viernes, 24 de noviembre de 2006

Swedish Rock Nights

Sí, señores, Suecia se mueve. Y para demostrarlo, las productoras Merklubba Production, Fikasound y Explosión Musical organizan por segundo año una jornada de hermanamiento entre dos tradiciones musicales tan alejadas como la sueca y la española. 6 grupos, 6 saltaron anoche al ruedo de la sala Arena (ahora Heineken), 5 suecos y uno español. Buen ambiente, con parte de la colonia Erasmus sueca en la sala y una organización exquisitamente profesional, para una noche que nos dejó las siguientes sensaciones:

Sebastian Lors & The Ones That Got Away. No es fácil ser como Ryan Adams: hace falta un ego desmesurado, una notable resistencia al whisky y haberte acostado con Winona Ryder. Ah, y talento. No sabemos si Sebastian Lors cumple las dos primeras condiciones, pero su country-rock algo descafeinado nos despierta dudas sobre la cuarta. Vete a las tiendas de Beverly Hills, busca a Winona y luego hablamos.


Ida Maria. El premio gordo salió pronto. Vencedora absoluta de la noche, Ida Maria y su banda no ofrecen nada nuevo ni espectacular (punk-rock del montón con un ojo puesto en el movimiento riot de los 90), pero su chorro de voz y un entusiasmo deliciosamente contagioso hizo que todos los presentes la adoráramos al instante. I like you better when you’re naked…



Havalina Blu.
Los españoles infiltrados. Recuerdos a Radio Birdman y a los 80 más oscuros, acabaron con una más que correcta versión de “The Forest” de The Cure, con un pero: como bien explicaba Jason Lee en Persiguiendo a Amy, entintar es algo más que calcar. Técnicamente perfectos, habrá que seguirles la pista.

Lucknow Pact. El grupo más sueco de la noche, si entendemos sueco como todo aquello salido del sello Labrador y similares. Curiosa mezcla de personalidades comandada por un entusiasta cantante con pinta de Bryan Ferry de provincias, trajeron un trocito de sol sueco a la noche madrileña. Sol sueco frío e intermitente, pero sol al fin y al cabo.

Sugarplum Fairy. Qué bonito es ser joven, formar una banda y lanzarte a conquistar el mundo. Sugarplum Fairy quieren ser The Libertines pero se quedan a tres esquinas de Jet. Fotogénicos y poco más, se delataron tocando el “Wonderwall” de Oasis y, a partir de ahí, a entretenernos con el juego de las referencias: que si estos acordes son los del “Whatever”, que este bajo es de los Strokes… Buena suerte con la próxima campaña de Movistar.

Suburban Kids with Biblical names.
Como ocurre con Darren Hayman (a quien telonearon en su última visita a Madrid) o Eef Barzelay, S.K.w.B.N. (premio al nombre más divertido) se hacen querer con su pinta de acabar de escaparse de una película de Todd Solondz y unas letras superiores a la media. Un laúd, unas bases programadas de regusto ochentero y un notable instinto melódico acabaron de redondear la noche. Y hoy a trabajar con resaca, pero con el buen recuerdo de una iniciativa que, esperemos, tenga continuidad y produzca algún resultado. Go Sweden!!

2 comentarios:

Rfa. dijo...

La resaca te afila la lengua, n., y con ella nos haces cosquillas en el cerebro.
Je, je, je.

Anadja dijo...

Me meo toa, "buscad a Winona en las tiendas de Beberly Hills y luego hablamos", "suerte con la próxima campaña de Movistar"...
Jajajaja
Jejejeje
Jijijiji
Sólo decir que hay un grupo de rock sueco que me pirra y no son los Hives que no- tan modernos como efímeros -son "The Soundtrack of our lives".
larga vida a la psicodelia internacional!
n. me vas a perdonar pero casi prefiero que sigas yendo a conciertos que no te terminen de gustar, eres divertidísimo cuando te pones mordaz!