jueves, 2 de abril de 2009

Desordenes

El domingo pasado, mientras contemplaba divertido un acto reivindicativo en un parque madrileño, una señora me preguntó en tono afirmativo: ¿Eres Xxxxxx? Y dije Sí. Me llamo Xxxxxx, a la par que pensaba esta tía me suena. Después de una sucesión de equívocos y desaciertos resultó que yo no era el Xxxxxx que buscaba esta señora, sin embargo, me quedé preocupado con la idea del doble y con aquello de que todos tenemos uno.


Ayer en Plaza de España, a la altura del Edificio España, me preguntaron dos veces seguidas y en menos de 5 metros por la calle Gran Vía. Uf, esto sí que me aturdió. Puedo entender perfectamente que se desconozca la situación de esta calle, que un turista despistado o apresurado pregunte por ella, pero lo que me descolocó fue que este hecho sucediera dos veces de manera casi consecutiva en el comienzo de Gran Vía. ¿Sería una broma? ¿Tal vez una cámara oculta?¿O simplemente una extraña coincidencia?

3 comentarios:

d. dijo...

Yo esto creo que ya lo hemos hablado en este blog. Pero a propósito de otros encuentros y otras casualidades.
Una vez en el barrio en que vivía antes, se me acercó una chica y me dijo: "¡hola d.!" Y yo, sorprendido, no supe qué decir. No la conocía de nada. "Me temo que te estás equivocando", le respondí. Creo que después nos metimos en explicaciones de si era o no era su d. Y creo también que acabamos concluyendo que no por algún dato que me dio. Pero me aturdió que me dijese "es que de verdad que sois iguales" y que al decirlo, notase en su cara como un resto de decepción.

Walter Kung Fu dijo...

Tiene razón d. Ya se habló de nuestros parecidos. Este post es una mierda, soy consciente, pero que me preguntaran dos veces seguidas por la Gran Vía me dejó seco.

Anónimo dijo...

No te preocupes Mr Fu,a mí también me pasa eso a veces.Llegué a la conclusión de que las desgracias nunca vienen solas si hay un gilipollas que te pregunta algo detrás viene otro. Fijo...