"Too Much Love": negación, ira, negociación, depresión (y aceptación)
Va a ser difícil recibir en lo que queda de año un mazazo emocional del calibre del “Too Much Love” de Harlan T. Bobo. Clasificado por casi toda la crítica bajo la difusa categoría de “discos de divorcio”, “Too much love” es mucho más que eso: en tan sólo 31 minutos describe de forma brillante y desoladora todas las etapas del duelo posterior a la ruptura de una relación. Un disco que, según su autor, trata sobre “lo mejor y lo peor de amar a Yvonne Bobo”, la mujer con la que compartió 6 años y cuyo divorcio inspiró un disco que es, sin duda, un clásico desde ya.
(Negación)El disco arranca tranquilo, con una guitarra española acompañando la voz rota de “It’s only love”, quizás una justificación ante la falta de lógica de algunas decisiones tomadas bajo los efectos del dolor o quizás un simple mecanismo de defensa ante la tormenta que se avecina. La segunda, “Left your door unlocked”, se mueve musicalmente en unas coordenadas similares a las de la también excelente “Far far away” de Wilco, y narra una historia que, de puro patética, resulta desarmante: la de un hombre que se cuela en casa de su ex-novia aprovechando que ella “está por ahí con él” sólo para “encontrar algunas pequeñas pruebas de que todavía piensas en mí” y para que “cuando llegues a casa y me encuentres durmiendo/ te des cuenta de cuánto me importas todavía”. “Stop”, con su sencillo riff de inspiración fifties y un estilo cercano al spoken word, es un muestrario de culpas propias y ajenas, de deseos y reproches con frases de sinceridad hiriente como “siento que tus sueños y esperanzas no funcionaran como tú planeaste/ puedo aceptar toda la culpa por eso/ pero creo sinceramente que lo que tuvimos fue algo precioso…”. Pornografía emocional de muchos quilates, no hay forma de explicar mejor el dolor con palabras más sencillas.
(Ira)El bloque central es el más movido del lote, y muestra a un hombre airado tras darse de narices con la derrota. Odio al hecho de que el resto del mundo siga enamorándose (“Too much love”: ¿Dominique A?), odio a todos los hombres que, de una forma u otra, le sustituirán (“Mr. Last Week”), odio a tener miedo a estar solo. Un bloque estimable pero…
(Negociación, depresión)… es que el final del disco es casi perfecto. Tres rodajas de country-soul a corazón abierto que comienzan con una enumeración de actos cotidianos absolutamente vacíos por culpa de la ausencia (“When you’re coming home”), un demoledor recuerdo de ese último beso que nunca avisa de su condición (“After this night”) y, para acabar y derretirse definitivamente, “Bottle and hotel”, una canción que, según cuenta su autor, salvó un matrimonio (desafortunadamente para él, no el suyo), y no me extraña. Una súplica de una fragilidad y una tristeza infinita para terminar con el que, como diría N.V., probablemente será “el polvo más triste del mundo”.
Oyendo este disco, no puedo evitar acordarme de una de mis frases favoritas del Dr. Wilson: “Parecer miserable no te convierte en alguien más interesante, simplemente te hace parecer miserable”. Y no puedo estar menos de acuerdo. Sólo para melancólicos patológicos. 9
Enlace: MySpace de Harlan T. Bobo
3 comentarios:
Joder, n., que para un viernes este post es total. Por cierto, qeo he escuchado las canciones por lo que te agradezco las citas, pero para frases las tuyas: "deseos y reproches con frases de sinceridad hiriente", "pornografía emocional", "actos cotidianos absolutamente vacíos por culpa de la ausencia"... ¿Quién no ha pasado por todos estos estados? ¡Realmente merecerá la pena escucharlo!
El fracaso es, probablemente, el único GRAN TEMA. Al final todas las historias que merecen la pena acaban siendo historias de fracasos. Lo cual no significa, claro, que yo quiera ser un fracasado. Simplemente intuyo que todos lo somos, en el fondo, un poquito.
Para fraqses una de las últimas: "Parecer miserable no te convierte en alguien más interesante, simplemente te hace parecer miserable". Aplastante. Romper una relación te puede hacer sentir miserable, y no creo que todos los que se sienten miserables quieran parecer interesantes. Sí que es cierto que a veces nos gusta regocijarnos en eso...
Rfa, no estoy de acuerdo contigo. No me viene a la mente ningún buen ejemplo pero no creo que todas las historias buenas hayan de ser de fracasos. ¿Puede que los estados de fracaso, crísis, traumas, etc, sean más inspiradores que los éxitos? Lo digo porque acabo de ver la peli de coping Beethoven y este genio rompió todos los moldes al final de su existencia, cuando ya nadie creía en él...
De todas formas, me apetece mucho escuchar el disco y tener opinión propia sobre la obra.
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