La más grande
A principios del año pasado Chan Marshall, la oligofrénica más atractiva de todo el panorama indie, se puso los vestidos de la mejor Dusty Springfield y parió un disco al que llamó, sin asomo de modestia, “The Greatest” (en realidad se trata de un homenaje a Cassius Clay). Sepultado bajo el alud de novedades (en esta época de indigestión musical un año se antoja bastante largo), las diferentes listas de lo mejor del año han servido para volver a sacar a la luz una obra que siempre tuvo que estar presente. Disco mayor, de entre todas las joyas que contiene “Lived in bars” es la que mejor resume su espíritu general. De repente, la joven indie torturada se ha convertido en una gran dama y celebra su metamorfosis revisitando su pasado con el orgullo del que ha estado ahí y ha sobrevivido, levantando las mantas y dejando entrar aire nuevo. En un disco con continuos homenajes a los héroes anónimos de la América profunda, los barflies también tienen su hueco. “There’s nothing like living in a bottle/ and nothing like ending it all for the world”, canta arropada por un piano, con la seguridad de que no existen vidas malgastadas, sólo circunstancias de las que pocos pueden escapar. Por eso, cuando en el tramo final arrecian los vientos y entran los coros, uno siente la súbita necesidad de subirse a una mesa a bailar y brindar por el mundo. Tremenda canción. Tenías razón, Chan: la más grande.
Cat Power - Lived in bars.mp3
Cat Power - Lived in bars.mp3
6 comentarios:
Gracais por el temazo, n., buena elección, como siempre. Tiene una voz interesante...
Sin duda es la más grande y la más grande de 2006, mucho más que las Pipettes -que tan buenos ratos nos hacen pasar- por razones obvias que comentaste en su día en el post sobre estas chicas, n.; no se puede comparar el helado de fresa con las delicatessen.
Aprovecho para emplazaaros a un concierto el viernes en la sala LOW de Madrid, no de CATPOWER sino de CATPEOPLE, unos modernos de Barcelona, que para mí son a su vez, de lo más grande patrio de 2006.
Je je n., tu post me ha dado la oportunidad de hablar de la Marshall largo y tendido, os aviso, se avecina un ladrillazo... Pues ahí voy: yo era muy fan de CatPower, tuve una época en la que escuchaba muchísimo todos sus discos. You are free me parece "el más completo y equilibrado", definición perfecta que leí hace tiempo de él, aunque yo guardo muy fuerte en mi memoria What would the community think, es un disco imperfecto pero que tiene un no se qué, un toque de austeridad que me encanta (más si cabe, que austeridad hay en todos sus discos), y bueno, mi adorado Steve Shelley a la batería es un ingrediente que, para mi gusto, encaja perfecto en los temas de ese disco, tocando, y aquí soy ya muy subjetivo, muy a la manera que a mi más me gusta. Y del Moon Pix también me acuerdo un montón, porque es otro enorme disco. Claro, que yo no puedo opinar de The Greatest, porque no lo he escuchado...
El caso es que la he visto dos veces en directo, la primera aquello fue apoteósico, el escenario era precioso: una pequeña iglesia donde Chan Marshall nos deleitó a todos los presentes con un conciertazo, se la veía comodísima, muy encantadora (como cuando, con una media sonrisa y naturalidad, cerraba la tapa del piano sin dejar de cantar y tocar la guitarra porque el susodicho metía ruido al tema que estaba tocando), con mucho humor, haciendo chascarrillos y conectando a la perfección con el público, tocando temas que hacían que se te pusieran los pelos como escarpias, y exultante (como cuando terminó el concierto cantando Knocking on heaven's door a grito pelado y sentada entre el público).
Pero el problema llegó en el segundo concierto, no recuerdo la fecha, fue en la sala Clamores de Madrid, no se qué demonios la pudo pasar, pero ya desde el principio se la notaba fuera de lugar, incómoda, el caso es que cuando lleva no más de media hora (yo creo que ni llegaría a los veinte minutos), en medio de un tema, deja la guitarra y hala, santas pascuas, se acabó lo que se daba, se pira y nos deja a todos completamente tirados, sin ninguna explicación, sin ninguna disculpa, y yo flipando, y casi más por la reacción del público, mejor dicho, por la no reacción del mismo, allí como si no hubiera pasado nada; le pregunté a uno de los camareros si esto había terminado y me espetó un algo así como "ya sabes como son a veces estos artistas americanos", se le notaba bastante aliviado de que el público no hubiera dicho ni mu, porque imaginate, no se cuantos seríamos, pero cien personas tratando de reclamar el dinero de su entrada porque aquello había sido una estafa...
...y yo tirándome de los pelos, joder, que uno paga su entrada, con mi mierda de sueldo, y la verdad, no le pedía que se marcase otro conciertazo, ¡pero al menos que lo de!, ¡que toque!
Desde entonces la tengo castigada, y no le he comprado nada desde You are free, de hecho apenas he escuchado algún tema suelto a partir de ese disco. Quizás soy un poco duro, pero al público te lo tienes que ganar, a mi ya no me vale siquiera con tocarse los temas de rigor y a otra cosa mariposa... hace una semana volví a escuchar el What would the community think, que tiene canciones que me siguen poniendo los pelos de punta... pero de momento... ¡castigada! ¡sin postre! Y no es cuestión de ser rencoroso sino exigente, y se que todos podemos tener un mal día. Pero la verdad que aquello me llegó al alma (en fin, tanto lo bueno como lo malo). De todas formas estoy pensando que ya está bien de castigo, que tampoco es cuestión de tirarse piedras contra tu propio tejado y no escuchar ciertas delicatessen...
... os lo avisé, pedazo ladrillazo, licencia de contributor :-P...
Post-data: me estoy acordando ahora de que, en Clamores, cuando la Marshall se fue al cuarto de los músicos, cuya puerta está de camino al baño, donde yo iba, abrí la primera que me encontré en el pasillo y... bueno... que era el cuarto de los músicos y allí estaba Chan Marshall sentada hablando en corrillo con unos tipos, supongo que explicándoles el por qué de su plantón, yo no hice más que cerrar la puerta apesadumbrado "oops! me he equivocado! .. ejem... perdón perdón!", joder, si hasta encima la pedí perdón, manda huevos, juas.
Ahora, eso no quita para que siga pensando que la Marshall como músico (y mientras ahora escucho el Moon Pix) es inmensa, sin duda. Tiene magia, duende, dicho a lo flamenco.
Gran descubrimiento para mi.
Compraré todos sus discos esta semana. Los que encuentre, claro.
Preciosa canción y precioso vídeo.
Maravillosa cancion. Bella voz.
JA!!!! Qué gran review!!! jaja! La amamos a Chan! Grande bien grande, allá arriba!
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