miércoles, 18 de octubre de 2006

Grandes personajes: Jack Bauer

Jack Bauer es el único superhéroe posible en el mundo post 11-S. Ya no hay capas ni mallas de colores, sólo una voluntad de hierro forjada con un patriotismo inquebrantable. Ya no hay enemigos mutantes ni venidos del espacio exterior: los supervillanos vienen ahora de desiertos remotos y montañas lejanas, y sus planes son algo más modestos que dominar el mundo.

Para los que no lo sepáis, Jack Bauer es el protagonista de 24. Jack Bauer trabaja - cuando no ha sido expedientado, expulsado o intentado asesinar por sus compañeros y/o superiores – en la Unidad Anti Terrorista (UAT) de Los Angeles, una organización ficticia encargada de desbaratar los maléficos planes de un puñado de villanos básicamente extranjeros. En eso sí se han mostrado bastante ecuánimes los guionistas de 24: no sólo son árabes (aunque sí la mayoría), también hay separatistas rusos, serbios, narcotraficantes latinoamericanos o macabros chinos. Ni un Unabomber ni un Tim McVeigh que llevarse a la boca. Jack Bauer es un patriota. Moriría por su país. Qué coño, ya ha muerto dos veces por su país. Y eso le ha cabreado todavía más. Jack Bauer ha matado a 112 personas en las 120 horas de su vida que hemos presenciado. Para Jack Bauer, Ginebra es una bebida. Y punto. No le tiembla la mano a la hora de torturar a cualquiera que tenga un solo bit de información, a cualquiera que haya comprado el periódico en el mismo kiosco que un sospechoso de terrorismo, a cualquier perito que haga movimientos raros. Ha llegado a torturar al ex-marido de su novia, a mirar hacia otro lado mientras sus compañeros torturaban a su novia por culpa de una información falsa dada por un megavillano y ha disparado a las rodillas de las mujeres de sus enemigos. Pero Jack Bauer también sufre. Su misión se ha llevado por delante a muchos de sus seres queridos, desde su mujer Teri a su hija Kim, harta de que el trabajo de papá casi le cueste la vida cada par de horas. Ser amigo de Jack Bauer y estar vivo son actividades prácticamente incompatibles. Para Jack Bauer, las necesidades fisiológicas son una debilidad. En 120 horas no se conoce que haya orinado, defecado o tomado un tentempié. La propia vejiga de Jack Bauer tiene miedo de Jack Bauer. El continuo espacio-tiempo tampoco es un problema para Jack Bauer. O los terroristas son como muy de barrio, o Los Angeles no es mucho más grande que Albacete: Jack Bauer no tarda más de 20 minutos en llegar en coche a ningún sitio. Sólo con un móvil, un coche y una pistola, Jack Bauer ha desbaratado 5 ataques terroristas perfectamente organizados. Jack Bauer es, en definitiva, el puto amo.

La serie

Hay dos maneras de acercarse a 24: como puro entretenimiento televisivo o buscándole las vueltas políticas. En el primer caso, 24 es uno de los mejores productos que ha parido la televisión en los últimos años, un auténtico carrusel de emociones, un mecanismo de relojería perfectamente engrasado. Cada uno de sus capítulos se come por las patas a cualquier película de acción perpetrada por Hollywood. En el segundo caso, ya hay que ser más cauteloso. Jack Bauer es el sueño húmedo de todo neo-con. John McCain, senador republicano veterano de Vietnam (donde fue torturado durante 6 años) se ha declarado fan de la serie, e incluso hizo un cameo en el séptimo capítulo de la quinta temporada. Para aplacar un poco las críticas, los guionistas empezaron a meter con calzador a árabes buenos, a americanos malos de la muerte que actúan de autores intelectuales y a presidentes de moral dudosa. Quizás el tiro les salió por la culata, ya que la serie ha pasado de ser una especie de publirreportaje sobre los beneficios de la Patriot Act a convertirse en un alegato en favor del poder del individuo frente a una maquinaria estatal estúpida y malvada. Y esa idea triunfa en ciertos campos de tiro de Arkansas. En todo caso, mi consejo es quitarse todo prejuicio y verla de la primera forma, porque una cosa es cierta: como serie de acción y aventuras no tiene rival. Un delicioso placer culpable.

2 comentarios:

Rfa. dijo...

La ambigüedad es uno de los atributos necesarios para ser un gran personaje, sin duda. ¿Héroe? ¿Fascista? El encanto no está en conocer la respuesta, amigos míos, sino en hacerse la pregunta.

Anónimo dijo...

Madre mía, y yo que tenía miedo a los pobres chinos... Apostaría lo que no tengo a que esta serie recibe "donativos" de alguna sociedad de armas de los Estado Unidos (¿unidos contra el mundo?). Hay alguien más que Jack Bauer al que no le tiembla la mano, sobre todo para firmar resoluciones para ser todopoderosocontroladoruniversaltevasajodermundoenterodequiensoyyo: J. Bush.