jueves, 25 de junio de 2009

Robert Banksy


Robert Banksy, cuyo nombre suena a “robar bancos”, es el graffitero de moda. Su obra vale millones, tenerla y destruirla. Y es que va dejando rastro por medio mundo con sus plantillas e imágenes ingeniosas que impulsan al viandante a quedarse mirando a la Mona lisa con un bazoca, o deteniéndose para contestar una rata que les pregunta dónde está Hollywood.

Algunos dicen que se ha vendido, ya que sus obras las adquieren ahora los famosos de turno, tipo Angelina Jolie, y porque ha accedido a que su obra se exponga por primera vez en un museo de Bristol, su ciudad natal. Al respecto, Banksy se ha pronunciado diciendo que es la primera vez que los contribuyentes se gastan el dinero en mostrar sus obras en vez de borrarlas.

Unos ejemplos en leer más:







5 comentarios:

María dijo...

¿Cómo que ha accedido a que expongan su obra en un museo? ¡qué mal! Su obra pertenece al espacio público, ¡es un activista! y se supone que el objeto fundamental de su arte sería el de desmitificar el concepto de creatividad... Nada, yo soy de las que piensan que se ha vendido.

chicoutimi dijo...

No sé...creo que tampoco importa tanto que (parte de) su obra se pueda trasladar a un museo temporalmente. Al final se trata de comunicar una idea, y si además tenemos en cuenta que la mayoría de museos y exposiciones en UK son de acceso libre, tampoco parece tan terrible. Al menos no es más ridículo que ver expuestos en un museo cuadros de artistas que murieron en la indigencia.
De todas formas, él ya ha expuesto en museos. A traición, pero lo ha hecho.
A mí me gusta bastante; en Liverpool tenemos, hasta donde sé, tres obras suyas (de las que yo sólo he visto dos). Recién llegada a la ciudad me hice con su libro, y me fascinó, y si él hubiese sido tan purista nunca habría conocido su obra, pues no existiría el libro.

En el libro se incluye una anécdota que me conmovió, y que siempre cuento. Estaba pintando en el muro de separación entre Israel y Palestina, con imágenes de cielo azul y libertad, cuando un anciano palestino se le acercó y le pidió que se marchase; estaba haciendo el muro hermoso y eso no debía ocurrir, ese muro no podía ser bonito.

María Rogel (Lapor) dijo...

es buenímo este tío,auqnue es verdad que lo del museo deja cabos sueltos. No es como anes cuando un grafitero era apadrinado por una gallería o si accedía a un museo, significba mucho más pero ahora que hay una diversidad en el arte no deben estar tmb diversificados los espacios, según las tendencias.
por cierto (en mi línea), hay un libro bien editado con mucha de su obra q lleva de oferta un tiempo en el Vips.
besosssss

Anónimo dijo...

No sé qué opinar respecto a lo de ver o no censurable que exponga en un museo, ni a lo de que venda sus obras a famosos, imagino que ambas posiciones tiene sus pros y contras, como habéis dejado expuesto.

La polémica para mí está más bien en algo que no estaba explícito en el pos, pero sí daba lugar a ella: que los Ayuntamientos eliminen los graffitis de la calle, ¿se debe seguir con esa práctica? ¿Podría Gallardón de España sacar su flota de limpiadores y borrar una “pintada” de Robert Banksy de uno de los túneles del metro de Madrid, por ejemplo?

dintel dijo...

Genial!!!