lunes, 13 de octubre de 2008

Letras POP



Si vais por la calle y os encontráis frente al Institut de Cultura y está a puntito de comenzar una conferencia sobre la relación entre la literatura y las letras de las canciones pop, ¿entraríais? Yo sí, y así lo hice y allí sentados me encontré a Manolo Martínez, de Astrud, a Elena Medel, poetisa, y a Pere Guixà, escritor. Moderando la mesa Silvia Grijalba, autora de letras de canciones, entre otras cosas. Todos los asistentes estaban de acuerdo nada más y nada menos que en elevar la letra de canción al nivel de género literario, pero se tocó el no menos polémico tema de de que sólo a partir de Los Planetas es cuando en España se ha empezado a tomar en serio, en el sentido de profesionalizar, las letras en las canciones pop, porque parece ser que hasta entonces daba vergüenza. De hecho Silvia Grijalba puso finos a los indies españoles que ven en ser amateur algo que mola y que rechazan ser profesionales y vivir de su música. Empezábamos bien con los temitas. Luego la cosa se relajó un poco y los mitos empezaron a surgir, por supuesto, con Morreisey a la cabeza. También se habló de la cursilería pop y de que a veces esa cursilería lleva al retorcimiento. Manolo puso el ejemplo de la frase de "me miras a través de tu ojo de cristal", donde el querer dar a entender que la mirada es transparente provoca el que la chica sea tuerta.

Entre los asistentes en el público, que no éramos más de cuarenta, pude distinguir a dos personas: María Llopis, feminista pornopunk, y a Agustín Fernández Mallo, autor del libro Nocilla experience.

Salí con ganas de meterme en un bar con colegas a hablar de todo ello. Todos allí defendían que las letras de las canciones pop no se podían entender sin la música. Como ejemplo, y para el que no la conozca, he dejado en leer más la letra de la canción El Vertedero de Sao Paulo de Astrud.


¿Cuántas copias de la biblia catalana interconfesional
hay enterradas en el vertedero de Sao Paulo?
Hay cuatro, una está un poco mordida,
pero tres están en buen estado.
¿Cuántos incunables, cuántos miles de amatistas?
¿Y cuántas copias gratuitas de evaluación de Windows Vista
en el vertedero de Sao Paulo?, ¿en el vertedero de Sao Paulo?
Cientos, al menos una.
El vertedero de Sao Paulo no es una metáfora,
sino un vertedero que tienen en Sao Paulo,
según se ve Sao Paulo,
tiran las basuras y van a parar a un vertedero.
¿Cuántos litros de plasma sanguíneo AB negativo?
Muchos.
¿Cuántas egagrópilas de buho y cuantos millones de pesetas en monedas de 20 duros?
¿Cuántos filtros para el grifo de carbón activo hay
cada uno en su funda
en el vertedero de Sao Paulo?, ¿en el vertedero de Sao Paulo?
Sucios, pero funcionan.
El vertedero de Sao Paulo no es una metáfora,
sino un vertedero que tienen en Sao Paulo,
según se ve Sao Paulo,
tiran las basuras y van a parar a un vertedero.
¿Cuántas cepas de la gripe española o de carbunclo
empapando fotos de Natalia de Operación Triunfo?
El vertedero de Sao Paulo no es una metáfora,
sino un vertedero que tienen en Sao Paulo,
según se ve Sao Paulo,
tiran las basuras y van a parar a un vertedero.
El vertedero de Sao Paulo no es una metáfora,
sino un vertedero que tienen en Sao Paulo,
según se ve Sao Paulo,
tiran las basuras y van a parar a un vertedero.

5 comentarios:

Rfa. dijo...

Yo llevo toda la semana escuchando recopilaciones de pop español y la verdad es que hay letras bastante interesantes. Pero me aburre mogollón ese afán por legitimar las cosas con etiquetas tan pesadas como la de "literario". Por definición, lo pop no puede ser trascendente. Creo que hay un malentendido de fondo, que se confunde "bueno" con "literario" y "literario" con "inteligente". Y me parece bastante significativo que entre los ponentes a tu conferencia hubiese gente como Manolo Martínez, el de Astrud, un grupo cuyas letras siempre son calificadas de "inteligentes", como si ése fuese el único requisito para que te tomen en serio. No me extraña que termináseis hablando de Morrisey, un letrista que cita a Keats.
Otro ejemplo: Agustín Fernández Mallo. Me encanta su proyecto Nocilla y toda la frescura que reivindica frente al anquilosamiento del establishment literario (y mercantil) de este país. Pero me da un poco de pereza que se esfuerce todo el tiempo en remarcar como "literatura" su vampirización de la cultura pop y de internet, cuando lo verdaderamente rompedor sería que no lo hiciese, que lo presentase como lo que es: un producto espontáneo y efímero que, sin embargo, cala más hondo que cualquier rima de Becquer.

Bonita del Norte dijo...

las etiquetas aburren, la espontaneidad de las cosas es lo que las hace más auténticas, únicas. Si lo etiquetas, si marcas ese producto que puede ser único acaba enquilosado. No sé pierde frescura, incluso rebeldía...

Me gustan las letras pop porque son de digestión rápida pero mordaz...

Anónimo dijo...

Yo lo he visto claro desde el primer momento (será que soy muy retorcida). La música hoy en día no vende desde que existe la posibilidad de la descarga gratuita.Algo se tienen que inventar. Ya mismo dirán que la música es algo divino y formaran la Iglesia de la Musicología para que todo el mundo cante canciones en plan gospel y deje una propinita...

Ana dijo...

La canción El vertedero de Sao Paulo de Astrud la he escuchado, pero no me parece una obra de arte literaria.
Comparar la literatura con las letras de las canciones es como mezclar el tocino con la velocidad.
Me parece que rfa. tiene razón, por "literario" se refieren a "inteligente".

Fini Calviño dijo...

Me gusta las canciones en castellano, me hacen vibrar mucho más... saludos