la empresa no le va a salir rentable.
y por cierto, totalmente de acuerdo con walter kung fu ;)
un saludoooo
Hombre, yo también querría tener días cada vez que sale el sol, o abren las piscinas de mi barrio, o simplemente cuando me encuentro feliz. Pero no estamos hablando de vacaciones o días “libres”, de días para estar bien, sino de días “de baja” (o de bajón, en este caso), que se dan cuando existe una situación personal penosa para el empleado. Además, si te apetece estar trabajando cuando te han dejado, pues lo haces y ya está, no es obligatorio cogérselos, ¿no?
Y ya pueden las demás empresas hacerse publicidad dando derechos a sus trabajadores. Yo, encantada de este tipo de márketing, ¿no os parece?
Y no, con algunas no harían negocio, Jei :)
¿Y si eres tú quien deja no te darían esos tres días libres?
Tienes razón, maine, al menos un par de ellos para pensarte las cosas y tomar la decisión adecuada, uno no debería improvisar en esos delicados momentos...pero quçe digo, si soy emotivamente incapaz de dejar a nadie, que se lo digan al panadero de mi calle.
Maine dando la vuelta a la tortilla: si eres tú la que dejas entonces te toca hacer horas horas extras, para compensar, jajajaja. Fíjate, a lo mejor así se soluciona el atracón de divorcios que está sucediendo en este nuestro país.
A tu panadero, topodeincognito, le voy a pregutnar si hace los panes tan tiernos como tú.
Más le vale que no, magapola, siempre me he considerado pandeayer. Me gusta lo de topodeincognito, me lo quedo con tu permiso.
Es verda, así, sin tilde, parece un diminutivo, qué gracioso, tipodeincognito.
Pues sí, yo también he quedado fascinada, sobre todo porque hace poco me leí Estupor y temblores y flipé con los japos.
Me estoy enganchando a tu blog...mola.
Sí, el nombre del libro le va que ni pintado con la historia. Me leí el libro hace ya tiempo y en francés, así que no me acuerdo de muchas cosas, solo de la superjefa que tenía la protagonista y la historia de los baños. Muy fuerte, estos japos no sabes por dónde te vana a salir, jeje.
Pues nosotros encantados de que te pases por aquí, yo soy fans de tus ilustraciones desde hace tiempo ;)
Yo tengo una fe tan ciega en el poder redentor del trabajo que debería haber sido protestante. Igual que dice Chicoutimi, jamás se me ocurriría quedarme en casa a lamerme las heridas. Llevo años huyendo de mi soledad.
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