jueves, 22 de noviembre de 2007

Arte y maldad.

Esta semana ha sido noticia la historia de Bilal Hussein, un fotógrafo iraquí acusado de terrorista por Estados Unidos y preso desde hace 19 meses. Según parece, Hussein estaba siempre “demasiado cerca” de los lugares donde ocurrían los atentados. Y eso, a ojos de los gringos, viene a significar que estaba en el ajo. En Europa la tendencia general es a dudar de las sospechas americanas. Además de estar cerca, Hussein está en Associated Press y en la lista de fotógrafos que han ganado un Pulitzer, y eso le convierte automáticamente en un individuo civilizado. Pero la pregunta que yo me hago es: ¿cómo reaccionaríamos si, a pesar de los premios y el carné de fotógrafo, resulta que este señor es un sanguinario terrorista? ¿Seríamos capaces de valorar su obra tal y como lo hacemos ahora? O lo que es lo mismo: ¿puede haber artistas malvados? Yo creo que no: el mito romántico del arte como expresión de una sensibilidad singular hace que proyectemos sobre el artista la admiración que nos inspira su obra. Y viceversa. O sea, que si un artista resulta ser un gilipollas, un asesino o un violador de niños, lo más probable es que nadie le haga ni caso. Por muy bueno que sea su trabajo.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Desmarcar al autor de su obra. Esta cuestión se plantea en muchos ámbitos del arte y yo me lo he planteado con artistas de la antigüedad que eran tremendamente machistas, esclavistas, etc., y que, sin embargo, cuando te enseñan su arte, nadie saca a relucir esa faceta de su personalidad. ¿Es un gran escritor un fascista?, ¿es un gran escultor un misógino?, ¿es un gran fotógrafo un terrorista?

Otra cosa es que se haga arte con eso mismo: con el fascismo, con la misoginia, con el terrorismo, etc.

Vayamos a otro terreno: ¿se cuestionan las ideas de un filósofo o un científico por este mismo motivo?

Pero no puedo dejar de decirte: Rfa., tío, esto no se hace un viernes, ¡me como la cabeza!

mikto kuai dijo...

Pues fíjate que yo creo que hay cientos de ejemplos de artistas malvados... y de muchos de ellos yo admiro su arte. Eso sí, de ser un gilipollas a un asesino o violador de niños media un abismo Rfa...

Walter Kung Fu dijo...

Ah, ¿qué hoy es viernes? Pués no me había dado cuenta.

ese dijo...

"Si admiras a alguien por su arte, mejor no le conozcas en persona"
Refranero Impopular

d. dijo...

Al leer el post he rebuscado en mi memoria y me he encontrado un ejemplo arquetípico de ese conflicto gran-artista-mala-persona: Louis Ferdinand Celine. Es imposible leerle sin latigazos en el corazón, y a la vez inevitable pensar en su colaboracionismo nazi (y no es por volver a aquella reducción al absurdo de hablar de los nazis para acabar la conversación).
Supongo que este tipo de paradojas nos revuelven las tripas a los burgueses bienpensantes, más que nada por nuestro moralismo. Supongo a la vez que nuestro moralismo puede ser la única manera de enfrentarse a estos enigmas, por muy falso que sea. Y por combatir esa falsedad de la que somos conscientes, nos encanta jugar a ir en contra de nuestro moralismo y leer a los locos, a los asesinos, a los que defecan en esta sociedad...

Anónimo dijo...

Creo que un artista tiene suficientes inseguridades como para ser malvado, pienso en el caso de mi admirado Durrell, que mantuvo relaciones con su hija, quien se acabó suicidando.

Hay que separar totalmente (aunque por lo que dices de la admiración que traspasamos al autor, tiendo a ser más benévolo con los artistas que con otras personas), la obra del artista, como dice Magapola.

L, por ejemplo, no quiere conocer a artistas, porque cuando conoce a alguno, la estupidez de la vida normal, que compartimos todos, le hace rebajar su aprecio artístico. En mi caso, salvadas las debidas distancias, hice en algún tiempo meritorias traducciones literarias y no conseguí que leyera ninguna. ¡Incluso una vez llegó muy contenta a casa con un libro que había comprado, pero cuando le enseñé ese libro en la estantería, traducido por mí, se desinfló! No puede dar valor a la obra de alguien a quien ve por la mañana, cruzando el pasillo en calzoncillos rascándose la cabeza.

