Schwarz - Heavengazers (El Sol, Madrid - 26/abril/2007)
Como viene siendo costumbre, no he fallado a mi cita con Schwarz y la presentación de su nuevo disco en Madrid. Como viene siendo costumbre en música, Madrid, para un madrileño, sigue siendo motivo de sonrojo. Esta ciudad, sobre todo para ciertos tipos de música, siempre me ha parecido irrespetuosa, ya sea por parte de sus instituciones y organismos o, y aún más importante, por su público, acostumbrado más a la pose, al yo estuve allí y a la charla a gritos, sin reparar en los músicos y el resto de la audiencia que se esfuerza, tantas veces en vano, en disfrutar de un concierto (por cierto, pese a que ayer sí hubo conversaciones que parecían mítines por su volumen -por desgracia de esto ya es casi imposible librarse-, en este concierto se puede decir que no hubo apenas pose, difícil encontrarla cuando éramos tan pocos, estábamos básicamente los que nos gustaba aquello).
Cuando sales de las fronteras y ves el respeto que se tiene por la música y por los músicos uno siente un vacío difícil de superar, y te preguntas si esto es una ciudad grande, en muchos sentidos, o no lo es. Esta claro que para mi en cuanto a música no. Y es una insana costumbre de la parroquia de esta ciudad no buscar música (interpolable también esta situación por ejemplo al cine y otras artes) sino que se la busquen y se la den ya mascada, encajonada y esteriotipada, incluso a través de vueltas de tuerca como el underground, lo independiente o un blablabla extenso que no dejan de ser en muchos casos, y más en los últimos tiempos, mascaradas.
Aquí se lleva la pose, y si no se habla de algo en los canales habituales que marcan tendencias ese algo se convierte en un fantasma de dificil visión, que pulula a través de mundos paralelos y que sólo los pocos que dedican un esfuerzo a su búsqueda recogen su recompensa.
Y para terminar, continuando como comenzaba y refiriéndome a lo verdaderamente importante: como viene siendo costumbre Schwarz no fallan con esa mezcla de rock-noise-psicodelia, esta última que tanto les gusta a ellos, ofreciéndonos un sónido denso en el arte de la repetición, lleno de recovecos y paroxismos, de recorrido largo, un sonido que, pese a que nos suena a tantos otros grupos anteriores, a la vez se transforma en un sui géneris genuino e inquebrantable a fuerza de sinceridad. Si algo me gusta de Schwarz, a parte de que adore el ruido y su arte, y en particular, su ruido y su arte, es su honestidad, y si ya la honestidad se suele ver sólo a largas distancias, es un placer volverla a ver a dos metros escasos.
Hacía tiempo que no cerraba los ojos en un concierto, pero vuelvo a tener la excusa perfecta: Schwarz. Gracias de nuevo.
5 comentarios:
Mi fidelidad se la debo a El Sol, la que sigo considerando la mejor sala de conciertos de Madrid. Es de ésos sitios que, cuando entras, no te quieres ir. Me cautivan sus techos y su luz.
Debutaba con Schwarz y como fiel seguidor del noise guitarrero, lo que más disfruta en mi época más musiquera, puedo decir que fue un buen concierto, la segunda parte alucinante, y nunca mejor dicho. Tres tíos haciendo mucho ruido, pero bien construido.
Mikto Kuai, junto con otras dos fuentes importantes de criterio musical, siempre me habéis recomendado que escuchara a Schwarz. Gracias.
Ese escaso respeto por los músicos cuando trabajan, la pose de la que hablas por parte del público, el que éste necesite que se lo den todo mascado, y la excusa del concierto para hacerse notar, son motivos por los cuales los garitos están casi siempre vacíos cuando hay actuaciones de grupos y las salas medianas (las grandes ya no existen) se llenan. Sea cual sea el grupo extranjero que toque.
De todas formas, El Sol es uno de esos sitios en los que si quieres escuchar la música aún puedes hacerlo. Con que dejes una fila de público detrás tuyo te aíslas del alboroto de las "relaciones públicas".
Y sí, Schwarz es uno de esos grupos a los que hay que escuchar con mimo y atención.
Vaya, tampoco he oido nunca nada de Schwarz, el caso es que no he sido nunca demasiado ruidista, quitando alguna cosilla de la Velvet o Sonic Youth siempre me ha tirado más el pop con sus coros y eso. Les daré una oportunidad, que me fio de todos los que lo recomendais.
Por cierto, como sala de conciertos me quedo con Moby Dick, ahí he visto algunos de los mejores conciertos de mi vida, y le he cogido cariño...
Hubo una época en que la gente pagaba fortunas por conciertos piratas de sus grupos favoritos. Conciertos grabados en sitios guays como Nueva York o Londres. ¿Y qué te daban por tu dinero? Ruido de conversaciones y, con un poco de suerte, algún atisbo de canción de fondo. Ahora los tiempos han cambiado y lo que te puedes comprar son las reediciones con extras en directo. Grabaciones de conciertos de hace mil años que -supuestamente- justifican una excursión a la tienda de discos. ¿Y en qué consisten? Pues, una vez más, en ruido cháchara y brindis.
No se trata de que Madrid sea horrible y esté llena de gente fea, querido Mikto Kuai. Más bien me inclino a pensar que los conciertos siempre han sido lugares de reunión y de charla, además de lugares de música. Aquí, en Londres y en Sebastopol. Y la gente fea, lo queramos reconocer o no, también escucha a Schwarz. O lo que es lo mismo: escuchar música rara no te hace mejor persona.
Yo no hablo de lo feos o guapos que son las gentes que van a los conciertos, por dios, cosa que me da absolutamente igual, hablo de la gente que va a los conciertos a disfrutar música en directo y a ver a alguien que ha trabajado duro para crear lo que uno está oyendo en ese momento, y otra gente que no le importa lo más mínimo el concierto, su música, los músicos que están en el escenario y los que están a su alrededor, esa es la pose de la que hablo, los que van por otras razones y no por la más importante: la música. Por supuesto que en los conciertos se charla y se grita, pero en una sala pequeña lo que no puedes hacer es charlar a gritos. He visto aquí en Madrid cosas de auténtico espanto, de verdad. En muchas ciudades pasará lo mismo, pero yo hablo por experiencia propia, y he visto cosas fuera que me han hecho sentir ese vacío del que hablo para con Madrid.
"Escuchar música rara no te hace mejor persona" ...¿?, mis tiros no van ni mucho menos por ahí.
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