lunes, 22 de enero de 2007

Plataforma. Michel Houellebecq. Reflexiones en torno al SEXO.

¡Dios mío! ¡Llevamos más de cien entradas en Sindrogámico y todavía no hemos discutido de sexo! ¿Qué es esto? Definitivamente, en este blog somos demasiado intelectuales. Por suerte para todos, hay veces que la cultura y los polvos se mezclan y salen cosas como Plataforma (2001), de Houellebecq. Acabo de leerlo y es probable que mañana lo olvide, así que me ha parecido oportuno compartir algunas impresiones con vosotros. Y nada de ponernos serios, ¿eh? De lo que se trata aquí es de discutir sobre sexo. La novelita pretende ser algo así como el definitivo retrato de la vida sexual en Occidente. Houellebecq, que padece ínfulas de sociólogo, traza un panorama sobre el placer de los europeos. O sobre el turismo, que según parece es nuestro único modo de divertirnos. Repleto de oportunismo y de afán provocador, de vez en cuando aprovecha para soltar perlas como que “el Islam sólo podía nacer en un estúpido desierto, entre beduinos mugrientos que no tenían otra cosa que hacer, con perdón, que dar por culo a sus camellos”. Pero básicamente, como os digo, opina sobre el sexo. He seleccionado un párrafo que me ha parecido digno de debate. A ver si se os ocurre algo que añadir.


"Lo que los occidentales ya no saben hacer es precisamente eso: ofrecer su cuerpo como objeto agradable, dar placer de manera gratuita. Han perdido por completo el sentido de la entrega. Por mucho que se esfuercen, no consiguen que el sexo sea algo natural. No sólo se avergüenzan de su propio cuerpo, que no está a la altura de las exigencias del porno, sino que, por los mismos motivos, no sienten la menor atracción hacia el cuerpo de los demás. Es imposible hacer el amor sin un cierto abandono, sin la aceptación, al menos temporal, de un cierto estado de dependencia y de debilidad. La exaltación sentimental y la obsesión sexual tienen el mimso origen, las dos proceden del olvido parcial de uno mismo; no es un terreno en el que podamos realizarnos sin perdernos. Nos hemos vuelto fríos, racionales, extremadamente conscientes de nuestra existencia individual y de nuestros derechos; ante todo, queremos evitar la alienación y la dependencia; para colmo estamos obsesionados con la salud y con la higiene: esas no son las condiciones ideales para hacer el amor. En occidente hemos llegado a un punto en que la profesionalización de la sexualidad se ha vuelto inevitable. […] El sadomaso organizado, con sus reglas, sólo le interesa a la gente culta, cerebral, que ha perdido cualquier atracción por el sexo. Para todos los demás sólo queda una solución: los productos porno, con profesionales; y si uno quiere sexo de verdad, los países del Tercer Mundo."








6 comentarios:

n. dijo...

Puede que a Houellebecq le pierda de vez en cuando su constante deseo de epatar, pero también es cierto que, entre sentencias algo artificiosas y premeditadamente provocadoras, a veces suelta verdades como puños. A mí siempre me ha encantado cómo desmontaba a la generación del 68 en Las partículas elementales. Por otra parte, el párrafo que has transcrito tiene algunos de esos defectos y virtudes: es exagerado, pero tiene un poso de verdad. Hemos pasado de una desnaturalización por defecto a una por exceso. Hay mucha tela por cortar ahí, habrá que darle algunas vueltas...

Anónimo dijo...

No sé, decir esas cosas es fácil, cómo decirlas difícil, y no creo que Houellebecq logre esto último. De todas formas cuando dice: "Lo que los occidentales ya no saben hacer es precisamente eso: ofrecer su cuerpo como objeto agradable, dar placer de manera gratuita", ¿debo entender que laguna vez los accidentales lo sabían?
Explíqueme esto quien lo entienda.

mikto kuai dijo...

...ejem, rfa., veo que tiene usted mala memoria y no recuerda ciertos posts anteriores con una temática bastante sexual... sobre el tema, pues se me antoja complicado, no creo que sea tan fácil decir esas cosas que dice Houellebecq, aunque sí lo es según se mire, el fragmento del libro me parece bastante coherente, pero es que hoy estoy demasiado empático y tanto x, como y, como la z me parecen pensamientos acertados, y, puff, vaya, que no, que hoy no estoy, que me voy a tomar un café, con ese aroma tan especial... me abandonaré al café por unos minutos, mientras me fumo un cigarrillo en estado de dependencia y debilidad...

Miguel Carvajal dijo...

Yo, desgraciadamente, no he leído Plataforma. Empecé hace unos años Las partículas elementales y lo dejé a mitad. Recuerdo lo que comenta n., pero sobre todo no puedo arrancarme unas cuantas imágenes del libro que me desentonan. Debe de ser eso de la desnaturalización del sexo. Claro, ¡lo hemos banalizado y bananizado tanto!

Anónimo dijo...

Yo lo acabé de leer la semana pasada y me pareció artificioso todo ese rollo epatante de Houllebecq. Me gustó el libro pero no me creo al autor. Me parece que se las da de sociólogo y se queda solo en lo superficial.

Walter Kung Fu dijo...

Houellebecq es un provocador, además de escritor, con todo lo bueno y con todo lo malo que éso supone. Las lindezas y verdades que dedica en varias páginas de Plataforma al Islam son prueba de ello. ¿Pura provocación o puro marketing? Porque en su momento se armó un gran revuelo y también le ayudó a convertirse en la gran celebridad e intelectual que ya es. Antes, era sólo un intelectual francés más.

Por otro lado, no creo que la temática, o lo más importante, de la novela sea el sexo occidental, sino que su crítica siempre va más allá, dirigida al todo, al conjunto de la sociedad occidental, a su pérdida de valores y a su estancamiento y aburrimiento.