Hal malvados, sí, y hasta muy malvados (inseguros, egoístas, resentidos de que no se les valore como ellos quieren: tereno abonado a la madad; con excepciones numerosas, claro).

Pero son humanos. Leí a Buñuel lo siguiente:

«Para entender la obra de un artista es esencial
saber que caga, mea y se la menea como cualquier mortal».

Pues eso, pero, en mi opinión, con un porcentaje superior de malotes.

Anónimo dijo...

Pues tenemos el ejemplo de ese fotógrafo que no recuerdo cómo se llamaba, que hizo de la niña sudanesa muriéndose de hambre, acechada por un buitre (sí, hombre, ésa). Ese tío hizo la foto y se largó: era un cabrón con pintas. Pero la foto es muy buena, y además sirve como instrumento de concienciación, ¿no? ¿No sería el caso similar?

Alis dijo...

No estoy en absoluto de acuerdo con lo que dices de que la maldad de un artista es incompatible con la idealización que de él hacemos. De hecho, entre otros mitos sobre los artistas está el del malditismo. Personas misántropas y malvadas como Egon Schiele (que fue encerrado en la cárcel por su gusto por las jovencitas), Caravaggio (perseguido por la justicia por sanguinario y asesino), o los idealizadísimos Pablo Picasso, Velázquez o incluso Miguel Ángel, cuya mala leche es de sobra conocida, son reconocidos mundialmente al margen (o quizá precisamente por eso) de su maldad personal.

Abuelo Igor dijo...

¿Algún forofo de los Who ha dejado de serlo tras las acusaciones de pedofilia contra Pete Townshend?

El arte es el arte, y los artistas son los artistas, es decir personas, con todo lo chungo que ello lleva aparejado. Pretender que dominar un arte y destacar en él te convierte en un ser cuasidivino ayudará a algunos a ligar más, pero no deja de ser una manera de engañarnos a nosotros mismos, y a los demás.

NáN dijo...

Creo que hay que separar del "arte" a los fotógrafos que cumplen una utilidad: traernos imágenes de las guerras, las tragedias...
No pretenden hacer arte, aunque alguno de ellos sea revelado con el tiempo como un "artista". Cumplen una función esencial: remueven conciencias. Sin ellos, olvidaríamos lo que pasa y no haríamos ni siquiera lo poco que hacemos para aliviar situaciones y, a veces, impedir otras.

Ese es el caso de la foto que acompaña esta propuesta o el del fotógrafo al que se refiere Superflicka. Tienen que hacer esas fotos. Y si algunos están emocionalmente cercanos a un bando (pasó mucho entre fotógrafos de nuestra guerra contra la sublevación militar), no tengo datos para valorarlos. Y si no están cerca de un bando pero dan unas propinillas para que les digan dónde va a pasar algo, es lo que hacen todos los fotógrafos de guerra: recibir en el hotel noticias de exclusivas y acudir.

El de la foto de arriba, solo refuerza mi piedad hacia el que está ya desarmado. No está mal que nos suban las dosis de piedad.

Y en el tema de arte y maldad, me repito: creo que hay un porcentaje superior de maldad entre los artistas (el malditismo al que se refería Alis, pero es una intuición que no puede demostrar.

Rfa. dijo...

Totalmente de acuerdo con el atractivo del malditismo, chicos. Pero en realidad, el malditismo es un juego de niños comparado con el mal al que yo me refiero. Imaginad, por ejemplo, que un asesino confeso resulta ser también aficionado a la poesía. ¿De verdad seríamos capaces de leer sus poemas con la misma tranquilidad? Yo creo que no. Y eso que me encanta Michael Jackson.
Respecto al debate sobre la fotografía del buitre que hizo Kevin Carter, me permito reenviaros a la entrada que publicó Walter Kung Fu.

Anónimo dijo...

¡Ay, Rfa., el que escribió el post fue n., no WKF!

Juniper Girl dijo...

En primera, quiero rebatir el comentario sobre kevin carter... si el señor de la foto con la niña y el buitre... primero que nada no fue tan asi, no creas todo lo que lees y mejor ve el documental. Y sobre todo averiguate del grupo de fotografos a los cuales pertenecia. Es otra categoria, el fotoperiodismo y sobre todo el fotoperiodismo de guerra es bien jodido de hacer. Ve el documental.
Y lo del arte, ejemplos hay miles... yo pongo el de charles chaplin, maravillosas peliculas y reflexiones pero terrible como ser humano... talvez el arte es la unica manera de expiar lo humano.
Saludos