Promesas del Este.
Mi pasión por El Padrino comenzó de forma superficial. Cuando era jovencito me parecía que los solemnes códigos de honor de Vito Corleone y sus esbirros eran el colmo de la sofisticación, y me encantaba apropiarme de ellos para hacerme el guay delante de mis amigos. Luego empecé a ser más juicioso y descubrí que la película también tenía enormes valores narrativos. Comprendí que Mikelle Corleone era el mejor personaje de la historia del cine, y que lo verdaderamente notable de El Padrino era su dimensión moral. Esta fascinación hizo que me aficionase al cine de gángsters, a ver si encontraba otra película tan completa. Pero nunca lo conseguí. Scorsese parecía ser el único capaz de igualar a Coppola, pero sus cintas de gángsters se me antojaron excesivas al principio y repetitivas al final. Ha tenido que llegar Cronenberg, un director por completo ajeno al género, para dar la campanada otra vez. Promesas del Este es, en todos los aspectos, una digna sucesora de El Padrino. En esta historia hay tanto honor y tanta tragedia como en la de Mikelle Corleone. Y , además, está filmada con una elegancia y un sentido de la narración que te quitan las ganas de seguir tragando palomitas. Obra maestra, pues; démosle la bienvenida a “la familia”.
13 comentarios:
Pese a que la anterior (Una Historia de Violencia) no me gustó nada recojo la recomendación.
¡¿A la altura de El Padrino, dices?! ¡Medítalo bien Rfa., que eso es mucho decir! Promesas del Este está increíblemente bien hecha, y la forma en que se le dosifica la información al espectador me encantó, pero... ¿de verdad crees que alcanzará las resonancias míticas de tu peli fetiche de adolescencia?
Tiene muy buena pinta y si me la pones a la altura de tan grandes filmes... ¡hay que verla!
Yo ya dije en otro sitio que me aburrí como una ostra, y que las tres personas que me acompañaban lo mismo de lo mismo.
Y sin embargo, al terminar sirvió para una animada discusión (L incluso apuntó que la frialdad de la presentación podía ser un ejercicio de estilo que transmitiera la frialdad de estos mafiosos).
Lo del código del honor, que dice Rfa. en mitte, no me parece asimilable al honor de los mafiosos italianos.
Hay que tener en cuenta que, por un error greve reconocido del BM y el FMI, esos países se hicieron "capitalistas" cuando los que más dinero tenían para comprar las empresas eran las mafias. De ahí que éstas se "armaran" con soldados de élite formados por unos gobiernos bastante salvajes. El honor de los "grupos de militares asesinos de élite" no es comparable.
Y sin embargo, me produce mucho respeto cuando alguien como Rfa. apunta tan alto. Puede equivocarse, claro; pero también pudo hacerlo mi grupo.
Lo que sí está claro es que el aburrimiento de cuatro personas, tres de ellas amantes acérrimos del cine de mafiosos e incluso la 4ª amante de las pelis del Padrino, dificulta poner la película al mismo nivel.
¡qué ganas tengo que la vayáis viendo todos!
(una cosa que ví muy positiva fue que se cuente la vida personal de estas buenas gentes).
En vista de que no parecéis muy convencidos, voy a deciros cuatro cosas sobre Promesas del Este que la hacen im-pres-cin-di-ble.
SUTILEZA. Cronenberg ha filmado una película violenta sin abusar de la violencia, ha creado una atmósfera fría sin abusar de la lluvia, y ha construido una complejísima trama psicológica sin abusar del diálogo. ¿Se puede pedir más?
INTELIGENCIA. La historia está perfectamente construida en base a una dosificación puntualísima de la información. Este guión, señores, es toda una lección de escritura. Habrá que investigar a su autor, Steven Knight.
ESTETICISMO. Promesas del Este es elegante desde el principio, cuando la cámara se levanta sobre el Támesis en un majestuoso movimiento que nos enseña la ciudad. Bravo por los tatuajes, por los callejones sombríos y por las escenas de fiestas rusas. Si tengo que quedarme con algún plano, me quedo con el del recién nacido: probablemente la imagen más emocionante que he visto en mucho tiempo.
AMBIGÜEDAD. Las mejores historias son las que crecen y se ramifican sin que te des cuenta. Las que están llenas de posibles lecturas. Las que sabes que continúan cuando tú no estás mirando. Si alguien os dice que ésta es sólo una película de rusos, os está engañando. Creedme.
Amén. Te creo Rfa., te creo, de hecho me estás poniendo los dientes largísimos... y aunque no sería la primera vez que pudieramos tener gustos sobre una película totalmente opuestos (recuerdo The Eternal Sunshine... ) sólo ya por tu entusiasmo: ¡quiero verlaaa yaaaa!
