lunes, 9 de junio de 2008

Liquidwoman

Abrió el armario y de la parte de arriba sacó de un rincón una caja azul.

Un traje elástico azul oscuro metálico estaba dentro.

Comprobó, colgándoselo desde los hombros, que le quedaba grandísimo, era enorme, como si hubiera pertenecido a alguna mujer de una era antigua.

Cuando se lo probó todo su cuerpo quedó atrapado en él, adaptándose a cada una de sus curvas.

Miró por la ventana hacia la oscuridad de la noche, sembrada de lucecitas de la ciudad a lo lejos.

Cerró los ojos y se disolvió en agua. Se coló por los canalones de los edificios, recorrió las alcantarillas más abajo del suburbano, salió a flote por la fuente de la plaza frente al edificio municipal y, aprovechando que llovía, formó una gotera en el tejado.

- ¡Quietos!

Dos hombres vestidos de negro quedaron paralizados. Portaban los lingotes de oro del Banco Nacional.

- ¿Pero tú quién eres?

En ese instante, Liquidwoman se deshizo en una corriente que arrastró con fuerza a ambos delincuentes, dejándoles inconscientes ante la puerta del guarda.

- El porno déjalo para tus ratos libres. Mi labor es ayudar, no hacer el trabajo de los demás.

Con los ojos abiertos y la bragueta desabrochada, el guarda solo atinó a titubear:

- Sí, se-señora… Gracias…

Y ante sus ojos se formó un charco de agua que fue a parar directamente al desagüe.

8 comentarios:

Rfa. dijo...

Esta historia de Liquidwoman que cuentas, Magapola, me recuerda a algo que pasó una vez en mi casa de la playa. Los que me conocéis probablemente sabéis que mi casa de la playa está encantada: ocurren cosas misteriosas, sin explicación, que dan bastante canguele en el momento pero que luego, cuando las cuentas, molan un montón. De entre todos los fenómenos paranormales que recuerdo uno de los más inquietantes ocurrió con la ropa que habíamos dejado dentro de una bolsa. Nos fuimos a dormir y a la mañana siguiente estaba completamente empapada. No había agua alrededor ni en el suelo, sólo dentro de la bolsa. Y mucha.
¿Qué había pasado? Durante años en mi familia le hemos echado la culpa a los fantasmas. Pero mira tú por donde, ahora resulta que debió de ser Liquidwoman.

Hei Jei dijo...

Liquidwoman debe ser muy escurridiza, verdad??

un beso wapa!!

NáN dijo...

¡Me encanta la historia, Rfa.! Conozco otra casa así y podemos compartir historias (tú y yo con una cerveza: el encuentro es ya inexcusable).
La que conozco es también un apartamento de playa, no hay fantasmas del pasado, sino presencias llevadas por quien sabemos. Lo malo es que ¡viven! ahí y aunque esa persona salga, siguen sucediendo cosas.

¡Y eso que no creo en los fantasmas!

Magapola, si me gustó oírtelo, más me gusta leerlo.

Anónimo dijo...

yo veía una serie de pequeña en la que una niña tenía poderes y se convertía en agua, pero no recuerdo cual era, no!
he volvido! :D

Anónimo dijo...

Liquidwoman, esa gran mujer... jjajjaja

Bonita del Norte dijo...

Dame una corona más para ver si dejo de pensar en poderes de heroína de comic...

Me ha gustado mucho!! Un beso, diré a la señorita a rayas que te lo dé de mi parte

- dijo...

mmm.. ¿LIQUIDwoman!?.. ¿son sus poderes una forma de hiperbole del fluido vaginal de las mujeres???

Anónimo dijo...

Heroína es mi profesión frustrada (vamos, unida a la de detective, inspector y cosas por el estilo). Me alegra saber que formaráimos un equipo tipo Watchwoman :)

El agua, los líquidos, tienen una fuerza que habitualemtne obviamos.