jueves, 28 de agosto de 2008

The Burning Man

Este proyecto tuvo su origen en una pequeña playa de San Francisco en 1986, con el objetivo de la expresión radical de los asistentes y la quema de un hombre de madera como ritual, y que ha terminado convirtiéndose en una intensa experiencia vital donde 48.000 personas conviven durante una semana (del 25 de agosto al 1 de septiembre, este año) en el desierto de Black Rock (Nevada, Estados Unidos). No hay reglas ni leyes en este evento, salvo la colaboración y el respecto de la comunidad, cuyos integrantes se expresan y visten como les viene en gana en Black Rock City, hogar temporal de esta singular experiencia, de la cual no quedará ni el menor rastro una vez finalizada esta semana de celebración (y su posterior desmantelamiento).



Sin embargo, no se trata sólo de una comunidad temporal de bichos raros. Es una ciudad en el desierto dedicada a la radical y extrema expresión, autodependencia, arte, donde la participación de sus ciudadanos es el verdadero leitmotiv de Burning Man. Una vez al año, durante una semana en el desierto, sus asistentes se unirán para construir Black Rock City, interactuar entre sí, crear y participar de sus esculturas, instalaciones, performances y vehículos imposibles.

¿Demasiado freak? ¿Demasiado creativo? ¿Demasiado arty? Seguro que demasiado polvo.

4 comentarios:

Rfa. dijo...

Precisamente esta semana he estado leyendo sobre ello, Walter. Tengo entre manos un libro que habla sobre la vida cotidiana en San Francisco, y el autor se queja de que Burning Man se ha hecho ya demasiado famoso. Según él, hace años la gente que molaba se iba al desierto. Ahora, la gente que mola es la que se queda en la ciudad durante ese fin de semana, y sólo los que buscan jaleo porque lo han visto en la MTV se van a tragar polvo. En el fondo, a la hora de estar a la última de lo que se trata es de ir al revés de la mayoría. Ya sabéis cuél es el lema de los moderniquis, ¿no?: "si es masivo, no está a la altura de mi exquisito paladar".

Anónimo dijo...

Yo creo que si su objetivo era la expresión “radical”, lo “extremo” tiene que ir implícito y por lo tanto todo va ser necesariamente “demasiado”. De hecho, el que ahora asistan 48.000 mil personas es más bien cumplir con parte de ese objetivo, ¿no os parece?

Alis dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Alis dijo...

Ejem, repito; masivo o no, a mí me parece interesante. Y gracias por descubrírmelo, Walter!