El teorema de Almodóvar
Os estaría hablando durante una tarde entera de El Teorema de Almodóvar, una novela que cayó en mis manos tierna como un cervatillo y que se ha convertido en un ejemplar maravillosos, lleno de fuerza, tremendamente poderoso.
¿Qué rostro puede atravesar el tiempo sin convertirse en una máscara?
Si tuviera que describir físicamente a esta novela (¿habéis hecho esto alguna vez?) su imagen sería las de un ciervo rosa en la noche en mitad de una carretera, con los ojos clavados en las luces de un coche que ese acerca peligrosamente hacia él, el corazón latiente, los morros humeantes. Esta imagen daría como sensación dureza, tensión, terror, muerte, dolor.
Una delicadeza basada en el instante, en la virginidad mental, en el hecho de que el otro seguirá siendo un eterno desconocido. Ahí está la fuente de la frescura.
Sin embargo la sensación que me dejó al leerla es totalmente la contraria y se podría definir con palabras como ligereza, espacio, líquido, danza, pensamiento, flotar, números, amor, indefinición, suspensión...
¿Veis? Ya me estoy enrollando y todavía apenas he dejado, como siempre hago, que Antoni Casa Ros, su autor y su propio personaje, se presente de verdad. Esperad, de eso ya hablan los críticos literarios, mejor que nos presente él su mente, cómo piensa:
Una parte de la belleza de una proposición matemática reside en el hecho de que no siempre es posible convertirla en un teorema, es decir, demostrarla como auténtica. Es lo que llamamos “Lo indecible”. Lo indecible es el compañero de la incertidumbre. Cuando mi madre me dio a conocer este misterio, tendría yo quince años, liberó mi pensamiento matemático y después mi pensamiento en general del dogmatismo ligado a la certidumbre. Comencé a ver y a sentir que, en todo, había tantas posibilidades como snapsis en el cerebro, garantizando la fluidez de los datos y su compenetración. Existen unos cien mil millones de sinapsis. Cien mil millones de posibilidades, a veces veo mi rostro como una de esas posibilidades. Es la gran enseñanza que me transmitió mi madre y, sin ella, probablemente no hubiera podido soportar mi soledad. Digamos más sencillamente que ésta hubiera sido estéril.
Y yo ya me callo, si tenéis la oportunidad leedlo, pero si todavía dudáis, aquí tenéis más información y en Las Playas de Siberia un extracto. Espero que os guste.
El teorema de Almodóvar (título original Le théorème d'Almodóvar), Antoni Casas Ros, ed. Seix Barral, 2008.
13 comentarios:
Tal y como la describes, Magapola, yo me imagino esta novela como un retrato cubista que huele a lavanda.
Por otro lado, me parece bastante significativo que Almodóvar haya dado el salto definitivo a la categoría donde cada vez parece sentirse más cómodo: la de personaje puro y duro.
En este libro no ha metido mano Almodóvar, Rfa., el protagonista es el propio autor, Antoni Casas Ros. Si te lees el libro sabrás el por qué del título, pero no lo voy yo a desvelar, claro.
Hojeando El País de ayer domingo caí sobre el artículo dedicado al libro y a casi más al personaje de Casas Ros. Pasé de largo, pero la ilustración del hombre-ciervo hizo que volviese tras mis pasos a esas páginas y leyese el artículo entero; cosa que hago rarísimamente y menos en domingo y menos ese diario. Todo lo que leí me provocó inquietud y fascinación. Aunque por otro lado llama la atención que sigamos tan prendados de cosas como la heteronimia, de lo más antiguo ya en literatura. Que si es Vila Matas, que si es Mendoza. A mí me da que cuando me lo lea me voy a encontrar con algo raro tipo Bolaño.
Siempre atenta Magapola.
Ya habíamos hablado alguna ocasión de lo fascinada que estabas por esta novela y veo que te atrapó hasta el final. Me acordé de ti tras leer ese artículo que menciona d. acerca del enigma del autor, lo cual me hace pensar si el autor realmente existe o bien se trata de un mecanismo de marketing.
pues me han entrado ganas de leerla y más aun de dibujar esa imagen del libro que describes, enigmática... aunque no conseguiría que fuera tan bella como tus palabras :)
Jelou de nuevo!!!Ultimamente no se ni lo que es leer un libro, pero esa combinación de matemáticas y Almodovar me suena de lujo y tus palabars dan gans de leerla.
Lo dejaremos para la feria del libro...
me la apunto, me han dado muchas ganas de leerla :)
Es la segunda vez en el día (o la primera fue ayer? ay mi cabeza) que oigo hablar de este libro... he de leerlo, demasiado intrigante para dejarlo pasar, demasiado corto para poderme excusar. Luego me decepcionará como cada vez que espero que algo me impacte de veras... o no
Creo que me va a gustar. El jueves intentaré adquirirla.
Gracias por el extracto que nos regalas, es muy bello. La novela no la conocía. Saludos!
Lo he acabado hoy y me ha gustado. Es un libro pintoresco, sorpresivo, poético, desgarrador. Antoni se ríe de su situación que logra normalizar gracias a Lisa que lo trata de manera normal sin miramientos ni compasiones, afanada en hacerle una máscara, en sacarlo de su soledad, de su abstinencia. Hay pasajes divagatorios, caóticos, parajes sexuales, de sexo duro como reclama Antoni, bajo el cielo del amor y la caricia. Un libro sorpresivo y epatatante, que más que nada me ha parecido sugerente. La literatura ha de evocar y este libro, la primera novela de Antoni, escrita en francés, no me ha dejado indiferente.
Me alegro y comparto contigo lo de evocador, achicador, es una palabra que lo define muy bien, la verdad.
A ver el segundo si sorprende igual. Intentaré no crearme expectativas porque estas siempre defraudan, pero la verdad es que me he quedado un poco con ganas de más de Antoni, ¿y tú?
Esta novela no me la he leído pero le tengo muchas ganas desde que leí "Enigma" de Casas Ros también, me encantó, es una novela distinta, muy original...
Os dejo el enlace a mi reseña por si os interesa. Sin duda, creo que merece la pena leerlo y en cuanto tenga oportunidad no dejaré pasar éste que comentas.
http://viajesdesdelsillon.blogspot.com/2011/05/enigma-de-antoni-casas-ros.html
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