lunes, 4 de diciembre de 2006

Jeff Tweedy. La Riviera, Madrid 01/12/06

Podría ser hipócrita e intentar hablar de una forma más o menos objetiva sobre el concierto de Jeff Tweedy el pasado 1 de diciembre en la sala La Riviera de Madrid. Podría hablar de lo extenso del tracklist, de la encantadora timidez de Tweedy o del silencio casi reverencial de casi todo el público durante los pasajes más emocionantes del concierto. Pero no puedo. Salvando las distancias, sería como si te preguntan cómo es tu novia y respondes enseñando su currículum. Porque oír la voz desnuda de Tweedy a menos de dos metros cuando, para cerrar el concierto, se acercó al público para cantar “Acuff-Rose” a pleno pulmón es, desde ya, la experiencia más emocionante que he vivido jamás en un concierto. Vale que cuando lo hace Bono me parece un gesto populista, pero ya he dejado claro que no puedo ni quiero ser objetivo. Porque casi se me escapó una lagrimilla cuando rompió su voz cantando “searching for a home” en las últimas estrofas de una “Via Chicago” estremecedora. Porque fue realmente impresionante cómo convirtió una canción ya estupenda de por sí como “California Stars” en una experiencia casi supraterrenal que dejó a todo el público boquiabierto. Porque sé que quizás sea exagerado pensar que Tweedy es actualmente el mejor músico vivo, pero no puedo evitar pensarlo. Porque sé que podría haber seguido tocando otras dos horas y ninguna canción habría sonado a concesión o relleno. Porque, en fin, pocas veces se sale de un concierto con la sensación de haber vivido un momento irrepetible, una experiencia que hará que durante algún tiempo todos los demás conciertos te parezcan pequeños y todas las demás voces te suenen vulgares. Así que sólo me queda decir gracias y esperar a la próxima. Gracias, pues.

Autobombo: Revisión de Wilco en Sindrogámico

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Temendo, es lo que he pesado después de leerte, n. Gracias por compartir tu experiencia.

Anónimo dijo...

Excelente crónica. Una pena que no haya podido asistir.
Por cierto, ¿cual es tu mail? no lo veo en tu blog.
Mae

Anónimo dijo...

La verdad es que no creo que haya mucho que comentar.

Simplemente dejar constancia de que n, no es en ningún momento exagerado.
Me atrevo a decir, que todos los que estuvimos allí (fans, psychofans y menos fans) sentimos en algún momento esa magia especial que pocos artistas saben transmitir con tanta naturalidad, dejando claro que han nacido por y para ello. Que les cuesta menos esfuerzo que respirar, vaya.

Rfa. dijo...

Me habría encantado estar allí, qué duda cabe. Menos mal que siempre estarás tú, querido n., para contarnos cómo fueron las cosas.
Por otro lado, es muy graciosa tu observación sobre la progresiva bonificación de Jeff Tweedy. ¿Crees que al final acabará siendo una especie de estrellón alternativo? ¿Cómo hemos de interpretar su gira en solitario? ¿Ego o avaricia? ¿Y qué me dices de la foto en el artículo en el EP3, con esa pinta de maldito? Ay, queridos...

uachi dijo...

qué envidia asistir a un concierto que aún emocione... yo creo que no voy a uno de esos desde que tenía 15 años y era un fan, pero fan fan.
¿es esta un condición indispensable para vibrar tanto en un concierto?

n. dijo...

Por partes...

1. Supongo que sí, que hay que ser totalmente fan (psychofan, que dijo Marta) para emocionarse como una quinceañera en un concierto privado de Bisbal, pero a pesar de mi evidente falta de objetividad creo que, incluso para el espectador más indiferente, hubo pasajes del concierto que ponían los pelos de punta. Esa voz no es de este mundo, en serio.

2. Entre los psychofans (entre los que me incluyo), me sorprendió el fervor casi religioso con el que se trataba a Tweedy, con constantes gritos de I love you (gritos masculinos, por cierto). Pero no creo que se esté bonificando, en los dos DVDs que ha editado no tiene problema en mostrarse como un gruñón de cojones. E incluso vomitando.

3. ¡Hola, Mae, y muchas gracias! Puedes ponerte en contacto con cualquiera de nosotros en sindrogamico@gmail.com.

Saludos

uachi dijo...

ay, este post me ha recordado a una experiencia horrible que tuve el año pasado al ver a los Zombies en el Purple Weekend como fan que era..ha sido tan traumático el recuerdo que he tenido que dejarlo por escrito en el blog para exorcizar el pasado!

Antikhristas dijo...

Salir extasiado de un concierto que te deja flotando en las nubes es una de las emociones de la vida. La sensación de plenitud es fantástica, y las visitas y revisitas que hacemos después para evocar esos momentos son deliciosas. Están en tu cabeza y puedes revivirlas siempre que quieras, te acompañan allí donde vayas.
Qué envidia me has dado con tu post, n.!
Eso sí, no te metas con Bono que es, -y eso es indiscutible te guste o no- todo un Show-Man.

PD. Necesito ir a un concierto!

Anónimo dijo...

El que escribe esta crónica es maricón perdido, no?? (José Esteban Martínez Vila)

Anónimo dijo...

Perdona que discrepe de tu comentario, querido usuario anónimo/José Esteban Martínez Vila, si con él quieres decir que sólo los maricones perdidos se emocionan y son capaces de ver lo bello, porque entonces espero que el mundo esté lleno de seres tan especiales y tú seas una excepción.