Muy bien explicado. (La repaso mentalmente, a ver qué pasa).
¡Qué bien Rfa.! Es la primera vez que no me quitáis la idea de ver una película que me apetecía. A ver si este puente puedo y os doy mi humilde opinión.
Estoy de acuerdo contigo con estética y belleza, pero creo que la historia se queda corta, tanto por lo que enseña como por lo que sugiere. Ya no es que el final me hiciera cagarme en los muertos por precipitado sino que no me creía volver a casa así. Esto viene al caso porque Cronenbrg siempre rueda superclásico (aunque le tachen de modero)y lo que de verdad le diferencia son sus temáticas y la manera en que se acerca a esos mundos. Por eso le pido más cuando se acerca a la mafia rusa.
Yo sigo creyendo que Cronemberg está probando y que a la tercera va la vencida...Eso sí, la pelea de la sauna es la leche.
Me ha gustado la peli, y estoy de acuerdo con todo lo que dice Rafa. Pero la comparación con el Padrino me parece excesiva. Me sigo quedando con Vito y Mikelle Corleone, la boda italiana, la banda sonora, la Sicilia rural... Aún así, los personajes de Promesas del Este están muy bien elegidos. Vigo Mortensen y el prota de La Haine, cuyo nombre no recuerdo, sólo por el físico ya son perfectos para el papel.
Lo malo de ver las películas tarde es que siempre sales decepcionado del cine. Se está demasiado condicionado y sobreinformado. Aunque me gustó y me entretuvo, esperaba más. También, claro, soy fan de El Padrino. Pero gracias por la recomendación, Rfa.
Finalmente he visto "Promesas del Este" y... me ha dejado diría que más o menos indiferente. Me parece imposible la comparación con "El Padrino", pero es que además, como ya sabemos, todas las comparaciones son odiosas.
¿Por qué no me ha gustado? Estoy con Pat, para empezar por el final, que acaba de un modo precipitado.
Para seguir, no sé qué cuestiona la película, si es que cuestiona algo. Es decir, ¿hace falta que nos ilustren sobre el funcionamiento despiadado de las mafias, sobre su violencia, sobre su fe en la ley del más fuerte, incluso sobre algunas de sus debilidades? Me aburre que la mujer sea enfermera y que el hijo pródigo sea gay. Que las otras mujeres sean putas o mártires. ¡Vamos! Y el malo-bueno, un malo que se ve obligado a serlo pero tiene en el fondo un corazón como un melón, grande y dulce. Me disgusta que el bebé sea fruto de una más que previsible violación. Me molesta el asunto semi oscurantista de los tatuajes y su rito y toda la pesca, quizás por el modo en que está contado.
Entiendo no obstante los elementos que Rfa alaba. Ese comienzo, la dosificación del argumento, el tempo de la historia. Todo eso es verdad, también en mi opinión, pero no me basta, no me alcanza. Lo que no veo por ningún lado es la complicada trama psicológica. Me parece más bien simple.
Sea como fuere, está claro que puede resultar polémica, y eso siempre interesa, ¿no?
Tal y como yo lo veo, aquí hay dos asuntos espinosos.
En primer lugar está la comparación con El Padrino. ¿De verdad os parece que son películas tan diferentes? Yo creo que, en esencia, es una historia parecida: un personaje arrastrado por las circunstancias hasta que no sabe bien de qué bando está, si el de los buenos o el de los malos. Y luego, en lo superficial, hay millones de guiños. ¿Acaso el hijo gay no es un trasunto de Fredo, cuya traición articula toda la segunda parte de la historia de Mikelle Corleone? ¿Y no lo es también de Santino, cuando saca a relucir su lado más juerguista? Las bodas de la película de Coppola también están en la cinta de Cronenberg, solo que disfrazadas de cumpleaños. Y las venganzas, las luchas intestinales, las traiciones. Es evidente que no son la misma película, pero es que El Padrino dura nueve horas y ésta no pasa de 100 minutos. Lo cual, a mi entender, es todo un acierto.
El segundo tema a debatir es el del final. Como bien sugiere Pat, el desenlace llega precipitado y, quizás, un pelín traído por los pelos. Pero aun así, las piezas encajan donde tienen que encajar y no dejan un sabor amargo. Eso sí: creo recordar que había un epílogo absolutamente innecesario, ¿no? En cualquier caso, pese a la urgencia del final, la historia continúa más allá del metraje de la película, y ésa es una gran conquista. Hay cabos que se quedan sin atar, como la homosexualidad fingida de la relación entre los dos hombres, por ejemplo. O las verdaderas intenciones del personaje de Vigo Mortensen. Y hasta aquí puedo contar, si es que no he contado demasiado ya...
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