lunes, 19 de febrero de 2007

Una tarde de domingo en la Gran Vía

Ayer por la tarde, tras llegar a mi casa y darme cuenta de que no me apetecía encerrarme y dar por acabado el fin de semana, me lancé a la calle a pasear, sin prisa, despacio y al ritmo de los transeúntes por la Gran Vía. El viaje de subida, hasta la Red de San Luis, lo hice hablando por teléfono y esquivando a los otros paseantes, ociosos, compradores compulsivos, fervorosos seguidores del musical, turistas, despistados, madrileños,... Lo que yo quería contar vino después cuando, mientras cruzaba por el paso de peatones en dirección al desaparecido Madrid Rock, ahora en su lugar una horrible tienda de ropa que ejemplifica a la perfección el cambio, para mal claro, que está sufriendo la Gran Vía, escenario y escaparate de Madrid, fui adelantado por los simpáticos y maduros heavys que allí suelen habitar. Me hizo gracia, porque normalmente los veo allí sentados, en la barandilla, fieles a su sitio y a su Madrid Rock, como si el tiempo y la moda se hubiera detenido para ellos. Ahora que les veía llegar, portando unas bolsas de chino de contenido predecible, pude conocer su modus operandi: llegan a su sitio, siempre el mismo, descargan las bolsas, cogen un litro de cerveza y se sientan. Y ya está. Tan sencillo como ceremonial y repetitivo. Supongo que pasan allí horas, bebiendo, charlando y observando, ajenos a todo, pero de una manera tan natural que me conmovió y me hizo sonreír.
Imagino que ya sabréis de quienes escribo.

14 comentarios:

Anadja dijo...

Ojalá no se vayan nunca los hermanos heavies de Madrid Rock... Una vez les entrevistamos para un corto, y nos explicaron que siempre andaban por ahí porque les encanta la Gran Vía y porque la desaparecida tienda de discos era cantera ideal a la hora de reclutar alevines para la causa "heavy" (se trata de dos pedazo de expertos en este campo). Ahora que Madrid Rock es un "Fresca" (término coloquial con el que mis amigas y yo nos referimos a esta franquicia), resulta entrañable verles impertérritos en el mismo sitio. Me recuerda al cuento de "El Príncipe Feliz" de Oscar Wilde... Qúién sabe, quizá consigan que alguna de las Juanis que ahora merodean por allí, cambie el tanga por fuera del pantalón por la cazadora vaquera con parches...

Antikhristas dijo...

Es verdad,Gran Vía está perdiendo su personalidad. Como sigamos así, Madrid será una capital más...
Lo de Madrid Rock fue el principio del declive...Que no se vayan!!!!!

Babutxa dijo...

Quiza lo entrañable de la escena es que nosotros podiamos haber sido uno cualquiera de ellos hace unos años...pero las canas nos hacen ver con asombro que aun puedan seguir ahi...eso es que nos hacemos mayores...demasiado deprisa como para darnos cuenta..

uachi dijo...

esosdos tíos son geniales...siemptre están rondando los aledaños del antiguo madrid rock con exactamenmte sus mismas pintas ded siempre. alguien sabe algo más de ellos y que lo pueda contar?

n. dijo...

Nunca me cansaré de lamentar el cierre de Madrid Rock. Ahora le toca al cine Avenida, ya podrían cambiar directamente el nombre de la Gran Vía y llamarla Avenida Amancio Ortega, o calle Inditex. Madrid es cada vez más un poblacho grande, snif. Echo de menos quedar con la gente en la puerta de Madrid Rock, cualquier retraso me acababa costando un mínimo de 9 euros, porque siempre acababa cayendo algún disco. Hace poco una amiga rodó un corto con los hermanos jevis y hablaba maravillas de ellos, le preguntaré a ver qué cuenta. O, mejor, lo podría contar ella misma.

Rfa. dijo...

Hace un par de meses pasé por allí y les vi con dos o tres chiquillas que se creían grunges. La estampa daba pena porque ellas se sentían mayores y ellos abusaban de la situación. Uno de los hermanos, no sé cuál, se puso a eructar en la cara de la criaja al modo heavy. Yo me moría del asco y de la pena, pero ella aguantó: eso era lo que molaba. Ojalá haya cambiado de opinión, la pobre.
Por lo demás, siempre diré Madrid Rock cuando quede en la Red de San Luis.

Anónimo dijo...

No sé por qué, a mí los heavys siempre me han dado un poco de pena... Y verlos allí tirando eructos no me anima a solidarizarme con ellos. Pero imagino que su "autenticidad" les salva. No es la estampa que más me llama la atención de la Gran Vía, pero bueno, sí que son parte de ella. De todas formas nunca he entendido muy bien el gusto por beber en la calle en un sitio donde corre tanto aire... El caso es que eres un romántico, Walter Kung Fu, un nostálgico de los fantásticos años pasados... Ahora esos heavys siempre me recordarán a ti, lo cual les hace subir muchos puntos.

Walter Kung Fu dijo...

Gracias Magapola, así, al verlos, soreirás como yo lo hago. A mi, los heavys me caen simpáticos y, en cierto modo, me enternecen, pero nada más.

Os hubiera contado el resto de aquello que gustó de mi paseo por la Gran Vía: un señor que vendía poesías sentado a la puerta de la Casa del Libro mientras vociferaba un refrán sobre la (no)elegancia y la Gran Vía, la señora contrariada que no coseguía colocar sus pegatinas de la Paz a los huidizos viandantes, las esbeltas esculturas que se alzan grandiosas sobre las azoteas, el cielo de Madrid,…, pero me pareció excesivo.

Propongo quedar para pasear y charlar. Además de hacer ejercicio, se puede fumar.

Walter Kung Fu dijo...

Leyendo El País del domingo me quedé pillado viendo una foto de un tipo que se parecía a uno de los dos heavys a los que hacía referencia aquí.

Hoy despejé todas las dudas, viéndole en otra foto, junto a su compañero de correrías en otro blog:

http://yatengogueps.blogspot.com/2007/11/sobre-la-cosa-pblica.html

Rfa. podías retratarlos para tu nuevo proyecto de madrileños. Estoy ansioso por saber más de los últimos heavys (¿o fueron los primeros?) de Madrid.

María Rogel (Lapor) dijo...

me uno como panoli con un crítico retraso de meses a este homenaje a los heavies madrileños, pero por esas épocas todavía no era fan de los sindrográamicos. sí ya de estos tipos. vaya piezas deben de ser! no sé por qué me los imagino viviendo con su madre. besos

Anónimo dijo...

¡Me parto, LAPOR!

Walter Kung Fu dijo...

El domingo pasado se me rompió el corazón cuando sólo vi a uno de los hermanos heavys en su lugar habitual, calimocho en mano, pero sin su habitual compañero de habitat y costumbres.

Evius dijo...

parece k nadie sabe mucho de estos jevis, yo los conozco de un tiempo, y puedo decir que son muy sabios, ambos. Como no las apariencias engañan, y por si no lo sabeis, NO BEBEN.

mikto kuai dijo...

Reviviendo conversaciones pasadas, aquí un artículo que añade más información al tema de los heavies :), y una columna que leí hace poco sobre esta calle tan 'prostituida' (en el sentido más metafórico del término, vamos, el número 2, para más señas).